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Superficie de frutales en Ñuble creció 35,5% en los últimos tres años

Tal como ya se venía anticipando por parte de los gremios agrícolas, los resultados del Catastro Frutícola 2022, que elabora Ciren por encargo de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) del Ministerio de Agricultura, confirmaron el fuerte aumento de la superficie de frutales en la región de Ñuble, que este año alcanzó las 19.221 hectáreas, lo que representa un incremento de 35,5% respecto al catastro anterior, realizado en 2019, cuando registró 14.181 hectáreas.

La región viene mostrando un aumento sostenido de los cultivos frutícolas en los últimos diez años, de hecho, en el Catastro anterior Ñuble registró un alza de 31,4% de la superficie, mientras que en el Catastro de 2016 anotó un aumento de 30%.

Entre los factores de este dinamismo, marcado por la reconversión de algunos agricultores y las inversiones de empresas de otras regiones, se mencionan como elementos clave la disponibilidad de suelos de calidad a precios competitivos y la mayor disponibilidad de agua en términos comparativos.

La de Ñuble es la mayor expansión de las nueve regiones catastradas este año (Arica, Tarapacá, Maule, Ñuble, Biobío, La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Aysén), seguida por Los Lagos (32,2%), Los Ríos (24,2%) y Maule (18,8%). De esta forma, las regiones de O’Higgins y Maule siguen liderando en cuanto a superficie frutícola, con 95 mil y 90 mil hectáreas, respectivamente.

Con este aumento, Ñuble subió desde la séptima posición a nivel nacional que registró en 2019, con un 4,1% de participación en la superficie frutícola total del país, al sexto lugar, con un 5,1% de participación, desplazando a La Araucanía, que solo creció 4,2% en los últimos tres años.

A nivel comunal, las que concentran mayor superficie frutícola en la región son: Coihueco (4.091 hectáreas), San Carlos (2.531 ha), Bulnes (2.470 ha), Ñiquén (2.088 ha), Chillán (1.975 ha), San Nicolás (1.764 ha), El Carmen (1.113 ha), San Ignacio (956 ha) y Quillón (708 ha).

Principales especies

Las principales alzas en Ñuble se observaron en avellano europeo, que creció 122% al pasar de 2.943 a 6.558 hectáreas, posicionándose como la especie más plantada en la región, desplazando a los arándanos al segundo lugar; en almendros, que aumentó 102%, al crecer de 6,1 a 12,2 hectáreas; en cerezos, que subió 85,8% al incrementarse la superficie plantada desde 1.600 a 2.973 hectáreas; y en nogales, con un aumento de 31,8%, al pasar desde 1.497 a 1.974 hectáreas.

La superficie de arándanos americanos, en tanto, experimentó un discreto crecimiento de 3,0%, desde las 4.023 hectáreas en 2019 a 4.142 hectáreas en 2022. Con esto, pasaron desde el primer al segundo lugar entre las principales especies plantadas en Ñuble. En tanto, los cerezos se mantuvieron en el tercer lugar.

Otras alzas registradas en el periodo corresponden a los castaños (13,1%), los paltos (29,0%), los perales (23,6%), los maquis (1.377%) y los limoneros (2.284%), aunque se trata de superficies aún menores.

En cuanto a las principales disminuciones, destacan la caída de 23,3% en kiwis (de 303 a 233 hectáreas); de 22,6% en frambuesas (de 1.419 a 1.099 ha), de 14,9% en manzano rojo (de 853 a 726 ha); de 11,2% en manzano verde (de 150 a 133 ha) y la baja de 40,4% en moras cultivadas e híbridas, desde 362 a 215 hectáreas. Otras disminuciones se observaron en pera asiática (-13,7%), en ciruelo europeo (-87,4%) y en olivo (-8,0%).

Condiciones de la región

Carlos González Mufdi, presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, expresó que “hace tiempo venimos diciendo que la región reúne condiciones favorables para la inversión en frutales, es la región que más creció en este período y una de las que concentra más inversiones”.

Y no tiene que ver solo con las favorables condiciones climáticas que convierten a Ñuble en una región bisagra entre los cultivos del centro y los del sur, donde el cambio climático ha favorecido el desplazamiento de los cultivos frutícolas hacia el sur.

El dirigente manifestó que “mucho inversionista del Norte se viene a la zona de Ñuble, por el clima, por ejemplo, en que tenemos mayor disponibilidad de agua en términos relativos, a pesar de que todos los años sufrimos escasez, lo que ha atraído a muchos empresarios que han venido a comprar campos para invertir, porque los empresarios locales, en los últimos dos años han reducido sustancialmente sus inversiones”.

También apuntó al valor del suelo, “que está más barato que en las regiones de la zona central”.

