El IPC de -0,1% correspondiente a febrero no solo sorprendió a los actores económicos, sino que también fue interpretado como una señal positiva que reflejaría una menor presión sobre los precios. Sin embargo, especialistas locales advirtieron que el guarismo no es suficiente para cantar victoria y anticiparon que la inflación irá cediendo gradualmente.
“Esta variación del IPC negativa no garantiza que en los meses venideros se mantenga esa disminución de los precios. Además, cuando se analizan las distintas partidas, se observa que aquella que más disminuyó los precios fue la de transporte aéreo, que no es un servicio utilizado por el común de los chilenos. Para poder declarar una contención efectiva de los precios, debemos tener los rubros de alimentación y transporte con sus precios controlados, que han sido los culpables en los últimos dos años de la pérdida de poder adquisitivo de los chilenos. Recién ahí podemos pensar en volver a variaciones del IPC en torno al ancla nominal del 3% que sostuvo nuestro país por casi dos décadas”, manifestó Karin Bravo Fray, directora de Postgrados de la Universidad San Sebastián.
Añadió que “las proyecciones del Banco Central apuntan a que el IPC anual 2023 alcance 6,6%, aunque hay que esperar las proyecciones actualizadas que salgan en el Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo”.
En ese sentido, sostuvo que “la disminución en las tasas de interés no será inmediata, pues la inflación aún no está controlada y es más probable que se concrete en el segundo semestre de 2023, como una reacción también al comportamiento del consumo, ya que, para dinamizarlo, se requiere algún tipo de incentivo entregando un financiamiento más barato al consumidor”.
Bravo indicó que “los precios debieran ir bajando durante el año 2023, pero no se puede asegurar que esta disminución será rápida, porque, además, está sujeto al comportamiento de otras variables. Se proyecta una inflación anual en torno al 7%, pero ese valor se podría ver afectado por iniciativas que un nuevo retiro de AFP”.
Caída del consumo
Norberto Hernández Andrade, jefe de carrera del área Administración del Instituto Virginio Gómez, de Chillán, coincidió sobre la lenta reducción que mostrará la inflación durante el año y aseguró que ya se comienza a notar el impacto de la reducción del consumo.
Afirmó que “ya se acabó el vuelito del exceso de liquidez que tuvimos en los años anteriores, y la gente ya no tiene tanto dinero, de hecho, han aumentado las solicitudes de créditos y las tasas ya no están bajas, entonces, frente a esta contracción del consumo, los precios tendrán que ir moderándose, no me atrevería a decir si esto va a ser una tendencia, pero creo que deberíamos mantenernos dentro de estos rangos, no creo que 2023 vaya a ser un año tan catastrófico como lo han vaticinado, sí creo que va a ser difícil, hay mucha gente que está buscando trabajo para mantener su nivel de gastos”.
Precisamente, esta semana el INE informó que las remuneraciones anotaron una disminución real de 1,1% en enero respecto a igual mes de 2022, debido al efecto de la inflación, ya que, si bien los salarios experimentaron un alza nominal de 11,1%, en 12 meses el IPC acumuló una variación de 12,2%. “Hay más personas buscando empleo, eso también incide en los sueldos que se ofrecen”, acotó.
Así, una menor inflación sería coherente con un menor dinamismo de la economía, reconoció Hernández, quien estimó que “vamos a tener una estabilización de precios con tendencia a la baja durante este año”.
