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Equipo del Plan Bicentenario de Chillán presentó las claves de su “Propuesta Objetivo”

Tal vez no hay un solo momento en la historia de Chillán en que las directrices de planificación urbana, de seguridad o de fomento comercial no hayan sido estrictamente reaccionaria.

Las autoridades de Gobierno, las regionales y las comunales generalmente aparecen reaccionando a un terremoto, a alguna crisis económica, de alimento, social o delincuencial.

“Y eso es como correr siempre detrás de la pelota, por usar un término del fútbol. Eso cansa, no te da ideas y hace que nunca sea tu equipo el que termine por controlar el partido. La idea es que si queremos dar ese salto cualitativo como ciudad, es hora que seamos nosotros quienes tengamos la pelota y vayamos generando ideas, estrategias que nos permitan llegar al gol y ganar el partido”.

Las palabras “mundialistas” son del administrador público Abel Sandon, quien fue parte del equipo investigador hasta cumplir hoy en día, funciones de asesoría de planes y programas públicos del Plan Bicentenario de Chillán, el que conformado este año, comenzó hace cerca de cinco meses a sesionar con una comisión conformada por diversos actores de la política, la sociología, la arquitectura, historiadores, del comercio, educadores, de la administración pública y de la prensa para debatir sus alcances y propuestas.

La necesidad de trabajar de esta manera se basa en el convencimiento que es clave anticiparse al futuro y planificar desde ahí.

“Desde el ámbito municipal o de los gobiernos de turno, sucede que nos quedamos entrampados en el día a día, pero trabajar o planificar así es complicadísimo, actuar en forma reactiva ante un problema o ante una contingencia, requiere demasiado esfuerzo”, advierte.

La propuesta, en consecuencia, es operar con uncambio de perspectiva, “y la innovación que está buscando la municipalidad es el poder nacer desde allí; pensar y planificar a futuro, trabajar en forma colaborativa con diversos actores de la comuna del mundo privado, del mundo académico y del mundo social, para tratar de llegar a esa meta a largo plazo, en forma conjunta”.

Ya la semana pasada se realizó la última reunión, ocasión en la que se expuso la Propuesta Objetivo del plan, presentación que estuvo a cargo de Miguel Pino, arquitecto de la Municipalidad de Chillán.

Desde lo teórico, este plan propone establecer estrategias de desarrollo enfocado en las personas, el medio ambiente, valorizando nuestra identidad cultural y memoria patrimonial; junto con viabilizar un desarrollo económico más equitativo, transversal y equilibrado en los diversos sectores de la ciudad.

Lo anterior requiere visualizar los escenarios que enfrentará Chillán como capital regional hacia fines de la próxima década, identificando las tendencias y probables disrupciones futuras y dotar a la ciudad de las capacidades necesarias para enfrentar situaciones críticas futuras y avanzar en la construcción de una imagen objetivo de futuro consensuada por la sociedad local.

De esta manera, se busca posicionar a la ciudad de Chillán como referente nacional dentro de las ciudades intermedias en calidad de vida, innovación y atracción de talentos que entreguen valor agregado al acervo cultural y patrimonial existente con una mirada hacia el Siglo XXI.

Previamente, se identificó a decenas de chillanejos, quienes por sus ocupaciones, estudios, profesiones u oficios pudiesen otorgar una mirada cargada de datos e información relevante en pos de los insumos que demanda el proyecto.

Esa nómina fue presentada al alcalde, Camilo Benavente, en su calidad de mandante del proyecto Plan Bicentanario; y fue él quien determinó el listado final que terminó siendo parte de estas entrevistas, a cargo del profesional Marcelo Ramírez, de la Universidad de Chile.

Las “211 ideas fuerza”

De este proceso de recolección de datos y entrevistas, participó Abel Sandon, quien comentó a LA DISCUSIÓN, que tras el análisis de los datos se extrajeron “211 Ideas Fuerza”, con las que se terminó por configurar la propuesta en base a la identidad propia de la comuna, las necesidades de sus vecinos y la anticipación de lo que debe ser la ciudad para enfrentar los desafíos venideros. Es decir, jugar con la pelota en los pies.

