Si las relaciones entre las alfareras de Quinchamalí y las autoridades venían desde hace un tiempo en caída libre, la última reunión de la mesa intersectorial realizada el 5 de octubre pasado, terminó por enterrar todas las buenas intenciones. Testigos de aquella jornada en la Escuela de Quinchamalí relatan que el tema a tratar era sobre la salud. Estaban tres representantes de la Seremi del ramo, además de Patricia Izquierdo, encargada regional de Patrimonio Cultural Inmaterial; Scarlet Hidalgo, seremi de las Culturas, y el director del Cesfam, entre otros.
La conversación partió tensa, pero llegó un punto en que se hizo insostenible. Fue durante la intervención de la artesana Marcela Rodríguez, quien alegó por estar años esperando una atención de especialidades. Testigos de la reunión recuerdan perfecto cuando las autoridades la hicieron callar, supuestamente tratándola de “ignorante” por no conocer los mecanismos de atención en la salud primaria.
“Esa fue la gota de rebasó el vaso”, reflexiona la presidenta del Comité de Alfareras de Quinchamalí, y quien lideró este viernes la protesta en las afueras del Gobierno Regional (GORE), Nayadet Núñez. “Lo único que nos separa de ellas, es el cargo que ostentan. Nosotras somos alfareras, nacimos y nos criamos en el campo, pero ignorante no somos. Somos campesinas, pero no vamos a aguantar que venga un empleado del Estado a tratarnos así”, dice junto a otros artesanos reunidos como cada fin de semana en el centro de eventos de la localidad, en donde realizan talleres, venden sus productos y reciben a los visitantes “sin la ayuda de quienes prometieron ayudarnos, el Estado”.
A casi un año de la declaratoria de Salvaguardia Urgente de la Unesco, en donde el Estado de Chile se comprometió a cuidar y proteger el oficio, se sienten más solos que nunca. Sin ir más lejos, no descartan denunciar al Estado ante el mismo organismo por el no cumplimiento de los acuerdos que implican entrar en esta categoría.
Esa reunión del 5 de octubre motivó la protesta de este viernes. La primera demanda es poder lograr un acuerdo ante la inminente venta del predio desde donde hoy extraen la materia prima para trabajar. Pero en la misma protesta comenzaron a aparecer otros temas que las preocupan y que fueron expuestos ante el delegado Gabriel Pradenas. “El delegado estaba sorprendido por la información que le entregamos. Queremos más transparencia en los recursos que se gastan en nosotros, porque no sabemos qué pasa con ellos. Por ejemplo, se la paga a dos monitoras, con los dineros que provienen del Plan de Salvaguardia que nos rige desde el 2014. Pero a sus talleres llegan dos o tres personas, mientras que hay fines de semana que nosotros hemos llegado a 200 visitantes interesados en aprender en el Centro de Eventos, entonces creemos que los recursos no se están gastando bien y nadie nos responde a eso”, indica.
Otro tema para las dos agrupaciones es el convenio firmado el 2021 entre el Gobierno Regional y la Fundación Artesanías de Chile. “Les entregaron 150 millones de pesos. Pero pasaron dos años en que no supimos nada, hasta agosto cuando comencé a pedir explicaciones respecto del trabajo que tenían que desarrollar. Ahí aparecieron, grabaron a dos artesanos e hicieron un taller de control de calidad. Tienen en su poder unas piezas que se supone que estarían vendidas (según la web están agotadas) y a nosotros no nos han llegado esos dineros de esas ventas”, añade Nayadet.
Nayadet sigue. “Por las grabaciones que hicieron, a los dos artesanos no les pagaron el uso de imagen y eso no corresponde. Les deben dinero a cinco artesanas y hemos llamado a la fundación y nadie contesta. La verdad, es que ya nos aburrimos”, dice mientras el resto de los artesanos asiente con la cabeza.
Convenio activo
La Discusión se comunicó con Artesanías de Chile y a través de un comunicado expresaron que “La Fundación mantiene un convenio activo con el Gobierno Regional de Ñuble que comenzó a fines de 2021 y que sigue vigente hasta el cierre de 2023. Este convenio no es solo para las cerámicas de Quinchamalí, si no que para la diversidad de oficios artesanales de toda la región. Incluye compromisos de difusión (con la realización de una microserie que destaca a 10 artesanos/as de Ñúble y se emitirá en televisión abierta), capacitaciones y compra de piezas. El convenio se está implementando en plazo y según lo acordado, al igual que los procesos de compras directas de piezas. En caso de que alguno de los objetivos del convenio no sea ejecutado en los plazos determinados, los montos respectivos serán debidamente reincorporados al Gobierno Regional, siguiendo todas las regulaciones existentes. Estamos en comunicación con las artesanas, atendiendo sus dudas y compartimos sus preocupaciones sobre los accesos a las materias primas. En agosto comenzó a trabajar un Comité de Materias Primas que integra a tres carteras ministeriales (Medioambiente, Culturas y Agricultura), Indap, Conaf y nuestra fundación, entre otras instituciones y con participación de artesanos/as de diversos oficios, culturas y territorios, con el objetivo de asegurar la provisión de estas mismas en los diferentes procesos productivos en los que se desarrollan las artesanías tradicionales. Como Fundación, reforzamos nuestro compromiso con los procedimientos legales correspondientes, así como con nuestro objetivo principal de impulsar, formular e implementar iniciativas que aporten de manera pertinente y significativa al sector artesanal nacional”.
Acuerdos
Tras la protesta del viernes, las autoridades se comprometieron a citarlas a una nueva reunión para el jueves que viene. Según señalaron desde la Seremi de las Culturas, se anunciará la creación de una nueva mesa intersectorial que trabaje para cumplir los siete compromisos, uno de ellos, asegurar el acceso a la materia prima.
Otros temas que las alfareras quieren zanjar son determinar cuántos son los recursos que llegan a la localidad derivados de Patrimonio Cultural Inmaterial “ya que con eso comenzaron los talleres Portadores de Tradición, lo que funcionó bien por largo tiempo. También se hizo un sitio web, que está desactualizado. Nos dicen que no hay recursos para una persona que se haga cargo de eso. Queremos que se haga un catastro detallado y actualizado de las alfareras que van quedando porque ni ellos saben, en sus listados aparecen algunas que ya fallecieron. Nos dijeron la otra vez que no había recursos por la pandemia, luego la situación del país. Nosotros podemos entender, pero los pocos recursos que hay los gastan en cosas sin sentido como en pagar para que hagan un árbol genealógico, algo que se hizo algunos años atrás; o comprar delantales que no nos sirven para trabajar. Hace mucho tiempo estábamos pidiendo bolsas y papel para envolver los productos y siempre nos dijeron que no había plata. Ahora que supieron de la protesta, todos esos insumos se compraron”, dice la alfarera.
“Nosotros estamos a la espera de esa reunión. Si no vemos avances, haremos una nueva protesta este 20 de noviembre, pero esta vez, no será pacífica”, sentencia.
