La inocuidad alimentaria fue el eje del segundo conversatorio del ciclo “Agregación de valor a productos forestales no madereros (PFNM)”, organizado por la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción (FIAUdeC), el que se desarrolló el pasado martes 1 de diciembre y se transmitió por Facebook Live en el fan page de la Facultad.
El diálogo sobre “requisitos indispensables en el procesamiento de PFNM en unidades productivas rurales” contó con la participación de Ricardo Jacob, asesor de la Agencia Chilena para la Inocuidad y la Calidad Alimentaria (Achipia); de Mery Núñez, presidente del comité de recolectores “Sol Naciente”, de Florida; y de los académicos de FIAUdeC, Dra. Leslie Vidal, experta en inocuidad y calidad alimentaria, y el Dr. Pedro Aqueveque, experto en microbiología.
Según expresó Jacob, “si bien la inocuidad alimentaria es obligatoria para muchos países y para muchos mercados, hoy podría ser considerada un valor agregado, porque el consumidor es cada vez más informado y más exigente, y a partir de ahí está decidiendo qué comprar; por lo tanto, los emprendedores y las unidades productivas que no incorporen seriamente aspectos de inocuidad alimentaria dentro de sus procesos de trabajo, van a estar en desventaja en el mercado al que se pretende llegar”.
En ese contexto, el profesor Aqueveque advirtió que los alimentos pueden ser contaminados por distintas fuentes, como las biológicas, las químicas y las físicas, y en el ámbito de las biológicas, destacó que, en el caso de las bacterias, a lo largo de la cadena, desde la producción hasta el consumidor, siempre hay riesgo de contaminación, lo que cobra especial relevancia si se considera que las bacterias no son visibles. “El alimento siempre va a estar propenso a ser contaminado por bacterias u otros organismos, pero depende de las personas que manipulan los alimentos prevenir que exista esta contaminación”, sentenció.
El académico acotó que la mayoría de los casos de contaminación de alimentos por bacterias se concentra en el hogar, seguido por la venta de comida preparada.
En tanto, la Dra. Vidal revisó los pasos a seguir para evitar problemas de contaminación. Para ello, dijo, es clave llevar un registro, seguir un protocolo, contar con infraestructura adecuada y “tener el compromiso de cumplir por parte de las jefaturas y de los trabajadores”.
En la actividad, Mery Núñez agradeció el apoyo brindado por FIAUdeC en materia de capacitación durante los últimos años, y relató la evolución que ha tenido la organización que preside -que es parte de la Coordinadora de recolectores Maule, Bío Bío y Ñuble-, desde antes que accedieran a capacitación hasta hoy, pasando por la implementación de medidas de limpieza hasta la obtención de la resolución sanitaria”.
Buenas prácticas
Por su parte, Jacob reafirmó que Achipia ha promovido las buenas prácticas de manipulación, entre otras acciones, con pequeños seminarios o actividades de colaboración público-privado, y por otro lado, sostuvo que “hemos tenido varias instancias de capacitación y transferencia de conocimientos a unidades rurales”
El asesor de Achipia también abordó el concepto de cultura de la inocuidad, que se resume en el cambio de comportamiento en todas las personas que trabajan en la cadena alimentara, “sin que la legislación esté encima, presionando para que las cosas se hagan bien”.
En esa línea, insistió en que es clave el compromiso de los actores de la cadena de manera de cambiar el hábito a partir del entendimiento correcto de los aspectos técnicos. “Es un desafío en el que debemos trabajar y eso no se va a cumplir si no hay un trabajo conjunto, lo que hemos incentivado desde la agencia”, señaló Jacob.
La actividad fue valorada por los recolectores que siguieron la transmisión, quienes destacaron el aporte de las capacitaciones para su quehacer.
De igual forma, la decana de FIAUdeC, Dra. María Eugenia González, enfatizó la importancia de implementar protocolos de higiene e infraestructura pertinentes. “Este ciclo nace a partir de la necesidad de transmitir conocimientos a los recolectores y pequeños productores, lo que hemos venido haciendo hace varios años a través de distintos proyectos”.
La decana expuso que “la Facultad ha cumplido un rol articulador de los distintos actores de la cadena alimentaria, así como también entregando capacitación a emprendedores rurales, lo que les ha permitido a distintas organizaciones contar con una sala de procesos, incorporar tecnología, contar con mejoras sanitarias, obtener su resolución sanitaria y acceder a mercados”.
Texto: Noticias UdeC