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Un cabezazo sepultó la ilusión de los diablos rojos

Bastó una sola vacilación defensiva para que el sueño de Ñublense se hiciera trizas en el Estadio Nacional.

Corría el minuto 68 y el tiro libre del incombustible y talentoso volante de Deportes Temuco, Hugo Droguett, fue conectado de cabeza por el espigado zaguero central Luis Casanova, quien le rompió el arco a Miguel Jiménez.

El impacto fue como una daga en el corazón de los diablos rojos, quienes se quedaron sin reacción y pagaron caro su eliminación de la liguilla por el segundo ascenso anoche ante el cuadro sureño.

Una pelota parada, en un partido estrecho, dividido, tenso y con escasas llegadas, permitió que el equipo más experimentado sacara ventaja apelando a su mejor arma y desnudando la falencia más notoria del cuadro chillanejo: El juego aéreo defensivo.

Y es que en el complemento, Ñublense no pudo sostener el nivel de juego que cuajó en el arranque. Período en el que le disputó la tenencia del balón al equipo de Patricio Lira y supo controlar el potente juego aéreo de Matías Donoso.

Los diablos rojos, incluso, tuvieron la ocasión más clara con un tiro de esquina de Iván Rozas que casi termina en gol olímpico a los 15’.

Briceño fue factor tratando siempre de encarar. Una jugada suya terminó en un débil y exigido remate de Escalante, pero Temuco, también apostó por ganar la posesión del balón con Hugo Droguett como la gran figuera del partido. Un jugador incontrolable para el mediocampo de Ñublense, con una movilidad, despliegue y visión de juego, que le permitió a Temuco tener siempre opción de pase. El primer tiempo, mostró a dos equipos que buscaron ganar la tenencia del balón y circularlo rápido para buscar a los atacantes con ataque directo (Temuco) y juego construido (Ñublense). La defensa del Rojo, al menos en el primer tiempo, controló a los atacantes periféricos y neutralizó a Donoso en el juego aéreo con anticipación defensiva. Pero poco a poco el elenco de García fue perdiendo profundidad en ataque.

El Talón de Aquilés del Diablo

Patricio Lira antes de los 15 minutos del complemento se la jugó con Aros, Canío y Cellerino, apostando por el pelotazo directo para buscar a los espigados atacantes. Ñublense tuvo la apertura del marcador con un zapatazo de Mateos que dio en el palo y luego perdió la posesión del balón, desaparecieron Valenzuela y Rozas y poco a poco el elenco del Pije comenzó a inclinar la balanza, hasta que de un tiro libre de Droguett llegó el frentazo de Casanova.

Ñublense intentó una reacción, pero se desordenó. Sin embargo, el juez Christian Rojas no cobró un penal de Yerko Águila tras una mano clarísima. El Rojo puso garra, pero no le bastó en un duelo en el que un detalle, terminó inclinando la balanza para los araucanos.

La voz de García

“Si queríamos pasar, no podíamos cometer estos errores en defensa, una desconcentración y nos marcaron. Después nos desordenamos por buscar el empate y ellos se pararon bien. Ellos apostaron por el juego directo y marcaron el gol. No voy a hablar del árbitro, pero fue penal. Ahora nos concentramos en buscar el ascenso este año. Conforme con la entrega de mis jugadores”, comentó Jaime García, DT de Ñublense.

“Nos vamos tristes, dejamos todo en la cancha, ante un rival complicado que no nos pasó por encima y que nos convirtió de pelota parada”, agregó Giovanni Campusano.

“Estamos tristes, pero hay que seguir trabajando, debemos hacernos fuertes en la B para buscar el ascenso”, sentenció Federico Mateos, consciente de que el sueño renacerá el 2020.

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