Así lo confirmó el diputado Félix González, integrante de la comisión, quien encabezó las denuncias cuando Ñuble aún era parte de la Región del Biobío.Esto a raíz de la nueva prohibición de funcionamiento que sufrió la charquería San Vicente de Bulnes, luego que se encontraran fecas, roedores muertos y larvas en sus instalaciones, y además se constatara la despostación no regularizada de jabalíes.
“Como animalistas nos parece que estas empresas deben cumplir con lo sanitario, y deben evitar caer en el maltrato animal”, explicó.A modo de ejemplo, se cita en los oficios la existencia de morteros artesanales, combos de acero, por lo que no cuentan con los sistemas de noqueo permitidos por ley.“En muchos de estos lugares dejan que los animales se deshidraten y eso es sufrimiento animal. Por esto, creemos que el SAG está al debe, en relación a la fiscalización de las charquerías”, comentó.
La Brigada de Investigación de Delitos contra el Medio Ambiente, de la PDI es la unidad que comenzó a indagar en estos casos, por lo que ya hay una orden fiscal para hacerlo, desde 2019.
Los resultados de esas investigaciones, hasta el momento no se han hecho públicos.Marta Bravo, seremi de Salud dijo que desde 2018 solo una de las ocho charquerías existentes en Ñuble, la San Vicente de Bulnes, ha sido sumariada en cuatro oportunidades, por incumplimientos al DS 977 del Ministerio de Salud. En detalle, en 2018 se decomisaron 50 kilos de carne en descomposición que estaba siendo utilizada para la elaboración de charqui.
“En 2019 quedó con prohibición de funcionamiento por presencia de roedor en producto terminado. Posteriormente subsanó anomalías, hasta que el viernes 6 de marzo de 2020, una nueva inspección de la Unidad de Seguridad Alimentaria de esa cartera detectó presencia de fecas y roedores muertos en sala de elaboración, faenamiento y comercialización de productos cárnicos no autorizados, sin inspección veterinaria y suma multas por 13 UTM”, precisó la seremi.