Lejos de ser un ejercicio experimental en el que habrá que invertir una cantidad de tiempo, inteligencia y recursos como ningún proyecto antes en la comuna ha exigido, este plan se basa en las experiencias que sí dieron frutos en ciudades del extranjero y del país.

“Como ejemplos de otras comunas que han asentado sus ejes de crecimiento social, urbano y económico son Rancagua o Coquimbo y La Serena -que lograron potenciar su desarrollo en torno a su arquitectura patrimonial- casos como el de Frutillar, que le sacó partido a su legado cultural, llegando a ser una capital musical del país”, dice.

Los elementos estratégicos corresponden al desarrollo de cuatro objetivos específicos, (uno por cada eje), estos son: Desarrollo e Inclusión Social; Desarrollo Urbano Sustentable, Revitalización Patrimonio y Cultura, y Fomento Productivo.

También se definieron 17 lineamientos y 87 acciones, para mejorar la calidad de vida de las personas, a través del mejoramiento del espacio público y de la diversificación de equipamiento dentro de la ciudad, por ejemplo, mejorar las condiciones de movilidad, que no dependamos del auto para movernos dentro de la ciudad.

Una de las discusiones que ha habido dentro del comité es, primero, planificar una ciudad “hacia adentro”, lo que apunta a aprovechar la infraestructura instalada y aprovechar el potencial con que ya cuenta la trama consolidada, la que ya tiene transporte público, la que ya tiene iluminación, servicio y pavimentación.

Evitar que sigamos expandiéndonos más allá de los límites del movimiento urbano. Aprovechar los espacios aún disponibles de los cuadrantes más desarrollados de la ciudad.

Como propósito colateral surge la defensa de las actividades propias de la ruralidad. No seguir ocupando suelo agrícola para proyectos habitacionales, por ejemplo.

Cuando hablamos de preocuparnos del territorio de Chillán, del municipio y de sus respectivos asentamientos como El Huape, Confluencia, Santa Cruz de Cuca, estamos hablando de la necesidad de mejorar la conexión de esos lugares con Chillán. Tenemos que potenciarlos pero sin que pierdan su identidad rural, que es lo que hoy estamos viendo ocurrir en Confluencia, que ha ganado un gran valor turístico gracias al puente patrimonial, que es el puente de madera más largo de Chile; hoy ya hay servicios para turistas y además, se va a convertir en la puerta de entrada a nuestra región, junto con Quinchamalí, para las personas que vengan del Biobío.

Al otro lado, en el otro extremo, a 70 kilómetros al oriente, tenemos Quinquehua -que es el límite de Chillán- y que eso estará, seguramente, muy ligado con la ruta turística que va ser la precordillera, por ejemplo.

Nosotros ya estamos entregándole un valor turístico rural, incentivando a que ellos también se dediquen a la producción de abastecimiento para la ciudad.

Aquí se pretende generar áreas de protección, áreas verdes, infraestructura verde, para desde entonces generar proyectos que permitan poner en valor todo el borde del río Ñuble, donde mucha gente quiere llegar, lo que le otorgaría a la comuna lugares de esparcimiento, que hay muy pocos; integrando a la vez, el paisaje con la ciudad, pero sin invadirlos de una manera tan agresiva, y eso implica afinar algunos mecanismos de control para que se aprovechen esos espacios, pero sin sobreexplotarlos ni contaminarlos.

El proyecto se debe desarrollar a escala de barrio y de ciudad.

En la de barrio estamos implementando urbanismo táctico, es decir, obras de bajo costo, pero de alto impacto a nivel de barrios para realizar una construcción colaborativa y de diseño participativo con los propios vecinos, para contribuir a crear un sentido de pertenencia de las personas respecto a los lugares en los que viven, y de toda la ciudad. Para eso ya estamos trabajando con una ONG que cuenta con mucha experiencia tanto en Chile como en el extranjero, implementando estos ejercicios barriales.

