Las primeras exportaciones de vino pipeño de la Región de Ñuble concretó la Viña Lomas de Llahuén, de Portezuelo. Gustavo Riffo, gerente general de la empresa familiar, comentó que este año se enviaron 4.500 botellas a Estados Unidos y hace algunos días se embarcaron otras 500 a Canadá.
Lomas de Llahuén se dedica a la producción de antiguas vides de las variedades País, Carignan y Cinsault; y es conocida hace décadas en el Valle del Itata por sus excelentes vinos “pipeños”. Sin embargo, Riffo sostuvo que el pipeño ha sido un producto desvalorizado en Chile, “y con esta primera exportación, estamos viendo que existen mercados que tienen una gran aceptación por el producto”.
“Hace varios años que veníamos trabajando en mejorar la calidad de nuestros vinos, que siguen siendo pipeños, es decir, guardados en pipas de raulí chileno, como ha sido la tradición de varios siglos”, indicó Riffo. Por ello, se mostró “muy satisfecho que finalmente este año se hayan concretado las primeras exportaciones de la viña, primero a San Francisco, en Estados Unidos y luego a Montreal, Canadá”.
“Estamos muy contentos. Es una inyección de energía para seguir trabajando, para seguir recuperando más toneles antiguos, ya que hoy la gente los desarma y usa como leña”, reconoció el emprendedor, quien anticipó que también comprometió negocios con la cosecha 2020, en la que prevé producir 8 mil botellas.
Riffo destacó que los toneles de raulí -madera nativa chilena- son indispensables para la elaboración del verdadero pipeño, que definió como un vino de uva País, cosechado a mano, que se zarandea con las manos y no se pasa por una máquina despalilladora, que se fermenta sin ningún aditivo en un lagar de raulí abierto y luego de 15 días se guarda en pipas de raulí durante cinco meses, tal como se hacía en el siglo 19, para consumirlo a partir de septiembre”.
Precisamente el nombre “pipeño” proviene del uso de la pipa no solo para la guarda, sino que también para su comercialización. En el siglo 19 se transportaban pipas desde el Valle del Itata a Tomé para ser exportado.
Explicó que por ser un vino menos complejo, cuya graduación alcohólica es más baja que el histórico pipeño -bordea los 11,5 grados-, se puede consumir a diario, es fresco y fácil de beber, lo que es muy valorado por los consumidores. Aunque su gran valor radica en que se trata de un vino natural, donde los procesos son artesanales y no se utilizan químicos, rescatando una tradición centenaria. Claro que este pipeño es una versión mejorada de aquellos pipeños de los abuelos. “Se ha incorporado conocimiento, como el manejo del huerto, saber cuándo cosechar, para no tener un grado alcohólico tan alto”, apuntó.
La botella de “Damajuana”, nombre de fantasía del pipeño de Lomas de Llahuén, tiene un precio promedio de $9.900. En Chillán se puede adquirir en las tiendas De Blancos a Tintos y Mundorural, así como también a través de las redes sociales de la viña y plataformas digitales como www.itatavinos.cl
Promoción internacional
Riffo explicó que desde 2017 ha contado con el apoyo de ProChile, participando en misiones comerciales, como una realizada a Colombia para vinos naturales. También en catas realizadas en 2018 y 2019 en la visita de importadores y críticos de vinos de Europa, China, y Estados Unidos.
En marzo pasado, recibió la visita de dos agentes importadores de vino en Quebec, en conjunto con el representante de la oficina de ProChile en Montreal. En esa oportunidad los importadores conocieron la viña y participaron en una cata de vinos, en la cual la empresa canadiense Dieduvin, consideró los vinos de muy alta calidad e ideales para comercializar en el Monopolio Canadiense de Quebec.
Para la directora regional de ProChile, Ingrid Quezada, esta primera exportación “es doblemente meritoria, porque se realiza en un año muy difícil para el comercio internacional, debido a la pandemia”. Además, valoró que Lomas de Llahuén haya sido la primera en la Región de Ñuble en exportar “vino pipeño, como un vino propio de nuestra cultura nacional”
