Señor Director:
Grandes instituciones como la monarquía, la república, las iglesias, la masonería y otras, han creado ritos para darle solemnidad a momentos de su existencia.
Nuestra República tiene unos cuantos que, por fortuna, se respetan en democracia.
Por reñida que sea una elección, es de ritual que el perdedor reconozca el resultado y salude al vencedor, también lo es una comunicación con quien ejerce el poder. Con ligeras variantes, el ritual se ha cumplido, lo que enaltece a los protagonistas y honra a la República. Ha comenzado bien un ciclo político cargado de incertidumbre.
¿Sentirá Boric que viene a refundar cuando le entreguen la Piocha de O’Higgins o, más bien, que viene a continuar la construcción republicana?
En América Latina no abundan estos ritos donde gobernar suele ser un sainete.
El saludo de mano de Boric a la Guardia de Palacio habrá de incorporarse como un nuevo rito republicano. Los ritos republicanos son señales de convivencia ciudadana. Bien por Chile. Es de esperar que este sea el signo del tiempo que viene. La confrontación debe ser superada por la conversación.
Alejandro Witker