Las 20 acciones clave

Dentro del tercer eje, de desarrollo urbano sustentable, destaca como uno de los principales lineamientos el priorizar la ciudad hacia dentro, para un mejor aprovechamiento de la infraestructura urbana ya existente.

El arquitecto Miguel Pino definió -de más de 30 estrategias- cuáles son las 20 acciones clave más relevantes del Plan.

“Lo que tiene que quedar claro es que se trata de un plan que busca no sólo potenciar el Chillán urbano, sino toda la comuna, incluyendo lo rural. Estos espacios deben ser apoyados, modernizados, pero a la vez, protegidos y preservados en su condición de rurales para potenciar todas sus actuales ventajas”, advirtió.

Así, para el profesional de la Municipalidad de Chillán, las 20 claves serían las siguientes:

1) Potenciar las condiciones propias de Chillán, que se le ha llamado el “brillo urbano”, es destacar el Qué es Chillán, relacionado con el uso y el disfrute de la calidad de vida que ofrece potencialmente la comuna desde lo peatonal, y no sólo dentro de las cuatro avenidas, sino que queremos que se replique también en otros barrios.

2) Cuando proponemos el uso de los vacíos urbanos, dentro de la trama consolidada existente, es para favorecer el desarrollo habitacional de mediana altura, como para la instalación de servicios y equipamiento de escala local y regional.

3) Los proyectos de revitalización urbana, en zonas con vocación claramente definidas pero que se encuentran en proceso de deterioro progresivo, como Ultraestación o el sector Santa Elvira.

4) Propiciar lo suficiente de espacio público en el casco central, mediante el ordenamiento de sus elementos que desestimule el comercio ambulante informal y la ocupación indebida del espacio público.

5) Mejorar y replicar las condiciones de habitabilidad de espacios públicos en sectores periféricos y vulnerables de modo de igualar las condiciones de confort y calidad de vida características del casco central de la ciudad.

“La idea es evitar fenómenos que vemos en poblaciones como Los Volcanes, que al no tener espacios públicos destinados al esparcimiento o a brindar calidad de vida a sus vecinos, no es un lugar que se pueda identificar con lo que pasa en Chillán, en absoluto”, dice.

Se pretende diseñar espacios que aporten a una mejor vida de sus habitantes, como áreas verdes, corredores verdes, dotarlos de servicios y equipamiento. “La falta de esta implementación hace que las personas que vivan ahí se sientan aparte de la ciudad. La idea es integrarlos”, comenta.

6) La densificación. Proponer la utilización del centro de las manzanas, dentro del damero histórico, con alturas equilibradas y protección del verde urbano; ya sea manteniendo la condición existente o generando una nueva cobertura vegetal en terrazas o en cubiertas.

7) Promover mayor densificación y altura alrededor de vialidades estructurantes, expresas y troncales, que soporte su carga de ocupación y permita su verticalización equilibrada en función de su rasante, sin afectar el confort ambiental de su entorno circundante.

8) Promover la consolidación de centralidades urbanas para fomentar la distribución y uso de actividades cotidianas a escala de barrios, en diversos sectores de la ciudad. Nuevos polos según Prich. “Acá se reconocen, dentro de la ciudad, ciertas vías estructurantes en las que se permite construir hasta 30 metros en altura, y con esto se puede pensar en la instalación de edificios más altos, sin que la rasante se va vulnerada. En la parte más céntrica de la ciudad contamos con vías estructurantes en las avenidas Ecuador, O’Higgins, Collín y Argentina”, precisa.

Desde estos límites hacia el centro de la ciudad, se permiten sólo edificaciones de menor altura.

