Señor Director:
Casi todos los expertos en economía y en finanzas y panelistas “todo terreno”, a nivel nacional e internacional, concuerdan que solo cuando se conozcan los nombres de los ministros de Hacienda y de Economía del futuro gobierno de Gabriel Boric, los inversionistas decidirían invertir en Chile, otros mantener sus inversiones en Chile y ojalá los menos, decidirían hacer las maletas y salir de Chile. Surge la pregunta: ¿La decisión del presidente Boric para elegir a las dos personas que ocuparán esas carteras pasará por ser ambos de su confianza personal y afines políticos, por tener un potente currículo profesional, lleno de experiencias y de academia, dentro y fuera de Chile, por no ser continuistas, definitivamente por ser ambos, sin excepción, del completo gusto de los inversionistas, que llegarían, que hoy están y se mantengan en Chile, o “el sueño de Gabriel”, todas las características anteriores juntas, ni más, ni menos?
Como es de costumbre, han aparecido muchos nombres posibles, en donde cual más, cual menos, todos ellos tienen algunas o varia de las características nombradas, otros desde ya se excusaron y seguirán de académicos, pero lo que está muy claro es que quienes sean los dos nominados saben que, como diría un futbolista, “el partido será (muy) difícil”, pues tendrán que cumplir con las grandes expectativas que tiene la hinchada, y deberán ceñirse exclusivamente a las instrucciones (Proyecto de gobierno prometido) del presidente Boric, y como si fuera poco, además deberán crear más empleos, bien pagados y estables, financiar una mejor salud, mejor educación, más viviendas, más inversión en seguridad para todos, mejores pensiones, etcétera. Es decir, “entre el dicho (promesas del candidato Boric) y el hecho (el total cumplimiento de ellas), no tenga absolutamente ningún trecho…
Luis Enrique Soler Milla
