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Vecinos de calle Estadio acusan que “okupas” dañaron con palos cinco autos en represalia por muerte de una perra

Mauricio Ulloa

Con maderos y listones que quedaron en el mismo sitio donde hace dos años se hizo la demolición de la Escuela Hogar, que funcionaba en calle Palermo, un grupo de “okupas” accedieron a un pasaje colindante y comenzaron a golpear vehículos de los vecinos, presumiendo que les habían envenenado unas perras que estaban bajo su cuidado.

Así lo divulgó la concejala  Brígida Hormazábal en la reunión de concejo municipal del día de hoy, explicando que “yo quedé un poco impactada con esto. Quedó una construcción habitada por los ‘okupa’ y nosotros tomamos el acuerdo de la demolición, porque ha afectado especialmente a los vecinos del pasaje Don Manuel, quienes han recibido agresividad e incluso amenazas de violación. Pero la demolición no fue total y esta fue tomada”.

La edil especifica que fueron cinco los vehículos dañados “y ellos nos mandaron la factura porque yo considero que la responsabilidad es de la municipalidad, hay que tratar de demoler lo que queda”.

La explicación que le dieron en la Dirección de Obras Municipales a la concejala fue que “eso no se destruyó porque era de asbesto. Pero ahora no sé qué perjudica más”.

Pese a que en junio de este mes el municipio había erradicado a las personas que habitaban tanto en el Grupo Escolar como en la exescuela Hogar, a los pocos meses este recinto volvió a ser ocupado.

En el pasaje, los vecinos no se ven muy entusiastas con un posible arreglo del problema.

“Llevan más de dos años diciendo lo mismo, palabras y más palabras, pero no pasa nunca nada”, dicen.

Acusan que muchos de los perros que recogen son mordedores y que últimamente salen a pedir monedas en estado de ebriedad a la esquina de Estadio con Pedro Aguirre Cerda.

“Antes no eran así, se portaban bien. De hecho muchas veces les llevé mantas y comida, pero después empezaron con los ruidos en las noches, las groserías e incluso se han oído balazos. Es muy desagradable vivir así”, explica Luz María Bravo, cuyo vehículo fue dañado, sin que ella tuviera participación en el envenenamiento de los perros.

Otro vecino, Fernando Naveas, dice que “si decimos las cosas por su nombre, es cierto que en el pasaje vive una persona que me reconoció que hace un tiempo le envenenó un perro que había mordido a una persona, pero ahora me dice que no tuvo nada que ver con este último hecho. Entonces llegaron estas personas, pensaron que mis autos eran los de este vecino y me rompieron las lunetas, los parabrisas y me los abollaron en varias partes”.

Un joven punk, autodenominado “El Rata”, dice que “nosotros no fuimos los de los daños. Supimos de eso, pero no sabemos quiénes fueron. Ahora ahí (en el pasaje) vive un ‘paco’ retirado que ya nos ha envenenado a dos de las perras que recogemos de la calle para que tengan un hogar, y tuvimos que salvar a una tercera perrita”.

Desde el municipio dijeron que se comenzará a estudiar el tema para garantizar mayor seguridad a los afectados.

Felipe Ahumada

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