El chillanejo Camilo Cifuentes hizo historia al integrar el seleccionado chileno sub-23 que se quedó con el título de campeón, en el reciente Campeonato Sudamericano de Squash disputado en Bucamaranga, Colombia.
“Tuvo una duración de cuatro días, súper intenso, muchos partidos en pocos días, el torneo más duro físicamente hablando que he jugado. Le ganamos a Argentina, que tiene al segundo mejor jugador del continente en individual, también a Colombia. Las expectativas eran altas, teníamos un gran equipo, veníamos compartiendo hace tiempo, un equipo unido, eso fue clave, unido dentro y fuera de la cancha nos dio la confianza para tener este excelente resultado”, relata Cifuentes, quien fue dirigido por el entrenador nacional, Maxi Camiroaga.
“Nos ayudó mucho parar lograr esto. Esto es un resultado histórico. Chile nunca había sido campeón sudamericano sub-23. Esto nos da una tremenda motivación para seguir trabajando y demostrar que Chile puede llegar lejos”, detalla Camilo, quien tiene claro su objetivo para la próxima temporada.
Su nueva meta
“Para el 2023 quiero ser campeón nacional y el mejor de Chile en adulto. Es un largo camino al que hay que darle mucha dedicación y horas de entrenamientos. También tenemos los Juegos Panamericanos 2023 y expectativas por lo que espero estar en la Selección Adulta, lo dejaremos todo para jugar con los mejores de América en el Panamericano Santiago 2023.
“Esto demuestra que Chile tiene un equipo fuerte y unido. Quiero ser número uno de Chile y campeón nacional, pero es un largo camino con mucha dedicación y sé que lo voy a lograr”, concluyó entusiasmado y destilando convicción, el deportista sub-23, quien se radicó en Santiago para entrenar a la par con sus compañeros de Selección.
“Estoy entrenando con la Selección de Chile y con Alvaro Vial el preparador físico, entreno toda la semana con los jugadores de la Selección para estar al mismo nivel y ser considerado en la adulta para los Juegos Panamericanos.
En Colombia fue dirigido por Max Camiroaga y sus compañeros de juego fueron José Tomás Gallegos, radicado en Praga, donde juega profesionalmente squash, y Agustín Carranza, otro gran jugador clave en la Roja, con la que hizo historia.
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