Los padres son sin duda figuras valiosas para los hijos o hijas. Esto es evidenciado a cada momento por todos quienes han tenido la experiencia de ser papá y de participar de forma activa en la crianza y cuidados que las niñas y niños necesitan, camino que se inicia tempranamente desde el embarazo de la pareja.
Nicolás Figueroa y Carlos Guevara tienen en común haber sido padres en el último mes en el Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico Herminda Martín, experiencia que relataron como única y ante la cual se sorprendieron, pues a pesar de la pandemia, pudieron compartir valiosos minutos con las madres de sus hijos y con sus bebés, teniendo la oportunidad de iniciar la paternidad activa, gracias al primer contacto piel a piel con sus hijos, mediante la técnica de apego canguro, que consiste en recostar al bebé desnudo en el pecho de uno de sus padres, generando un momento de intimidad entre ambos.
María Teresa Higuera, encargada del Subsistema Chile Crece Contigo, explicó que esta técnica tiene múltiples beneficios pues “permite que el bebé se tranquilice al sentir el olor de sus padres y escuchar el latido del corazón, pues es algo similar a lo que él estaba acostumbrado hasta antes del nacimiento. Inicialmente se realiza con la madre y luego con su padre”.
Según precisó la matrona, esta práctica disminuye los factores estresantes que debilitan al sistema inmunológico, tanto de la madre como del recién nacido, brindando al bebé un escenario propicio para su desarrollo neuronal. “Para el padre, que hasta ahora establecía su apego cuando los niños iniciaban el lenguaje, ésta es una oportunidad para adelantar la relación desde lo emocional formando un vínculo muy potente entre ambos. Debemos entender que el apego es un aprendizaje que no tiene tanto que ver con el ‘hacer’ sino más bien con ‘ser’ y transmitir empatía de diversas maneras: siendo cuidadosos y atentos; poniendo al bebé en el primer lugar, siendo abiertos, genuinos y estando disponibles emocionalmente”, aseguró.
Una experiencia que marca para toda la vida
Una vivencia para muchos nueva y muy cargada de emoción fue la que experimentaron los padres que pudieron participar en el parto de sus hijos o hijas, como Nicolás, proveniente de Talcahuano y que por motivos del destino vivió el nacimiento de su segundo hijo, Nelson David, en el Hospital de Chillán. “Para mí fue una experiencia muy hermosa, de hecho me puse a llorar luego de cortar el cordón y estar piel a piel con mi hijo, algo impresionante y extraordinario. Aunque es mi segundo hijo, antes no lo había experimentado y ahora que él ya está de alta estamos momentáneamente separados pero lo llamo a diario y me sigo emocionando al oírlo al otro lado del teléfono”, contó.
Para Carlos, el nacimiento de Alessandro Valentín fue inolvidable y único, pues pese a ser su segundo hijo, no había conocido antes sobre el apego canguro, pues no lo mencionaron en su país natal, Venezuela donde nació su primogénito. “Fue muy emocionante esta nueva experiencia. Estoy feliz de haberlo recibido, de haber podido darle su apego al estar recién nacido, ponerlo en mi pecho y sentirlo tan cerca. Si bien no estuve durante todo el parto, si pude cortar el cordón umbilical y disfrute al máximo teniéndolo cerquita de mí durante un momento, de hecho me sorprendió que cuando me lo pidieron para vestirlo él lloró al despegarse de mí y eso me emocionó demasiado. Su nacimiento es mi mejor regalo para este día del padre. Estamos muy felices, con mis hijos y mi esposa”, contó este padre venezolano radicado en nuestro país.
Estas figuras paternas pudieron participar de los primeros momentos de la vida de sus hijos, siendo acompañantes de la etapa final del parto y hasta una hora después de este, de esta forma, están presentes, en el pre parto, en el nacimiento y en el apego inmediato que se inicia en el pabellón, prosigue en el área de atención donde se evalúa el bebé y se extiende hasta que finaliza la observación del puerperio inmediato, donde pueden permanecer ambos padres y el o la bebé.
En el último mes, en el HCHM se produjeron 159 nacimientos, de los cuales un 76,1% tuvo acompañamiento y un 57,8% participó en la sección del cordón umbilical de sus hijas o hijos.
