Las mediciones obtenidas de la estación de la Dirección General de Aguas (DGA) en el río Ñuble, específicamente en San Fabián, indican que en octubre el cauce transportó un caudal medio de 95,5 m3/s, valor que representa un 9% menos que el pronosticado por la DGA para ese mes (105 m3/s), y un 25% menos si se compara con el promedio histórico (140 m3/s).
Al respecto, Salvador Salgado, gerente de la Junta de Vigilancia del río Ñuble, subrayó que en octubre recién pasado se registró un 40% menos de agua en comparación con el caudal medio de octubre del 2020.
De igual forma, agregó que la Junta de Vigilancia también trabaja con otro dato clave: la cobertura de nieve en la cuenca aportante. Es así como en los últimos días de octubre de 2020, un 32-33% de la superficie de la cuenca aportante del río Ñuble estaba cubierta por nieve, lo que equivale a 530 kilómetros cuadrados; en cambio, a fines de octubre de este año, había 186 kilómetros cuadrados, lo que equivale a un 11%, es decir, hoy se observa un déficit en cobertura nival de un 64% respecto del año pasado.
En ese sentido, Salgado sentenció que existe una relación entre la merma de cobertura nivel y el déficit de caudales registrado en la estación de la DGA en San Fabián de Alico.
Pronóstico preocupante
“Lo que uno prevé es que más o menos los caudales deberían estar entre un 40 y 50% menos respecto a los caudales que se registraron la temporada pasada, lo que va a determinar el comportamiento de la disponibilidad de agua entre noviembre y marzo”.
Se trata de una estimación más pesimista que el pronóstico de los caudales promedio mensuales de la DGA para el río Ñuble, que prevén leves variaciones en diciembre, enero y febrero, en comparación con la temporada pasada.
Según la DGA, para noviembre se pronostica un caudal medio mensual de 90 m3/s, es decir, un 32,9% inferior a lo registrado en igual mes de 2020.
En tanto, para diciembre pronostica 56 m3/s, es decir, un 1,4% más que en 2020; asimismo, para enero prevé un 1,7% menos que en 2020; para febrero un 3,7% menos; y para marzo, un aumento de 21,2%.
Recordó, además, que este era el escenario que temían al inicio de la temporada a partir de las menores precipitaciones registradas en invierno. “Es lo que nosotros temíamos, y estos datos están confirmando la hipótesis que nos planteamos al inicio de la temporada, en agosto o primeros días de septiembre, porque en general, los déficit de precipitaciones han sido considerables también, y por tanto, tienen una correlación”.
Consultado por aquellos productores con cultivos anuales que dependen de las aguas superficiales, el gerente de la Junta de Vigilancia aseveró que los resguardos que se pueden tomar tienen que ver con la superficie de siembra que se planifica anualmente y recordó que en agosto la Junta de Vigilancia advirtió que este año los agricultores debían ser muy conservadores respecto a su planificación de siembra, en cultivos como trigo, maíz, remolacha, hortalizas y todos los cultivos anuales.
En ese sentido, el profesional reconoció que los altos precios que alcanzaron la mayoría de estos productos durante la última temporada representaron una tentación grande para los agricultores de aumentar la superficie sembrada, aunque también planteó que el déficit progresivo de precipitaciones que se observó durante el presente año también fue marcando el camino.
Según datos de la Dirección Meteorológica de Chile, la estación ubicada en el aeródromo Bernardo O’Higgins registraba ayer un déficit de 46,3% de agua caída en comparación con un año normal, al totalizar 547 mm., lo que también es más bajo que los 569,1 mm. de precipitaciones a igual fecha del año pasado.
“Es un año complejo, es un año en que nos va a tocar luchar con una disponibilidad muy limitada en el río, y si bien es cierto, apelamos también a que la cultura agrícola en Ñuble pudo haber tomado estas recomendaciones, estos datos sobre disponibilidad, y esperamos que hayan tomado las mejores medidas al respecto; pero ciertamente, este escenario de incertidumbre es el escenario con el que tienen que lidiar en particular los agricultores de la región de Ñuble, por no contar con obras de acumulación que les permitan planificar de mejor forma sus siembras”, puntualizó Salgado.