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Crisis de competitividad fuerza a productores a arrancar arándanos

El optimismo que había a inicios de este año por los resultados de la temporada de exportación de arándanos se comenzó a esfumar cuando los productores comenzaron a recibir sus liquidaciones, a partir de abril, dado que los precios que se pagaron finalmente fueron muy inferiores a los esperados, de hecho, para la mayoría estuvieron por debajo de los costos de producción, afirmó Álvaro Gatica, fruticultor y vicepresidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble.

Luego de una temporada 2021-22 para el olvido, debido a los severos problemas logísticos que retrasaron los envíos y afectaron la calidad de la fruta, para la reciente temporada 2022-23 se observó una mejora en la operación logística y una mayor preocupación de los productores por priorizar la calidad, por lo que se esperaban positivos resultados, sin embargo, la fuerte competencia de otros países productores, principalmente Perú, así como también de Marruecos y México, que inundaron el mercado norteamericano con fruta fresca en el mismo periodo en que llegan los arándanos chilenos a Estados Unidos, terminó por castigar el precio y arruinar la temporada.

Lo anterior, sumado a los altos costos de producción de los arándanos en Chile, han hecho perder competitividad a la industria, por lo que el panorama se ve cada vez más complejo, según expresaron productores como el propio Gatica, de Chillán, y el fruticultor de San Ignacio, Fernando Rodríguez, quienes reconocieron que ya comenzaron a arrancar plantas.

“Los retornos esta temporada fueron, muy malos, bajo los costos, o sea, mucha gente perdió plata esta temporada”, afirmó Gatica, quien detalló que los precios pagados a productor no superaron 1,3 dólares por kilo, de hecho, a algunos les pagaron 60 centavos, en circunstancias que los costos bordean 1,6 dólares por kilo. En ese sentido, subrayó que la mano de obra representa el 80% del costo de producción y que en los últimos años se ha encarecido bastante, un factor clave de la menor competitividad de la industria chilena.

Explicó que “Perú que nos ha tenido complicados, y no solamente los arándanos. Esto está pasando en uvas de mesa, pasó hace años hasta con los espárragos. Ellos tienen condiciones bastante más favorables que las nuestras, han tenido apoyo de parte del gobierno bastante importante, sobre todo, con el tema del agua, les pusieron agua en un desierto donde prácticamente tienen un invernadero natural, producen mucho más rápido y también fletes más baratos”

El dirigente sostuvo que los arándanos de Chile “hoy día están subvalorados, o sea, cualquier fruta, ya sea de Marruecos, México o Perú, tiene un mayor precio que el de nosotros”, al tiempo que reconoció que “nuestra fruta tampoco ha llegado en óptimas condiciones, esa es la realidad. No ha llegado una fruta crujiente, dura, hemos tenido muchos problemas de calidad”.

“Conozco gente que está arrancando arándanos. Yo también ya he arrancado algunas hectáreas, por la baja producción, son variedades que simplemente ya no las quieren. Este año yo te aseguro que van a haber muchos huertos que se van a arrancar o se van a dejar de trabajar. Eso de todas maneras”, se lamentó Gatica, quien anticipó que eso va a afectar fuertemente el empleo “y se va a notar la próxima temporada”.

El agricultor Fernando Rodríguez sólo conservó diez de las 37 hectáreas de arándanos que tenía hace unos años y fue lapidario al vaticinar que “todos terminarán arrancando sus plantas”; y si bien describió el impacto de la dura competencia que enfrentan en los mercados de destino, también apuntó al aumento de los costos como un factor determinante, incidido por normativas que encarecen la actividad. “Pusieron condiciones laborales y tributarias, y hoy las exportadoras y los productores están pagando las consecuencias”.

Rodríguez expuso que “la fruta de Perú sale más firme, llega diez días antes que la nuestra a Estados Unidos; son una serie de condiciones favorables, pero principalmente las condiciones que ellos les dan a los productores: les pasan en comodato la tierra, les pasan el agua, las condiciones laborales y tributarias son muy distintas. Ellos tienen costos altísimos y a pesar de eso, siguen siendo competitivos, porque las condiciones que les entregó el país son mejores” y destacó que “son los mismos capitales chilenos que se fueron a Perú, aprovechando las mejores condiciones”.

“Lo malo que viene ahora es que la gente va a quedar sin trabajo y esa gente es la que tiene menos capacitación”, añadió el fruticultor.

La alerta de Copefrut

Y si bien la preocupación comenzó hace algunos años, por la fuerte arremetida de Perú, que en la temporada 2019-20 desplazó a Chile como principal exportador de arándanos del hemisferio Sur, a comienzos del presente mes, la decisión de la exportadora Copefrut, una de las más grandes del país, que informó que la temporada 2023-24 será la última en la que recibirán arándanos, volvió a encender las alarmas en la industria.

En el comunicado interno enviado por Copefrut a sus colaboradores, se indicó que “el escenario que enfrenta la industria chilena de exportación de arándanos se ha vuelto cada vez más difícil debido a la competencia de otros orígenes y a la reducción de la ventana comercial del hemisferio Sur”.

Según argumentó la empresa, “luego de un profundo análisis de la competitividad de esta especie y a modo de ser responsables con los resultados a largo plazo de nuestros productores, hemos tomado la difícil decisión de finalizar la exportación de arándanos a partir de la temporada 2023-24”, una medida que “se condice con nuestro plan estratégico de concentrar nuestro trabajo en aquellas especies en que tenemos ventajas competitivas”.

