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Los factores que ingresaron a la alfarería negra a la Unesco

Cuatro manifestaciones internacionales pasaron esta semana a formar parte de la Lista de Salvaguardia Urgente por la Unesco, además de la alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca. Se trata de la cultura de preparación del bortsch ucraniano (Ucrania), el trabajo tradicional de la piedra de Ahlat (Turquía), el arte de la alfarería del pueblo chăm (Viet Nam) y la xhubleta, conocimientos tradicionales, artesanía y formas de utilización (Albania).

Todas estas manifestaciones culturales inmateriales en su conjunto, según la resolución de la Unesco, están en peligro de desaparecer y no cuentan con generaciones interesadas en mantener parte de la cultura en donde están insertas. En el caso particular de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca fueron varios los factores que pesaron para que la 17° Sesión del Comité Intergubernamental del Patrimonio Cultural Inmaterial de Unesco, celebrada en la ciudad de Rabat, en Marruecos, incluyera a la alfarería negra dentro del listado que le asegura la preocupación urgente del Estado de Chile y el acceso a proyectos, fondos y cooperaciones.

Según el registro de la asamblea al cual La Discusión tuvo acceso, los factores son varios y dialogan con distintas y variadas áreas. Entre las amenazas que vieron los expertos destacan el deterioro del ecosistema, la disminución del interés de los jóvenes, la edad avanzada de los practicantes, el éxodo rural, la falta de respeto, la pérdida de elementos materiales y recursos financieros insuficientes.

Para la convención, además, pesaron dos ámbitos en los que tiene competencia: Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo Técnicas artesanales tradicionales.

“La artesanía es fuente de autonomía social y económica, y esta práctica pone de manifiesto el papel no subordinado de las mujeres en las relaciones de género. Sin embargo, la viabilidad de este elemento se ve amenazada por factores demográficos y medioambientales y por la precariedad de los contextos sociales. Con el desplazamiento de los jóvenes a las zonas urbanas, la posibilidad de transmisión disminuye. El acceso a las materias primas también es cada vez más difícil debido a la pérdida de biodiversidad y a la degradación del suelo. Además, la ausencia de regulación propicia la apropiación de la propiedad intelectual en torno al conocimiento de la alfarería y su uso por parte de diseñadores y artistas con fines lucrativos, sin compartir los beneficios con las artesanas”, añade Unesco en el análisis efectuado esta semana en Marruecos.

Qué viene ahora

Claudia Uribe, representante de Unesco en Chle, advierte que “la incusión de la alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca en esta lista de salvaguardia urgente permitirá ejecutar un plan de acciones para apoyar este trabajo, considerando su importante contribución a la identidad local y a la diversidad cultural del país”. 

“La Unesco valora el trabajo conjunto que ha desarrollado el Estado chileno junto con las organizaciones cultoras para preservar la centenaria alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca. Este patrimonio de la zona del Ñuble, que se transmite de generación en generación, es conservado por las comunidades en constante interacción con la naturaleza y su historia”, indicó.

Por su parte, la seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Scarlet Hidalgo, señaló que “nos queda un largo trabajo y orgullosas de poder enfrentar con ellas este camino para que se salvaguarde la alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca. Estamos muy contentas por este reconocimiento que destaca a nivel mundial sus saberes y de parte nuestra el compromiso de seguir apoyándolas en lo que ellas necesiten, requieran y esperan”, indicó la autoridad regional.

 

Texto Carolina Marcos

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