“Si tú ves los grandes proyectos frutícolas, en cerezas, arándanos y avellano europeo, por ejemplo, se trata de inversores de otras regiones, e incluso de sociedades de inversión que también participan inversionistas extranjeros”, describió el timonel del agro.

Factores particulares

González apuntó a la menor demanda de mano de obra como un factor que ha favorecido el boom del avellano europeo en la región, así como de otros frutos secos, como el nogal y el almendro, un elemento clave en un contexto de menor disponibilidad de trabajadores para labores de cosecha y, en consecuencia, del encarecimiento de la mano de obra. “En esos cultivos está prácticamente todo mecanizado”, explicó.

En cuanto al alza de las cerezas, advirtió que el Catastro recoge principalmente lo que ocurrió en 2020 y 2021, en medio de un boom de plantaciones que buscaban aprovechar las buenas perspectivas para esta fruta en el mercado chino, sin embargo, expuso que los severos problemas logísticos que enfrentaron los exportadores durante la pandemia, principalmente en la temporada pasada, con una fuerte caída de los precios y liquidaciones con números rojos, frenaron las nuevas inversiones en cerezas en 2022, por lo que anticipó que este cultivo tenderá a estancarse en superficie en el corto plazo. “Este fenómeno se percibe en los viveros, por ejemplo, que reconocen que en los últimos dos años registran una menor venta de plantas de cerezos”, argumentó.

“La cereza dejó de ser el boom que aseguraba millonarias ganancias y ahora se va a convertir en un frutal común y corriente, y pienso que no es para que lo maneje cualquier agricultor, me refiero a que va a estar orientado a empresarios que manejen muy bien los costos y muy buena calidad, es decir, productores frutícolas de excelencia”, planteó.

En cuanto al discreto crecimiento de los arándanos, el líder de los agricultores de Ñuble aseveró que “yo veo un estancamiento en este rubro, veo a los colegas manteniéndose en lo que tienen y muchos de ellos arrancando plantas, sobre todo, variedades que ya no son competitivas. En arándanos hay que trabajar en programas de recambio de variedades, porque hay muchas que ya no están compitiendo en el mercado. Al arándano no le veo crecimiento, no tiene las mejores perspectivas según los productores frutícolas de la zona, a menos que cambie las variedades, que no son baratas”.

Capacidad de frío

El Catastro también reveló un aumento de 87,5% de la capacidad instalada de cámaras de frío en la región, que pasó de 93 cámaras que sumaban 53.524 metros cúbicos en 2019, a 108 cámaras que representan 100.403 metros cúbicos.

Al respecto, Carlos González destacó que el crecimiento de la superficie frutícola ha ido de la mano de la infraestructura, aunque reconoció que se requieren más inversiones para aumentar la capacidad de procesamiento, y aprovechar la cercanía de los puertos de Biobío para embarcar la fruta fresca.

De acuerdo al Catastro, el 59,6% de la fruta que se produce en Ñuble se destina a la exportación en fresco; mientras que un 35,8% se va a la agroindustria (congelados, conservas, jugos, pulpas y preparaciones); y un 4,6% se comercializa en fresco en el mercado nacional.

“La capacidad de frío, en el caso de los arándanos, está cubierta. Un gran porcentaje del arándano se procesa en Ñuble, y de aquí se va a los puertos del Norte, por eso estamos trabajando en forma coordinada con autoridades y empresas para sacar la fruta por los puertos de la región del Biobío, de hecho, hay algunas exportadoras de arándanos que ya sacaron fruta por Coronel, los puertos de Biobío están dispuestos a trabajar, no solo para los arándanos, sino también para las cerezas, que hoy se cosecha en Ñuble, se procesa más al Norte y sale por Valparaíso, lo óptimo sería que todo el proceso se hiciera aquí, lo que nos permitiría ahorrar cinco días, que son clave para llegar a tiempo a los puertos chinos, ahí tenemos un gran desafío entre las autoridades locales y los productores para sacar la fruta de Ñuble a través de los puertos de Biobío”, defendió.

“Es algo que hemos conversado con el gobernador regional (Óscar Crisóstomo), quien ha demostrado una muy buena disposición. Él está preocupado por la agricultura de Ñuble y está dispuesto a apoyar y fortalecer el sector, y también nos va a apoyar en esto, y para eso tiene que ofrecerle garantías y condiciones favorables a las empresas para que puedan hacer el proceso en la región, considerando, además, que el aumento de la superficie, y por tanto, de la producción, justifica plenamente la concreción de inversiones de este tipo en el caso de las cerezas”, apuntó.

Asimismo, el dirigente valoró la inversión que está desarrollando Agrichile -filial de la italiana Ferrero- en Ñiquén, donde está construyendo una planta de procesamiento de avellano europeo.

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