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La última visita y el balance de su gestión en la región

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En medio de los funerales de Estado en marcha para despedir al ex presidente Sebastián Piñera, resalta el legado de sus dos mandatos presidenciales. En Ñuble, su último período presidencial (2018-2022) estuvo marcado por medidas trascendentes para la región, como la puesta en marcha de la nueva región y el inicio de las obras del nuevo hospital, así como por temas que quedaron pendientes, como la nueva cárcel o el embalse Punilla.

La última visita oficial del mandatario a la región fue el 20 de agosto de 2021, cuando participó de las actividades conmemorativas de un nuevo natalicio de Bernardo O’Higgins en Chillán Viejo, junto con visitar las obras del nuevo Hospital Regional, por entonces con un avance total de un 20% y de 65% de infraestructura.

“En total son 130 mil metros cuadrados y más de $204 mil millones de inversión, con todas las especialidades y con una tecnología de punta que incluye algunas que no estaban disponibles aquí, por lo que debían recurrir a la Región del Bío Bío”, afirmó entonces el mandatario.

Según analistas, políticos y autoridades consultadas por La Discusión a días del término de su segundo mandato, el gran logro del segundo gobierno de Piñera en Ñuble fue concretar la instalación de la nueva región, proyecto que fue impulsado por el gobierno de Michelle Bachelet, pero que la administración del fallecido jefe de Estado asumió sin complejos, máxime que le otorgó la posibilidad de incorporar a sus militantes a la nueva burocracia regional. Tal proceso no estuvo exento de dificultades y conflictos internos de poder, pero lo concreto es que la totalidad de los servicios públicos quedaron operando en el territorio. Donde más se notó el cambio de estatus de provincia a región fue en el aumento del presupuesto público, que creció en 70% entre 2019 y 2021, alcanzando casi 700 mil millones de pesos y también en los fondos de libre decisión regional, que pasaron de 25 mil millones a 50 mil millones.

Destacaron también los avances en vialidad y agua potable para comunidades rurales. De concretar poco más de 20 kilómetros al año cuando Ñuble era provincia, se pasó a más de 100 kilómetros por año, es decir, se aumentó cinco veces la inversión en este ámbito, mientras que desde 2018 a marzo de 2022 se construyeron 2.734 nuevos arranque de agua potable en sectores rurales.

Al debe

Sin embargo, el Gobierno de Piñera también quedó al debe en cuestiones importantes para este territorio, como el embalse Punilla, su gran promesa de campaña, como también la construcción de un nuevo complejo penitenciario, que aún está en punto muerto. A ello se suma el abandono del Programa Zona de Rezago, que tenía por misión sacar del atraso a las comunas más pobres de la provincia de Itata. La iniciativa, que en 2018 ya comenzaba a mostrar positivos resultados, terminó reducida a un par de proyectos y transferencias a municipios “regalones”, y convertida en bolsa de trabajo para operadores políticos.

A Sebastián Piñera además, le tocó lidiar con la pandemia por Covid-19, enfrentando con relativo éxito una situación impensada y compleja.

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