En una sesión extraordinaria llevada a cabo en la madrugada de este viernes, el Senado de México dio luz verde a la esperada reforma de jubilaciones presentada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Esta medida, que ha enfrentado obstáculos por parte de la oposición, culmina su trámite legislativo y pasa ahora a manos del poder ejecutivo para su promulgación.
La iniciativa, respaldada por el oficialismo mexicano y sus aliados, marca la creación de un Fondo de Pensiones para el Bienestar con una asignación inicial de alrededor de 2.300 millones de dólares. El objetivo primordial es mejorar las pensiones de miles de trabajadores en el país.
La reforma, previamente aprobada el lunes por la Cámara de Diputados, contó con el respaldo de la mayoría legislativa que ostenta el gobierno. Se espera que el nuevo fondo, alimentado por los recursos no reclamados de las administradoras privadas conocidas como Afores, tenga un impacto significativo en el sistema de jubilaciones mexicano.
Según Alejandra León, legisladora del Movimiento Ciudadano, “esta reforma no pretende robar los ahorros de nadie, sólo se administrarán las cuentas inactivas o sin reclamar”. Por su parte, Ernesto Pérez del Movimiento Regeneración Nacional enfatizó que “el gobierno sólo puede tocar esos recursos para un fin, que es mejorar el nivel de vida de millones de mexicanos”, criticando a quienes buscan lucrarse con los fondos de los trabajadores.
El nuevo fondo jubilatorio se vinculará aproximadamente al 5% de los fondos manejados por las Afores, según estimaciones de la legisladora León. Esta medida representa un hito en el esfuerzo del gobierno por garantizar una jubilación digna para los ciudadanos mexicanos y ha enfrentado la resistencia del sector privado y la derecha política.
Con la aprobación en el Senado, la reforma de pensiones avanza hacia su implementación, marcando un cambio significativo en el panorama de las jubilaciones en México y abriendo el camino hacia una mayor seguridad financiera para los trabajadores del país.
