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Municipio espera aprobar ordenanza de cierre de pasajes a fines de este mes

La Discusión

De siete a 10 horas continuas de cierre, rejas de hasta tres metros de alto, con a lo menos un 60% de visibilidad, a cinco metros del límite con la calle perpendicular y la aprobación de un 80% de vecinos (ya no del 90) son parte de las exigencias del nuevo reglamento que autoriza el cierre y controles de acceso a calles, pasajes o conjuntos habitacionales por motivo de seguridad, que se publicó en el Diario Oficial, el pasado sábado 8 de octubre.

Reglamento cuya ausencia generó conflictos entre vecinos, negativas a solicitudes en los municipios e incluso la instalación ilegal de estas rejas en la comuna. [bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]

Con autoridades que rara vez las mandaron a sacar por empatía con la inseguridad que afectaban a los recurrentes, fueron varios los alcaldes quienes hicieron presión para que este reglamento fuera aprobado por la Subsecretaría de Prevención del Delito y por la Subdere, entre ellos el alcalde de Chillán, Camilo Benavente.

“Nosotros empezamos a realizar todas las gestiones, personalmente conversé con el director de la Subdere con el fin de acelerar el proceso, porque hace mucho tiempo que las comunidades nos están solicitando poder cerrar sus pasajes. El día sábado, recién, aparece el reglamento por lo que a primera hora del lunes dictaminamos un decreto alcaldicio con el plazo perentorio para el 28 de octubre, a fin de que la Dirección de Obras, la Jurídica y la de Seguridad, se preocupen de armar la ordenanza para el cierre de pasajes”.

De cumplirse esta agenda, ya se espera que a comienzos de noviembre poder aprobar todos los proyectos que se presenten, siempre y cuando cumplan con lo que estipula la ley, el reglamento y la ordenanza.

Actualmente hay seis solicitudes formales para este tipo de cierre, a los que no se les había podido dar la autorización necesaria por carecer de un fondo legal que los visase. Sin embargo, las que se realizaron de manera desformalizada, llegó a haber 26 peticiones, que por la misma razón, fueron rechazadas.

Con este nuevo escenario, para el alcalde no es un misterio que en un futuro próximo, los requerimientos puedan superar estas cifras.

“Eso es evidente, por lo tanto nuestra idea es hacer una ordenanza que facilite los trámites y ayudar de manera efectiva a que se permita a los vecinos a cerrar sus pasajes, si así ellos lo quieren”, sostuvo.

Uno de los principales obstáculos que tuvieron estos proyectos no fueron necesariamente las trabas legales o la no autorización municipal, sino la misma oposición vecinal.

“Esta es una de las principales ventajas de esta nueva ley”, apunta el jefe comunal, y pone como ejemplo “un caso que se vivió en la villa Barcelona, cuando había un conjunto de personas que querían cerrar, y aunque totalizaban el 90%, hubo dos vecinos que se oponían, y acudieron a la Corte de Apelaciones, consiguiendo que el tribunal fallara a su favor. Ahora, que ya hay una ley clara y precisa, esto no podría volver a suceder”, explicó Benavente.

Efectividad en duda

Alejandra Martínez, titular de la Dirección de Tránsito Municipal, es clara y advierte que “creemos que los cierres permitirán una mayor sensación de seguridad”, evitando garantizar que ayudará a bajar los delitos.

Lo anterior, porque en el plano nacional se ha debatido respecto a la real efectividad de las rejas, concluyéndose que no hay estadísticas que respalden esta presunción.

Por el contrario, algunos expertos como Alejandra Mohor, académica e investigadora del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la Universidad de Chile, junto con plantear que los efectos de estos cierres son más bien limitados, pueden incluso favorecer otros delitos como los portonazos.

“Es por eso que este nuevo reglamento es importante en cada detalle. Se exige por ejemplo un cierto tipo de motores y otros equipamientos que permitan una apertura rápida y mayor resguardo, pero todo eso, junto con la citofonía, el tipo de rejas, los controles para abrir y cerrar deben ser costeados por los propios vecinos, y por eso es una decisión que se debe tomar con claridad”, concluyó Alejandra Martínez.

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Felipe Ahumada

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