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Ñublense viaja el lunes a Quito sin complejos por la temida altura

Cristian Cáceres

¿Afectará la altura a Ñublense en Quito?

La interrogante surge espontánea en la víspera del choque entre “diablos rojos” y Aucas, que se disputará el próximo miércoles, a las 20.00 horas, en el estadio Gonzalo Pozo Ripalda, de Quito, a 2.850 metros de altura.

Según especialistas, los efectos de la altura se deben a la baja presión barométrica y, por lo tanto, a una reducción en la presión parcial de oxígeno en el aire inspirado.

Esta condición de hipoxia hipobárica es la causa de la hipoxia alveolar e hipoxemia en los seres humanos que habitan o ascienden a la altura. Los cambios en la resistencia del aire afectan la trayectoria de la pelota y disminuyen la disponibilidad de oxígeno (O2), lo cual reduce la capacidad aeróbica. ¿Efectos? Mareos, dolor de cabeza, dificultad respiratoria y hasta vómitos si el cuadro es más severo.

Sin complejos a jugar en la alatura

El plantel de Ñublense, en todo caso, no hará un trabajo especial o de aclimatización previa, confiando en que la adaptación progresiva en el desarrollo del partido y la experiencia de los jugadores ñublensinos jugando en El Salvador, hagan su papel.

Viajan el lunes

“Viajamos el lunes en la madrugada a eso de las 4 de la mañana. El viaje es un poco largo, pero el tema de la altura es relativo, hay quienes optan por aclimatarse días previos, pero la respuesta después no es ideal en la cancha y hay quienes llegan a jugar y andan bien y viceversa. Es relativo, pero es fundamental la respuesta individual de cada jugador y la adaptación”, reflexiona el técnico del Rojo, Jaime García.

Aucas quiere hacer sentir este factor a su favor .

“Bueno, Ñublense nos superó (2-1) en la ida, pero veremos si hacen lo mismo cuando nosotros lo esperemos en la altura de Quito”, advirtió el DT de Aucas, César Farías, quien suena en la Selección de Venezuela.

El equipo quiteño venció a Flamengo en la primera fecha de la Copa Libertadores, pero no pudo con Racing, que se impuso por 2-1 con un gran orden defensivo y efectividad en ataque.

“Cuando jugamos en Huancayo a 3.259 metros de altura, los efectos fueron terribles, veíamos doble a los rivales y era como estar jugando con resaca”, confesó el 2008 Luis Flores Abarca, tras la derrota de Ñublense frente a Sport Ancash, por Copa Sudamericana.

El próximo miércoles, García confía en que sus diablos rojos estén “a la altura” y den un golpe que los dejará en los octavos de final de la Copa Sudamericana y con la opción viva de ser segundos en la Copa Libertadores

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