Por estos días, la artista visual Jessica Reyes Gutiérrez está creando inspirada en el mar de Cobquecura. Su próximo desafío es una muestra que instalará dentro de los próximos días en el Colegio Alemán de Chillán, tras el éxito que cosechó en Italia en febrero pasado gracias a una invitación que recibió luego de exponer en la Sala Arte Mercado de Chillán.
Pero la historia de Jessica con la pintura comenzó años antes. Estudió licenciatura en Bellas Artes en las Universidades de Concepción y Bío Bío. En la primera casa de estudios, fue alumna del maestro Eduardo Meissner, quien la introdujo a lo que él llamaba “Los juegos del agua”, aprendiendo a usar las capas finas de color, la mancha y el acquarello. Otro maestro, Luis Guzmán, colaboró con el tránsito de la artista desde el acrílico a la acuarela.
Jessica Reyes se desempeña como profesora de artes visuales desde hace más de treinta años, ahora dedica su docencia en el Liceo Marta Brunet Caraves de Chillan, impartiendo clases de arte tradicional y multimedia. Fue curadora de exposiciones de la UdeC y forma parte de la dirección de la Sociedad de Bellas Artes Tanagra. Actualmente tiene obras en dos exposiciones colectivas en Santiago y Puerto Varas.
“Me dediqué muchos años al acrílico hasta que en pandemia quise probar con la acuarela. Con el tiempo me invitaron a exponer a la Sala de Arte Mercado y su encargado, Víctor Sepúlveda, me instó a seguir por esta senda. Gracias a esa muestra, fui invitada a exponer en Verona, en la Galería La Meridiana. Llevé una serie de rostros de mujer vestidas con paisajes de Ñuble, la que no solo llamó la atención de quienes la visitaron, sino también de la prensa especializada. Me quedé con una invitación para regresar”, cuenta Jessica a La Discusión.
La muestra en Verona se realizó en febrero pasado en la misma galería en donde alguna vez expuso Salvador Dalí y Jessica la tituló “Residencia en la tierra”. Ahí la artista chillaneja expuso 40 obras, las que fueron visitadas por italianos, chilenos residentes en Italia, turistas y la prensa. De hecho, la noticia de su estadía en el país europeo fue destacada en una de las ediciones del Diario L’Arena de Verona.
Jessica cuenta que la inauguración de su muestra fue una ceremonia única, en donde presentaron artistas de esa ciudad como la cantante lírica Orietta Fioraso y el poeta Mirko Campara. “Dejé allá 20 cuadros porque el presidente de las Bellas Artes de Verona, Gianni Lollis, me invitó a participar en dos muestras colectivas organizadas por la institución que él dirige.
Propuesta
“Las pinturas que llevé a Italia están inspiradas en la experiencia de la vida cotidiana en el campo, donde vivo inmersa en el paisaje de la cordillera, entre ríos y bosques centenarios, entre formas de vida animal y vegetal que hacen sentir el inseparable vínculo jurídico entre tierra y hombre. También mi intención fue poner un grito de alerta sobre la ecología, con estos personajes femeninos que representan la unión entre la tierra, el universo y la protección de la pachamama”, indica Jessica feliz por este logro.
“Todos los días mis ojos ven la naturaleza libre y me reconozco como parte de ella, con su exuberancia y esplendor. Agradezco a la naturaleza porque en ella veo a mis ancestros y a mis descendientes, a los cuales observo todos los días y quiero seguir disfrutando de esta belleza. Veo a la Madre Naturaleza como una madre sabia y generosa con sus frutos, que es parte de mí, sin más límites entre ella y yo”, advierte la artista.
