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Navea y promesas del taekwondo local quieren hacer historia en tatami de Brasil

El presente fin de semana santo ha sido sinónimo de pausa, reflexión y descanso para la mayoría de los ñublensinos, que han aprovechado la instancia para desconectarse y parar.

Sin embargo, para un grupo de deportistas de Chillán, ha sido el momento de mayor entrenamiento y competencia al más alto nivel.

Es el caso del gran referente del taekwondo chillanejo Sebastián Navea, seleccionado chileno y de gran trayectoria nacional e internacional.

Navea, actualmente número 30 del mundo y 58 en el ranking olímpico, debutará este domingo en el Torneo Open G2 de Río de Janeiro de Brasil, con la ilusión de ganarse un lugar en el podio en la categoría 68 kilos.

“Llegué antes porque he estado en un campamento de entrenamiento y posteriormente este 16 y 17 competimos en el Arena Olímpico 1 de Río de Janeiro. Nos hemos preparado bien para tener un buen resultado. Estamos tranquilos, esperamos hacer un buen papel, cada combate será como una final”, reflexiona Sebastián Navea, quien ahora compite como integrante de la Academia Magnus Taekwondo.

La figura del taekwondo chillanejo, que ha debido luchar con todo para lograr recursos que le permitan financiar su carrera en el alto rendimiento, espera protagonizar un buen cometido para subir en el ranking, considerando que antes de la pandemia estaba en el 12º puesto del ranking mundial.

Dos guerreras

Navea no es el único taekwondista de Ñuble que dirá presente este fin de semana santo en el Open G2 de Río de Janeiro.

También buscarán la gloria en el tatami carioca, en el primer evento ranqueable de la temporada 2022, Valentina de la Hoz Crespo, en categoría cadete -47 kilos, y Monserrat Monje Sanhueza, en la serie cadete -51 kilos.

Ambas pertenecen a la Academia Guerreros Sepul, donde nacieron los seleccionados chilenos Sebastián Navea y Dylan Iturra.

“Este viernes se realizó la acreditación y el pesaje. Debutan este sábado y esperamos que tengan un gran cometido”, comenta Enrique Monje, padre de Monserrat, quien fue testigo de la exigente preparación que tuvieron las ñublensinas de cara a la cita.

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