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Más que un paso bajo nivel

Mauricio Ulloa

La línea férrea en su paso por Chillán constituye un límite que divide la ciudad en dos, con lo que las escasas vías de comunicación entre el oriente y el poniente, como ocurre en el sector de Parque Lantaño, se congestionan con facilidad en un contexto de fuerte crecimiento urbano hacia el poniente.

Este tema, que impacta directamente en la calidad de vida de 25 mil personas, ha cobrado actualidad tras la reposición del servicio de trenes Chillán-Santiago, que reavivó en los vecinos de Parque Lantaño la necesidad de contar con mejor conectividad, pero sobre todo porque el sector sigue poblándose, ahora con edificios de departamentos. De hecho, el anuncio de la construcción de 18 nuevas torres, terminó por colmar la paciencia de los vecinos, que nuevamente ven cómo los proyectos inmobiliarios en el sector no van acompañado de soluciones viales.

Así quedó en evidencia en las Jornadas de Participación Ciudadana realizadas la semana pasada en la sede social Villa Olimpo, donde el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) activó el proceso respecto a la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto habitacional DS 19, Parque Lantaño.

La iniciativa ocupa una superficie de 5,2 hectáreas y contempla la construcción de 950 departamentos con destino habitacional, distribuidos en 18 torres de 5 pisos cada una, además de estacionamientos, equipamiento y áreas verdes.

Respecto al proyecto del paso bajo nivel, que es una de las soluciones que los vecinos de Parque Lantaño esperan hace décadas, el año pasado recibió la Recomendación Favorable (RS), por parte del Ministerio de Desarrollo Social para su ejecución, que implicaría una inversión cercana a los $20.000 millones. Sin embargo, aún se encuentra en etapa de diseño y no existen mayores avances en el modelo de la obra. Paralelamente, se espera avanzar en las expropiaciones de terrenos, para comenzar los trabajos el próximo año.

Una iniciativa de este tipo toma 4 a 5 años, pero debiese avanzar con mayor celeridad, en la medida que el Gobierno Regional y las carteras de Obras Públicas, Vivienda y Transporte se involucren en él.

Este paso a desnivel debería haber sido construido en 2007, cuando fue modernizada la Avenida Martín Ruiz de Gamboa, pero la falta de un sistema de evacuación de aguas lluvias lo impidió. Pero aquel escenario cambió, pues ya no existe riesgo de eventuales inundaciones, gracias al Plan Maestro de Aguas Lluvias, ejecutado los últimos 5 años en Chillán.

Desde el punto de vista técnico, este proyecto tiene un itinerario claro y definido, pero es bien sabido que para que iniciativas de esta envergadura sean priorizadas también se requiere voluntad política, lo que demanda una actuación proactiva de autoridades de Gobierno y parlamentarios, con el objetivo de obtener un trato preferente para ella. Se trata, a fin de cuentas, de una de las mayores moras de la ciudad y un síntoma de nuestra mayor enfermedad: la conectividad.

Por último y considerando que un paso bajo nivel mejorará los flujos de tránsito oriente-poniente, pero que desde la perspectiva de largo plazo no soluciona el tema de fondo, se requiere también pensar en la habilitación de nuevos accesos en otros puntos estratégicos.

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