9) Fortalecer el Polo de servicios de salud a escala regional que será implementado a mediano plazo, mediante la organización eficiente de su entorno, accesos y medios de transporte para llegar a éstos (Hospital Regional, Instituto Teletón, Centro Oncológico, entre otros). “Lo que se busca acá es generar un cluster regional de salud, que hoy Chillán no lo tiene, y hay que empezar a preparar la infraestructura para que haya mayor fluidez ya que hoy no hay un plan que permita un traslado expedito entre todos estos centros. Acá asoma la idea del tranvía desde Brasil, por Libertad hasta el hospital Herminda Martín; o por el contrario, que conecte el terminal María Teresa con el nuevo Hospital Regional, por O´Higgins”, propone.

10) Promover la importancia de la ciudad para las personas, mediante la priorización del uso del espacio público por parte del peatón, con rutas de desplazamiento seguras, inclusivas y bajo condiciones de confort ambiental. Esto contempla abrir pasos por avenida Brasil hacia el barrio Ultraestación.

El análisis por hacer es determinar si se harán por sobre o por bajo nivel, ya que la empresa de Ferrocarriles EFE no autoriza cruces a nivel por su alto índice de accidentes.

Si por un lado pesa el que cada paso sobre o bajo nivel tiene un costo que se empina por sobre los 11 mil millones de pesos, “hay que ver en aquellas ciudades, como Concepción o Talca, donde sí lo hicieron, generaron nuevos polos de desarrollo y modernidad, bajo ese punto de vista, podemos decir que al final se terminó transformando en una inversión para la comuna”.

11) Impulsar el mejoramiento y modernización del transporte público, de manera tal que permita un menor tiempo de desplazamiento, menor contaminación ambiental y calles menos colapsadas de transporte privado; a través de vehículos que promuevan la electromovilidad y que cuenten con infraestructura de uso exclusivo, como corredores de transporte público). Propiciar el cambio de paradigma respecto al uso del automóvil y su impacto en la vialidad local.

12) Implementar Estaciones Intermodales de transporte, mediante un sistema integrado y diverso de transporte público, donde se puedan vincular distintos modos de transporte y de diversas escalas (ferrocarril, buses interregionales, interprovinciales, rurales, locomoción colectiva urbana. Bicicletas). “Es casi lógico pensar que debiésemos contar con estacionamientos subterráneos, crear una nueva estación de buses rurales, más cerca de la estación de buses urbanos y de la de trenes, para que cuando la gente llegue y se quiera mover a algún sector rural, no tenga que atravesar la mitad de la ciudad para abordar otro bus”.

13) Ordenar la gestión de estacionamientos en superficie, especialmente dentro del anillo central de las 4 avenidas, de modo de terminar con la ocupación indebida de aceras por parte del automóvil.

14) Promover el diseño e implementación de fuentes de reutilización de agua para riego urbano a partir de reutilización de aguas grises o aguas lluvia.

15) Implementar la creación de corredores verdes urbanos en avenidas o calles que permitan la protección e instalación de arbolado urbano y que a su vez, considere el soterramiento de cableado aéreo.

16) Recuperar y poner en valor los cauces fluviales y pluviales que atraviesan la trama de la ciudad, integrándolas al paisaje e incrementando la superficie de verde urbano. “Esto incluye proyectos de recuperación para los canales Las Toscas y De la Luz, que atraviesan la trama de la ciudad, integrándolas al paisaje.

17) Creación y priorización de nuevas plazas y parques urbanos con actividades de recreación asociadas y autogestionadas, privilegiando su implementación en barrios que carecen de oferta de infraestructura verde.

18) Propiciar la integración física y logística entre las diversas localidades pertenecientes a la comuna, mediante el mejoramiento vial, cicloinclusivo y de transporte público, promoviendo las virtudes propias de cada asentamiento.

19) Creación y priorización de nuevas plazas y parques urbanos con actividades de recreación asociadas y autogestionadas, privilegiando su implementación en barrios que carecen de oferta de infraestructura verde.

 

Texto: Felipe Ahumada

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