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Adelantan demolición en variante Collín ante llegada de “okupas”

Cristian Cáceres

Con el crecimiento de la ciudad, las autoridades se han visto en la necesidad de replantear la urbe desde lo estructural, y desde la conectividad, para hacer frente al aumento de la población y del parque vehicular, lo que ha redundado en ampliaciones de avenidas, creación de nuevas arterias, nuevos parques, centros de uso público y, por consiguiente, expropiaciones y demoliciones.

“Y desde que en diciembre del año pasado, la gente del Serviu vino a hacer las expropiaciones para la ampliación de la avenida, las casas quedaron abandonadas y se llenaron de ‘okupas’”, denuncia José Oyarce, periodista y cuyos padres, residentes del sector de la intersección de Collín con Argentina, fueron robados al interior de su propia casa por un grupo de personas, quienes se tomaron la casa de dos pisos ubicada en una esquina a menos de 30 metros de su casa. Fue un lunes a las 19.30 horas.

Asustados, buscaron apoyo vecinal descubriendo que no eran los únicos que habían padecido de los malos hábitos de los recién llegados. “Ya ha habido más personas a las que les han entrado a robar y cuando las personas se levantan en las mañanas a comprar pan, los intimidan y les piden una suerte de peaje. Acá, la mayoría es gente adulto mayor, así que no les queda más que darles dinero”, añadió el denunciante.

La solución fue, aparte de estampar la situación en Carabineros, hacer una denuncia pública para acusar lo que consideran una negligencia por parte del Serviu, “pero se enteraron y nos dijeron que se había extendido la orden de demolición este miércoles 8 de marzo”, comentó el afectado.

Son cinco las casas habitadas por “okupas” en el cuadrante que componen Variante Collín, Los Nogales y Barros Arana, pero hay al menos otras cinco más desde Barros Arana hasta el sector del Molino, cuyos vecinos están en la misma situación.

Es por esta razón que, al menos desde Seguridad Municipal, la directora Alejandra Martínez dijo: “nosotros ya coordinamos una reunión con los vecinos de ese sector y establecer estrategias conjuntas, lo que parte con una programación especial de patrullajes. Estuvo nuestro coordinador de seguridad reunido con ellos”.

Aún más importante es que ya se definió que para la semana entrante “se va a realizar un operativo de desalojo, pero también en esa misma fecha se va a realizar la demolición, por parte de la empresa que está a cargo del proyecto, quienes ya nos entregaron un calendario de demolición del resto de los inmuebles que también van a ser intervenidos”.

Pese a estos anuncios, José Oyarce insiste en que “no nos conforma el mero anuncio, estamos atemorizados y si no vemos que se cumplen con los compromisos seguiremos denunciando lo que está pasando, ya que ahora recién nos prometieron más patrullajes, pero por el momento no se ven”.

Ni el primero ni el ultimo

Fue recién la semana pasada cuando otro grupo de vecinos, quienes residen en el entorno del predio del ex Grupo Escolar, en Argentina con Collín, habían denunciado la presencia de campistas en el recinto, ocasionando una serie de incivilidades y actos intimidatorios.

Las carpas fueron retiradas por una cuadrilla de Aseo y Ornato del municipio, en conjunto con Carabineros, Inspección Municipal y la empresa de recolección de basura Dimensión.

El fenómeno “okupa” se instaló hace más de 10 años en la comuna. Y si originalmente, aún conservaban ese perfil original concebido en Europa, quien pintaba, ornamentaba y cuidaba las casas convirtiéndolas en verdaderos centros de arte urbano y de discusiones políticas, la realidad actual demuestra que en su enorme mayoría se trata de personas con consumo problemático de drogas, alcohol y con antecedentes penales.

El último guiño al concepto original del “okupa”, se vio en calle Libertad, con un grupo de jóvenes quienes incluso plantaron hierbas medicinales en el antejardín del domicilio.

El problema fue planteado en la última reunión del Concejo Municipal por el edil Rodrigo Ramírez, quien sostuvo que el problema se ha hecho cada vez más común, casi incontrolable y que “es hora de exigirle a las empresas que van a demoler o a las entidades que ordenen estas expropiaciones que se encarguen de establecer las medidas de seguridad suficientes y eficientes, para evitar que sean habitadas por estas personas”.

De hecho, en el horizonte comunal se proyectan dos nuevas ampliaciones de avenidas con sus respectivas expropiaciones, específicamente en el sector de Las Rosas con Paul Harris (Parque Lantaño) y en Alonso de Ercilla, “y si desde la municipalidad no establecemos las ordenanzas pertinentes, cada vez que se anuncie una ampliación de avenida va a ser una noticia terrible para los vecinos, porque ya sabemos que por varios meses se les instalarán al lado de sus casas, personas a delinquir”, añadió el edil.

Felipe Ahumada

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