Rubro amenazado

Aunque Gatica acotó que el caso de Copefrut sería puntual y por el momento, se descartaría un efecto dominó entre las exportadoras, el dirigente gremial advirtió que no son pocas las exportadoras que están enfrentando una compleja situación financiera.

Según estadísticas del SAG y Asoex, Ñuble y Biobío concentran el 35% de los envíos de arándanos del país, y en el caso de Ñuble, los arándanos son la principal fruta fresca de exportación.

De acuerdo a Odepa, con datos de Aduanas, en 2023 la región de Ñuble sumó US$20,9 millones en exportaciones de arándanos frescos, lo que representó una caída de 12% respecto a 2022, recordada como una de las peores temporadas. En tanto, los envíos de arándanos orgánicos frescos totalizaron US$17,6 millones, anotando un crecimiento interanual de 24%.

Los arándanos fueron por más de una década la principal especie frutícola plantada en Ñuble, y aunque hoy se ubican en el segundo puesto, es el rubro que más mano de obra emplea durante la cosecha.

Desde el Ministerio de Agricultura y ProChile están monitoreando con atención la situación. Antonio Arriagada, seremi de Agricultura de Ñuble, explicó que “la reciente temporada, el volumen de exportaciones de arándanos frescos de Perú superó las 280 mil toneladas, en cambio, en Chile, la estimación para la temporada 2022-2023, según el Comité de Arándanos de Chile- Asoex, en conjunto con la consultora iQonsulting, es de 98.228 toneladas, cifra que representa una baja de 8% con respecto a la temporada anterior. Que Perú, con solo 2 mil hectáreas más de superficie, triplique la producción chilena, es un dato que sirve para visualizar la pérdida de competitividad del sector”.

Añadió que “Ñuble no se escapa de esta realidad: actualmente contamos con un poco más de 4 mil hectáreas de cultivo y 385 productores, y estamos viviendo esta pérdida de competitividad con bajos precios y rentabilidades muy bajas. Sin duda, las causas son diversas, entre ellas, la creciente competencia de otros países productores, que se encuentran más cerca de los países consumidores, con menores costos de transporte, y que han desarrollado su producción en base a nuevas variedades, más modernas, de mayor productividad y mejor calidad de la fruta”.

Acciones a seguir

Gatica confirmó que mañana lunes la Asociación de Agricultores de Ñuble conformará una mesa de trabajo con pequeños, medianos y grandes productores, para analizar las perspectivas para el sector, y posteriormente, reunirse con las autoridades.

“Hay muchas cosas que puede la autoridad, por ejemplo, puede apoyarnos con el tema bancario, ver con el Banco Estado, sacar líneas de crédito especial con bajas tasas de interés”, planteó el dirigente agrícola.

Por su parte, el seremi de Agricultura manifestó que “nuestras acciones, ahora más que nunca, deben estar fuertemente orientadas a mejorar aspectos que permitan a estos productores tener rutas de salida y caminos para tomar decisiones respecto de su situación futura. Explorar cambios de nuevas variedades, incrementar la tolerancia a la escasez de agua, mejoras en el manejo y la cosecha, optimizar las condiciones de transporte y almacenamiento, como también, evaluar reemplazo por otros frutales con mejor perspectiva, constituyen medidas que deben ser discutidas con la cadena productiva en su conjunto”.

Precisamente, Arriagada informó que “para abordar la situación del rubro arándanos ya hemos sostenido conversaciones con la Asociación de Agricultores, para establecer una mesa de trabajo, que reúna a los productores, los industriales, los investigadores de INIA en un seminario, con especialistas y expertos, donde podamos concordar caminos de solución a la problemática de competitividad del sector”.

Proyecciones

Según los productores, las perspectivas no son auspiciosas y tampoco se vislumbra un recambio varietal para aquellos huertos que se están arrancando, porque es muy caro y representa un riesgo importante. En ese sentido, Álvaro Gatica planteó que sólo sobrevivirán aquellos productores que manejen mejor los costos.

Argumentó que “el cambio varietal no es menor, porque eso significa una inversión en torno a $20 millones por hectárea, cosa que ningún agricultor hoy día está en condiciones de hacer. Hoy día nadie tiene la caja para poder hacer eso, porque quedamos todos con un déficit de caja bastante grande, por otro lado, los bancos no quieren saber nada, con las tasas a las que estamos, que son altísimas, son tasas que la agricultura no paga”.

Por otro lado, planteó que la introducción de nuevas variedades también supone un riesgo importante, pues no existe certeza de cómo se comportarán en esta zona y, por lo tanto, el resultado en términos de calidad. “Ha pasado que se han puesto variedades que supuestamente iban a ser la estrella y después simplemente no funcionan: frutas blandas, que no reúnen las condiciones de exportación. Porque todas estas variedades vienen de afuera, donde existen climas distintos.

Consultado por el eventual reemplazo por especies más rentables y que requieran poca mano de obra, como el avellano europeo, que gracias a esas ventajas se convirtió rápidamente en el frutal más plantado de Ñuble, el dirigente gremial reconoció que es la alternativa más atractiva, sin embargo, el acceso a financiamiento y la necesidad de esperar hasta cinco años para que el nuevo huerto esté productivo alejan esta opción.

Coincidió con el análisis Fernando Rodríguez, quien aseguró que no va a plantar más arándanos y también descartó el avellano europeo, por la elevada inversión que se requiere y el tiempo de retorno es muy largo. En ese sentido, señaló que las alternativas más viables son hortalizas y cultivos industriales, como la remolacha o la achicoria industrial. “En mi caso, yo volví a la remolacha”, cerró.

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