Este próximo 6 de junio será lanzado en Chillán el libro “El mural en el fin del mundo”, del arquitecto chillanejo Claudio Martínez y del ensayista y escritor Álvaro Briones. La actividad se desarrollará a partir de las 18.30 horas en el Teatro Municipal y marcará la primera experiencia de Martínez como novelista.
Claudio Martínez ha escrito otros libros basados en archivos, entrevistas y la prensa como “Punta Peuco, la historia desconocida”; y “Punto de fuga, relato del quinto pasajero”, en donde relata la historia de la gran fuga de la Cárcel de Alta Seguridad el 30 de diciembre de 1996, cuando él era el director de Gendarmería. Pero “El mural en el fin del mundo” es su primera novela, un texto escrito desde el corazón motivado por el gran cariño que tiene por los murales de David Alfaro Siqueiros y los frescos de Xavier Guerrero en la Escuela México, establecimiento que de niño lo recibió.
Álvaro Briones fue el encargado de dirigir el proyecto y llevar adelante relatos como la historia de Siqueiros en México. Luego, ambos intervinieron, revisaron y dialogaron en torno al texto final. Briones, quien hoy vive en Cuernavaca, última Morada de David Alfaro Siqueiros, viajará a Chile por estos días para estar presente tanto en el lanzamiento en Chillán como en la presentación del libro que se realizará dos días después en Santiago.
La novela
La novela parte con una historia verídica relatada en primera persona por Martínez, quien en un viaje a Copiapó se enteró que en México (Delegación de Iztapalapa) había un establecimiento llamado Escuela Copiapó. El nombre de este colegio es un reconocimiento a la ayuda económica enviada por los habitantes de Copiapó al entonces Presidente mexicano Benito Juárez, a mediados del siglo XIX, cuando México resistía a las tropas francesas que amenazaban la independencia de este país. Pero Martínez se impresionó aún más al saber que en su estadía en Chile (entre 1941 y 1942) Siqueiros había visitado Copiapó. Eso le dio al muralista mexicano el ánimo de contribuir con una pintura para esa escuela que además cuenta en su entrada con un busto del Presidente Salvador Allende, quien la inauguró en persona el año 1972.
El relato sigue cuando Siqueiros es sacado de la cárcel en México y conducido hasta el despacho del Presidente de México, general Manuel Ávila Camacho, quien le comenta que la única forma de rescatarlo de la cárcel (estaba ahí acusado de intentar asesinar a Trotsky) sería viajando a Chillán para pintar un mural en la escuela que el estado azteca había donado a la ciudad tras el terremoto de 1939. Todo esto, auspiciado por el cónsul Pablo Neruda.
Martínez también relata las razones que lo llevaron a solicitar la declaratoria de Monumentos Nacionales a ambos trabajos, cuestión que el Consejo de Monumentos Nacionales decretó el año 2004. Esto, en definitiva, permitió que los murales se sometieran a un proceso de restauración en conjunto con el gobierno mexicano y que luego hizo que el mismo equipo regresara el 2010 para reparar el fresco de Xavier Guerrero que terminó en el suelo tras el terremoto del 27 de febrero de ese año.
Ambos autores detallan que todo lo relatado corresponde a una novela, pero no les cabe duda que muchas de esas escenas sí ocurrieron en la vida de Siqueiros en Chillán. Uno de esos relatos tiene que ver con la supuesta amante que el muralista azteca habría mantenido en la ciudad mientras pintaba los murales de Siqueiros, relación de la cual pudieron haber quedado dos aristas. Una, es un supuesto mural pintado en la casa de dicha mujer y la otra, es un nieto que deambula por las calles de la ciudad, que pinta y que tiene un parecido indiscutido con Siqueiros. Ninguno de los dos elementos ha podido ser comprobado y pasaron a ser parte de un imaginario colectivo.
“Este libro fue editado por el Fondo de Cultura Económica y considera ejemplares tanto para Chile como para México. Esta novela no solo corresponde a una visión propia de Álvaro y mía, sino que también es muy importante para dar a conocer esta joya patrimonial que tiene Chillán y que goza de un prestigio internacional que los chillanejos no siempre apreciamos. En este proceso de investigación y de conversaciones con Alvaro Briones, decidimos profundizar en un periodo político de la vida de Chile bien interesante”, indicó Claudio Martínez a La Discusión.
