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Tras el fin de las restricciones sanitarias la delincuencia volvió a las calles

Cristian Cáceres

La violencia de los delitos y la temeridad de los delincuentes que han marcado la pauta policial chillaneja este año, llevaron a Nayalet Mansilla, cabeza de una entidad como la Fiscalía Regional, siempre mesurada y técnica en sus mensajes públicos, a admitir que hoy en la capital regional, definitivamente, se instaló “otro tipo de delincuencia”.

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La fiscal se respalda en que entre enero y febrero se cometieron los primeros tres alunizajes de los que Chillán y todo Ñuble, alguna vez haya sido escenario. La expresión se sustenta, además, en una secuencia de encerronas a conductores, quienes a punta de pistola han sido obligados a bajarse de sus vehículos y verlos, impotentes, desaparecer en manos de delincuentes.

Y de manera paralela, los cuestionamientos a la efectividad de las cámaras de televigilancia como elemento disuasivo o preventivo, se han multiplicado, especialmente entre locatarios como joyeros y dueños de pubs, quienes han sido víctimas de una ola de robos entre diciembre y febrero, como nunca antes.

Es por este tipo de factores que componen una larga sumatoria de delitos, que –por ejemplo- actores comunales como la concejal, Quenne Aitken, presidenta de la comisión seguridad, manifieste que “la gente en la calle está con miedo, un miedo que nunca antes habían sentido. Miedo de manejar de noche, de llegar a sus locales y notar que les robaron, miedo incluso hasta dentro de sus casas, y lo peor de todo, es que sienten que Carabineros los abandonó, porque pocas veces los ven de noche y porque pocas veces acuden a los llamados de auxilios, independiente de estadísticas que ellos tengan, lo que la gente siente es eso”.

Sin embargo, desde lo estadístico, resulta erróneo decir que hoy hay más delitos que antes. La premisa se cumpliría sólo si se comparan los tramos entre enero y febrero de 2022 (51) y de 2021 (30), ya que la cantidad de robos con violencia e intimidación, registrados en ese periodo desde el 2015 al 2020, son incluso mayores a lo denunciado hoy.

El problema es que hoy la violencia es mayor y, conforme a la propia Fiscalía Regional, hoy hay más armas de fuego en manos de la delincuencia que nunca antes.

El factor pandemia

La radiografía que hace la Fiscalía respecto al fenómeno delictual de hoy en Chillán se relaciona directamente con la pandemia.

Durante los meses de cuarentena y toque de queda, los delitos de la calle bajaron. Sin embargo, las estafas por la web aumentaron, porque mucha gente buscaba comprar a través de sitios de compra-venta y permutas, en vez de ir a un centro con locales cerrados.

Sin embargo, con las actuales restricciones, mucho menos exigentes, los delincuentes también volvieron a la calle, y “los delitos de estafas bajaron, en esos mismos meses comparados, de 173 a 108. El delincuente ha ido donde están las víctimas que ya no compran tanto en línea y están más alertas a las estafas cibernéticas”, especificó la fiscal Mancilla.

El factor “encerronas”

Los robos de vehículos, algunos de manera violenta, han subido con fuerza en la Región (170%) llegando a 65 casos este año, es decir más de uno al día.

Sin embargo, en este punto es donde se hace notar la falta del Servicio de Encargo y Búsqueda de Vehículos (Sevb) de Carabineros, anunciado cuando aún no se instalaba la 16 Zona en Ñuble.

“Eso es absolutamente necesario. Obviamente, como cualquier región, requerimos este tipo de servicios, la Sebv es sumamente importante para poder recuperar los vehículos. Nosotros lo hemos manifestado en varias oportunidades que existan más laboratorios, porque estamos dependiendo de otras regiones para esas diligencias”.

Un proceso complejo

Desde el municipio, la encargada de la Oficina Municipal de Seguridad (Omse), Pilar Gutiérrez, ve aún con optimismo el trabajo realizado en materia de seguridad.

“Hay que entender que ha habido muchas dificultades, como el paso de ser provincia a Región; luego el estallido social, la pandemia; la llegada de autoridades nuevas que en ocasiones se superponen con las ya existentes, y todo eso no nos ha permitido ver con calma los avances realizados. Sin embargo, si bien hoy hay más violencia, también hay menos delitos”.

La abogada recordó que el recambio de luminarias y la llegada de 60 nuevas cámaras municipales serán un factor de mucha más ayuda para la seguridad comunal.

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Felipe Ahumada

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