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Museos de sitio: una opción para preservar las memorias de catástrofe

Cristian Cáceres

Los museos de sitio se utilizan con el objetivo de recordarles a las personas los desastres ocurridos en su locación, para que estas puedan reflexionar acerca de las lecciones aprendidas, y por consiguiente tomar las medidas preventivas necesarias, en caso de ocurrir otro acontecimiento de igual o de distinta envergadura, y transmitirlas a las futuras generaciones.

El Consejo Internacional de Museos (ICOM), define museo de sitio como el concebido y organizado para proteger un patrimonio natural y cultural, mueble e inmueble, conservado en el lugar donde este patrimonio ha sido creado o descubierto. Dentro de esta categoría se consideran los sitios de memoria, creados para recordar un hecho relacionado con la historia política nacional.

En cuanto a los museos de sitio de desastre en Chile, existe el Museo de Sitio de Chaitén, el de la famosa postal de las casas que fueron afectada por la lava en la erupción del volcán el 2008, museo que dejó pasar tiempo para poder ser inaugurado. “En el 2011 se resguardó, en el 2012 se hizo acompañamiento y terapia psicológica por parte de las universidades de Chile y la Católica, el 2016 se hace cargo Procultura y se recaba información y el 2020 fue el proceso de inaugurar”, cuenta Constanza Gómez, directora de Proyectos Zona Sur de la fundación Procultura y directora del Museo de Sitio Chaitén. El tiempo que se dejó transcurrir fue para suplir primero las necesidades básicas y para trabajar en la contención emocional de los ciudadanos.

Camila Wirsching, directora ejecutiva de la fundación Proyecta habla de otro museo de sitio, el de Chanco, que producto de los vestigios del terremoto del 27 de febrero, una vivienda que estaba destruida, fue construida por mano de obra de la comunidad, y con la técnica del adobe, para reivindicar este material, que no sería el responsable del derrumbamiento de las casas, sino que su utilización de forma incorrecta.

Por su parte, y considerando las memorias de desastres pasadas acontecidas en Chillán, Anabella Benavides, arquitecta de la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán, sugiere que se podría hacer un museo de sitio, “en los pabellones que quedaron después del terremoto del 39”, que son los que están detrás de la Escuela Normal, cerca de la plaza Victoria.

En la actualidad, teniendo en cuenta la catástrofe vivida, de los descontrolados y abarcadores incendios que están consumiendo muchas comunas de la Región de Ñuble, tanto en el campo como en la ciudad, Camila Wirsching menciona, a la hora de pensar en museo de sitio: “se necesita primero un espacio de escucha dirigido a las personas, en que puedan vivir una etapa de catarsis, donde puedan desahogarse y contar sus testimonios, los cuales podrían ser perpetuados, si los vecinos así lo quisiesen, y en los formatos que estimen pertinente. Lo anterior, sería viable luego de que sus necesidades fuesen cubiertas, primeramente, para así evitar que ocurra lo acontecido en Concepción, para el terremoto del 27 de febrero, en que, por toma de decisiones apresuradas, se confeccionó un memorial sin que los penquistas estuvieran de acuerdo, y en un contexto en que todavía no tenían sus requerimientos básicos satisfechos”.

Otro punto importante a considerar, al plantearse hacer un museo de sito, son los costos que esto involucraría. Por lo que en caso de concretarse esta idea, y para perpetuar la memoria de la catástrofe que se está viviendo, de una forma en que no haya mayores gastos asociados, la directora ejecutiva de la fundación Proyecta sugiere que: “se podría hacer, por ejemplo, un museo de sitio en la Región de Ñuble, en un bosque quemado, incorporando una placa que haga referencia que en ese lugar existió un monocultivo”. De esta forma, se podría perpetuar lo sucedido, ayudando a mantener en la memoria colectiva lo que vivió la región, fomentando la toma de conciencia acerca de las medidas de prevención, y la concientización de las responsabilidades de cada uno de los actores involucrados”.

Cambio climático

Katerin Henríquez, presidenta de Red Museos Ñuble, agrega: “Esto es algo que ha venido de la mano del hombre, y justamente la poca responsabilidad, la falta de conciencia con el medio ambiente, es que tenemos el modelo que tenemos hoy en día. Considero viable un museo de sitio donde se pueda ver el daño del monocultivo y además acompañar la historia con conocimiento científico y con el cómo podemos revertir esta situación. Creo que sería el lugar ideal para hablar del cambio climático, considerando que en Ñuble la población general no está bien informada, medidas, que de ser positivas y amigables con nuestro medio, nos podrían ayudar a evitar esta y otras situaciones que dañan nuestro entorno y afectan a la población”.

La presidenta de Red de Museos Ñuble comenta: “Sería bueno poder comprender por qué llegamos a éste punto, qué sucedería si se mantiene, qué acciones podemos hacer y cómo repercutirían positivamente para mejorar la situación, todo eso se relaciona entre la historia y la ciencia y abarca el ámbito del cambio climático”.

Además sugiere que al museo de sitio se le “abarque considerándolo con un enfoque educativo didáctico, reconociendo además la flora y fauna endémica de la región , explorando el conocimiento de manera lúdica. Lo que transmite esta historia que se contaría, en el contexto de los vestigios que dejó el incendio, tiene que ser de una forma llamativa y que llegue a todo público”.

Educación patrimonial

Respecto al alcance en la población, la seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Scarlet Hidalgo, sostiene que: “un museo de sitio puede ayudar a descentralizar la educación patrimonial, ya que, en el caso de los incendios que nos afectan hoy, la mayoría está en zonas rurales”.

La seremi también comenta acerca del cuándo y el quiénes, en torno a la idea de crear un museo de sitio. “Un museo de sitio será viable si se unen diversas voluntades desde lo público y lo privado y ese es un proceso que debe abordarse en momentos posteriores a la tragedia que estamos viviendo”. Sin embargo, menciona que el museo de sitio “no es el único camino para concientizar, lo primero es educar en una cultura de la prevención ante desastres por parte de todos los actores sociales, públicos y privados”.

Scarlet Hidalgo se refiere a una posibilidad al considerar el perpetuar en la memoria la catástrofe incendiaria: “Como Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio estamos trabajando en el diseño del Museo Regional de Ñuble, el cual tendrá el relato identitario de nuestro territorio, de acuerdo a lo que se defina junto a diversos actores culturales y ciudadanos y, probablemente, las catástrofes serán parte de esa historia”. Ante la inquietud de dejar registro de la catástrofe que está viviendo la región, una buena alternativa, para contar y perpetuar el relato de la situación de emergencia vivida en la actualidad, por la acción de los incendios, podría ser el Museo Regional de Ñuble que estaría en proceso.

Texto: Maily Chamorro

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