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Diez ñublensinas que han acercado lo “matrístico” al liderazgo en la región

Hoy, decir que las mujeres son igual de competentes y capaces que los hombres, no sería más que un cliché, puesto que no existe argumento emanado de ningún área del conocimiento capaz de contradecir  la premisa.

Tampoco, pareciera genuino el manifestar sorpresa cuando hay mujeres liderando en áreas que antiguamente se asociaba a lo estrictamente masculino.

Lo que hoy está despertando mayor interés es la revisión de los tipos de liderazgos femeninos e ir asimilando potencial a las estructuras sociales. Y en Ñuble  hay cada vez más de estos ejemplos.

Carabineros, las facultades universitarias, los municipios, los tribunales de justicia, el comercio, las seremías y las gobernaciones ostentan jefaturas femeninas, y ya se habla del liderazgo “matrístico” con más fuerza que nunca.

Patriarcal y matrístico

Claudia Tramón, directora del  programa académico de Ingeniería Agroindustrial en Universidad de Concepción, explica que “la definición de liderazgo que a mí más me hace sentido es la de gestión de cambios”.

Dice considerarse profundamente feminista y que le gustaría ver a más mujeres ejerciendo liderazgo, pero no con el patriarcal.

“Hay liderazgos matrísticos, que son los que a mí me gustan, y pueden ser ejercidos tanto por hombres como por mujeres. Lo patriarcal se relaciona más con la gestión vertical, con la negación de ciertos aspectos humanos donde los que están más abajo sustentan el poder del que está más arriba”, explica.

Por el contrario, lo matrístico no admite lo despóstico ni la encapsulación de las jefaturas.

Para la investigadora del Centro de Biotecnología de la UdeC, Sofía Valenzuela, esta dimensión del liderazgo que dictará las nuevas pautas sociales, educacionales y laborales.“Según estudios de la ONU dicen que, a nivel mundial, para cortar la brecha entre hombres y mujeres falta casi un siglo. Es mucho, pero es un trabajo que se debe hacer entre hombres y mujeres, no podemos hacerlo solo las mujeres, de lo contrario nos vamos a demorar el doble”.

La también docente titular de la Facultad de Ciencias, vivió gran parte de su infancia en Estados Unidos y continuó estudios de doctorado en Alemania, por lo que fue al llegar a trabajar a Chile que sintió “un poco esa discriminación que sufren las mujeres. Acá había cosas que estaban naturalizadas y eso me llamó la atención, como por ejemplo que si hay una reunión de trabajo, es la mujer la que tiene que tomar nota, o incluso es la que tiene que servir el café”.

Si de estilos de liderazgo se trata, la facultativa plantea que “hombres y mujeres somos personas racionales y cuando se asumen liderazgos las decisiones se toman desde la inteligencia y la razón. La diferencia, tal vez está, en las formas de ejercer el mando y no digo que una es mala y la otra es buena, creo que se crecerá sólo en la medida que nos escuchemos, nos aceptemos y colaboremos juntos, hombres y mujeres”.

La cepa es de la casa

Ser mujer y ser líder cuesta. Nadie les regaló nada ni les hizo las cosas fáciles. Y muchas esa condición de líder la traen desde niñas.

La capitán Nitzy Candia, jefa de la Segunda Comisaría de Carabineros de Chillán, dice que “la esencia una la trae. Pero yo desarrollé mi carrera en la calle, en comisarías operativas y eso fue algo que me permitió crecer y fortalecerme lo suficiente como para comenzar a ejercer un liderazgo que hoy me permite estar en la jefatura de una comisaría”.

A la vez, recuerda que si antes la carabinera se encargaba de los niños o dirigiendo el tránsito, hoy se las ve en Fuerzas Especiales, en unidades de investigación, antinarcóticos, pilotos y jefaturas.

“Carabineros siempre tuvo a grandes mujeres líderes y hoy es una institución que sigue apoyando a la mujer en su crecimiento”, añade.

La capitán Daniela Hormazábal es la primera jefa de la SIAT que ha tenido Ñuble.

Para ella, el que se hable de las mujeres líderes con más fuerza, lejos de ser una presión “es un estímulo que me lleva a tratar de ir siempre más allá que mis compañeros, para demostrar que no hay diferencia alguna con mis ellos”

Agrega que de niña, en el colegio, siempre buscó representar en “mi curso en todo lo que pudiera y participando de todas las actividades”.

Y en esto coincide con la doctora en Derecho y académica de la UdeC, abogada Paulina Astroza. “Yo siempre fui la presidenta de todo lo que pude, hasta del Festival. Fui la primera presidenta del Centro de Alumnos del Colegio Padre Hurtado, lo que era casi impensable en esos años”.

Y la decana de la facultad de Ingeniería Agrícola de la UdeC, María Graciela González, era “la mayor de mis hermanos y de varios primos. Yo los sentaba a todos y les hacía clases de matemáticas., me hice fama de mandona. Pero sí, creo que el liderazgo es algo innato”.

