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Vecinos piden revocar permiso ambiental de chancadora en Trehuaco

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Los vecinos del sector Maitenco Bajo, a orillas del río Itata, en la comuna de Trehuaco, denunciaron impactos ambientales y graves alteraciones de su calidad de vida por la emisión de polvo y ruido debido a la operación de una planta chancadora de áridos de la empresa constructora Paola Lamas y Cia. Ltda., de Coelemu, que obtuvo el respectivo permiso ambiental el pasado 13 de mayo a través de una consulta de pertinencia ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Ñuble, que resolvió que dicho proyecto no requería ingresar al sistema de evaluación de impacto ambiental.

Carol Saavedra Saavedra, vocera del Movimiento Medioambiental de Trehuaco, creado justamente para “defender a la comunidad de este proyecto contaminante”, aseveró que “los niveles de ruido son altísimos, es ensordecedor, la casa más cercana a la chancadora está a 50 metros, y mi casa está a unos 100 metros, por lo que todos los días debo salir con mi hija a la casa de una vecina porque el ruido es insoportable; a todos nos ha alterado la calidad de vida; además, el paso de camiones deja en el camino pequeñas piedras que saltan cuando uno pasa en vehículo, a mí me saltó al parabrisas. Es lamentable que diseñen y aprueben estos proyectos sin considerar el impacto en la vida de las personas, quieren convertirnos en una zona de sacrificio”.

La dirigente detalló que más de cien familias viven en el sector, “muchos de los cuales son adultos mayores, agricultores y profesionales, y no podemos entender cómo se aprueba un proyecto de este tipo sin someterlo a evaluación ambiental, ni siquiera hubo un proceso de participación ciudadana, nosotros nos enteramos porque corría un rumor que luego pudimos confirmar”.

En esa línea, también apuntó al efecto negativo en los cultivos de pequeños agricultores y apicultores de la zona, muchos de los cuales tienen chacras para autoconsumo y venta de productos, “pero con este polvo silicoso, los cultivos se ven afectados, lo mismo la producción de las abejas”.

Enfatizó que “el proceso ha sido muy irregular, en primer lugar, porque la planta se ubica muy cerca de las viviendas; en segundo lugar, porque se construyó en una zona urbana inundable, junto al río, donde no está permitido levantar construcciones, de hecho, el proyecto aún no cuenta con la patente municipal, y pese a ello, comenzó a funcionar este mes”. Acotó, además, que la falta de un plan regulador en la zona habría favorecido la expedita instalación de esta planta.

Acciones

“Estamos trabajando de manera coordinada con la junta de vecinos de Maitenco Bajo y de otras comunidades de Trehuaco, también nos está apoyando la ONG Defensa Ambiental y un abogado que contratamos”, agregó.

Saavedra recordó las numerosas gestiones que han realizado ante distintas autoridades, como el alcalde saliente de Trehuaco, Luis Cuevas; el seremi de Medio Ambiente, Patricio Caamaño; y ante el superintendente de Medio Ambiente, Cristian Lineros, sin resultados hasta la fecha.

En ese contexto, en marzo pasado realizaron una manifestación frente al municipio de Trehuaco, “donde le exigimos al alcalde que tomara medidas para evitar la instalación de la planta. Luego de eso, y como estaba en campaña, cambió su postura y ordenó la demolición de la planta, proceso que se detuvo cuando la empresa presentó un recurso y evitó la demolición”.

Luego de la instalación, recordó que “los fiscalizadores de Medio Ambiente vinieron un día justo a las 13 horas, cuando el trabajo de la planta se había detenido”, por lo que no tuvieron resultados. Tras ello, denunciaron a la planta por ruidos molestos ante Carabineros, “lo que aparentemente ha tenido efecto, y hace una semana que no están trabajando, debido a que no cuentan con la patente municipal”.

Además, adelantó que mañana martes interpondrán un recurso de invalidación de la resolución ante el SEA de Ñuble, y posteriormente, un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Chillán.

“No contamina”

Según describió la empresa en la respectiva consulta de pertinencia ingresada el 18 de febrero al SEA, “el proceso se inicia con la obtención del material granular (bolillo adquirido de la asociación de extractores de áridos de Ñuble, el que se transporta hasta nuestras instalaciones (centro de acopio), tapados con carpas de lona con equipamiento auto encarpe, que entreguen un hermetismo y reducción de las emisiones de material particulado desde la carga a la descarga. La disposición en el centro de acopio y su almacenado es en condiciones húmedas. A continuación, se transporta, usando un camión alimentador, desde el centro de acopio hasta el buzón de acero, el que es conducido a través de una cinta trasportadora a un triturador de impacto, que fragmenta la piedra, la que a su vez es trasportada a un arnero, que separa el material en distintos tamaños (grava, gravilla, polvo roca, etc.) los cuales son acopiados a través también de cintas transportadoras en conos independientes, todo en un espacio aproximado de 500 m2”.

En ese sentido, en el documento fueron explícitos al asegurar que “el proyecto no generará emisiones a la atmósfera, debido a que los materiales producidos como de ingresos serán humedecidos”.

En el documento se precisa, además, que la planta tiene una capacidad de procesar 50-80 toneladas por hora, con un promedio mensual de 8.640 toneladas.

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