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Los Buenos Muchachos tiene sello ñublensino en Santiago

La identidad de Ñuble destaca en medio de la consternación que provocado en Santiago el cierre de la casa matriz del restorán Los Buenos Muchachos. Esto, porque el local ha cultivado un enorme prestigio a lo largo de sus 82 años de existencia. Fue fundado en 1939 por José Ignacio Vivanco Parada, oriundo de Buli, en el norte de Ñuble. Junto a su familia decidieron trasladarse a Santiago en busca de mejores expectativas y se establecieron allá, con este importante resultado, que ha traspasado generaciones.

Con enorme compromiso y tradición, este emprendedor conquista con el local un lugar destacado en la gastronomía capitalina, ya que siempre mantuvo recetas costumbristas. Comenzó como una picada, pero evolucionó hasta lo que es actualmente, con parrilladas, show y música folclórica.

El fundador ejerció hasta 1989 en el local, que siempre ha trabajado en una relación muy cordial y cercana con su público. Falleció hace ya siete años, sin embargo, lo sucede su hijo, Ignacio Vivanco Bravo en la gerencia de este espacio, que esta semana cerró sus puertas en calle Cumming, ya que la construcción de la línea 7 del metro comprende este espacio.

Reconoce que sienten mucho lo que han pasado, sin embargo, esto también les ha dado la oportunidad de recibir la valoración de sus seguidores. “Tenemos mucha pena, pero hemos recibido muestras de cariño de la gente al igual que de muchos de los que han trabajado en algún momento acá”, indica el gerente.

El cierre se traduce en el fin del empleo para gran parte de sus funcionarios. Solo algunos de ellos podrá continuar sus labores en las otras dos sucursales que ha habilitado Los Buenos Muchachos a lo largo de los años. Se ubican en calle Beauchef en Santiago, así como también hay otra en la comuna de Buin.

Acorde a los tiempos

El paso de los años obligó a que este local se adaptara a las nuevas formas de consumo. Se ha notado especialmente a lo largo de la pandemia e incluso desde el estallido social. Ambos períodos han significado duras pruebas para la administración de Los Buenos Muchachos, pero encontraron la fórmula para conservar la tradición y llegar con sus sabores a su público cautivo.

“Tuvimos la necesidad de adaptarnos y seguir con nuestra trayectoria. Nos reinventamos con la más moderna tecnología, creando platos precocidos y sellados al vacío, para llevar ese tan anhelado sabor casero a sus hogares”, destacan.

En esas condiciones logran subsistir en el mercado cada día más competitivo, que además ha restado importancia el ambiente que se dé. A cambio de eso, prima la rapidez. Pese a ello, Los Buenos Muchachos mantienen su tradición y forma parte de la cultura santiaguina a los largo de sus 82 años de funcionamiento.

También en Ñuble

Este restorán capitalino ha alcanzado un nivel de reconocimiento similar al de otros locales a nivel nacional. Se ha notado especialmente desde que el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio entrega el premio a la “Mejor Picada de Chile”, cuyo jurado son los mismos consumidores de todo el país, a través de su voto electrónico.

De Chillán ha destacado en esta instancia el restorán Onde’l Pala, que existe desde 1967 y se ha convertido en un ícono para las tertulias tradicionales. Incluso acoge a muchos turistas que visitan la zona, pero al igual que todo el comercio, ha debido moldear su estrategia comercial para subsistir al distanciamiento de la pandemia.

Sin lugar a dudas, respiran con cierta comodidad con el avance a la fase de apertura en el plan paso a paso, pues podrán volver a organizar sus tertulias con un aforo limitado. Esto reinyecta energías a los empresarios de estos locales, pero también al público general, que extraña los espacios de relajo y entretención, como un complemento a as tareas que desarrollan día a día.

Hay otros locales en el país, que han sido destacados como sitios característicos de la cultura popular. Tienen una importante conexión con la comunidad y entre ellos brilla el Manhattan de Concepción, el kiosco Roca de Punta Arenas, además de tantos otros que consolidan los lazos con la esencia tradicional de cada zona.

En tiempos de pandemia, estos sitios se recuerdan con nostalgia entre la clientela, ya que son el escenario perfecto que cobija a amistades de siempre. Forman parte de la memoria colectiva.

Texto: Catalina Garcés

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