Paulina Astroza ha formado grupos de trabajo como el Programa de Estudios Europeos a nivel nacional, el que hoy dirige; ha sacado adelante diversos proyectos y realizado trabajos colaborativos, incluso con la Unión Europea, pero “sí se siente la discriminación, sobre todo en lo académico, donde se tilda de histérica o problemática a las mujeres exigentes o con voz de mando”.

Pese a que no le acomoda que se hable de liderazgos femeninos y masculinos, propone que “está demostrado que aquellas empresas con liderazgos femeninos, suelen ser más productivas, y eso es una lógica economicista que apoya los liderazgos de las mujer”.

María Graciela González cuenta que “primero fui directora del Departamento de Agroindustrias, y luego me convertí en la primera decana de esta facultad, pero a eso se llega formando equipos de trabajo, es un liderazgo que fluye por el esfuerzo y lo que una va demostrando. Sin embargo, sí se siente un poco la discriminación, como que cuesta un poco más ganarse un lugar”.

Dice coincidir con el feminismo en varios aspectos, pero desde lo positivo y lo constructivo. Como todas las entrevistadas asegura que “esto es algo que debemos mejorar entre todos, como sociedad y creo que sí hay cosas que se están entendiendo cada vez mejor”.

Otro ejemplo en Chillán es el de la abogada María Helena Hellman, presidenta de la Asociación de Empleados Fiscales y una de las líderes de la Mesa Social en la región, quien asegura que “desde pequeña tenía una conciencia social. Posteriormente en mi época escolar fui educándome y aprendiendo conceptos de filosofía. Siempre fui del área humanista y eso potenció mi decisión y mi enfoque de cómo miro el mundo”.

Desde 1999 comenzó su carrera sindical en Gendarmería Concepción, para asumir en la ANEF en 2007 y hoy es una de las caras más representativas del movimiento No+AFP. “La sociedad chillaneja es mayoritariamente machista”, asegura.

Añade que “en la Región de Ñuble, preponderantemente rural, el machismo es más acrecentado por un tema histórico cultural denominado hacia estos roles muy marcado entre el hombre y la mujer”.

Finalmente, para María Cecilia Henríquez, presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, “hay muchas mujeres líderes que tienen grandes representaciones en el sentido de trabajo, de saber hacerlo como corresponde, y no son consideradas como tal, por lo que es bueno que se considere. A nivel de dirigentas, tenemos más que claro que nosotros también hacemos un papel importante, pero debiera ser un poco más considerada ante las autoridades”.

Géneros y equidad

“La disparidad de sueldos en el servicio público acá no es tan evidente, porque se va estipulando por profesión, por grado. Acá no se nota, sin embargo, es algo que se evidencia en el área privada”, dice Carolina Arriagada, presidenta del gremio de Enfermeras de Ñuble, con un directorio conformado por cinco personas, de las que cuatro son mujeres.

“En el área de la salud siempre hemos sido mayoría en cuanto a número. Pero, en cuanto a cargos directivos, creo que recién los últimos años se ha ido recuperando un poco esa disparidad”, ejemplifica.

Es por este tipo de realidades que en las últimas décadas se ha trabajado con fuerza para revertirlas.

Fancy Castro, coordinadora y directora del proyecto Dirección de Géneros y Equidad  de la Universidad del Bío-Bío  Campus Chillán, tiene mucho que decir al respecto.

“En general en las universidades se ha desarrollado una mayor conciencia de la necesidad de abordar temas de igualdad de género. Creo que hoy no podemos pensar la universidad, tampoco la sociedad ni el país, soportando estas brechas tan fuertes de desigualdad”.

Fancy Castro mira con entusiasmo una posible Convención Constitucional aprobando la equidad de género.

“El congreso fue capaz de dialogar y dar una respuesta a lo que esta sociedad está exigiendo. Es intolerable que se puedan hacer procesos tan importantes en el país, como un proceso constituyente sin la paridad de género, entendiendo que nosotras no vamos a aceptar que seamos 40-60 o 30-70, nosotros tenemos que ser 50-50 y así debió haber sido siempre”, detalla.

La presidenta de la Cámara Chilena de la Construcción, María Eugenia Rojas, agrega que la mujer aporta una mirada distinta al mundo laboral. “En general nos destacamos porque somos capaces de tomar la iniciativa, promover el desarrollo de los demás, inspirar y motivar, además de perseguir nuestro propio crecimiento”.

Sostiene que “las mujeres tenemos como desafío cumplir con todos los roles que desarrollamos, logrando el equilibrio entre nuestra vida profesional y personal, lo que es un reto permanente. Desde nuestro rubro tenemos la gran responsabilidad de aportar un futuro mejor, para todos los que forman la red de la construcción y para nuestra región”.

Texto: : F.Ahumada / J.Figueroa

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