Desde el 5 de mayo, fecha en que fue muerto el cabo de carabineros Breant Rivas, de 23 años, a manos de un delincuente juvenil, y hasta el lunes 6 de junio, la Región de Ñuble ya suma siete personas heridas por arma de fuego, de ellas, tres con resultados fatales, si se considera que el homicida del funcionario policial cayó abatido en el mismo acto, luego que un compañero de patrulla repeliera el ataque con su arma de servicio.
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La tercera víctima fatal fue una menor de 13 años, quien recibió un disparo en la cabeza el 8 de mayo cuando, presumiblemente, junto a un primo y tres amigos buscaban comprar drogas.
Los últimos casos se consignaron por parte del Ministerio Público entre el lunes y la madrugada del martes.
Mediante un comunicado de prensa, detallaron que las diligencias investigativas le fueron encargadas a Carabineros.
El primero ocurrió cerca de las 18.30 horas del lunes en la Avenida Ruiz de Gamboa, afectando a un hombre que caminaba junto a su pareja y a su hijo de 10 meses. Le dispararon desde un automóvil en movimiento, impactándolo en la cadera.
Ya en la madrugada del martes, un conductor de la aplicación Didi, y estudiante de un instituto de Chillán, fue asaltado por un hombre y una mujer en el kilómetro 13 del camino al sector Las Mariposas. Tras obligarlo a bajar del auto, le dispararon en el cráneo, por lo que debió ser internado en el Hospital Herminda Martín.
A ellos se suma un hombre, quien fue baleado en el sector Ultraestación el mismo 8 de mayo, y una persona en situación de calle, en San Carlos.
El delegado presidencial, Claudio Ferrada, dijo que seguirán las fiscalizaciones para desbaratar a las organizaciones dedicadas al tráfico de armas.
“De igual manera nuestro Gobierno está impulsando el plan Menos Armas+Seguridad, que busca reducir la cantidad de armas de fuego en el mercado ilegal para ayudar a disminuir las tasas de homicidios y delitos violentos. Así como también interrumpir el flujo de armas legalmente inscritas para su uso en actividades delictivas”, dijo.