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Escasez hídrica y poca regulación acentúan propagación de incendios

Cristian Cáceres

Uno de los temas más debatidos por la ente, en el contexto de los incendios forestales que han afectado durante las últimas semanas al país, se relaciona directamente con la regulación de predios relacionados a la emergencia, también con los monocultivos y las grandes empresas forestales. Sin ir más lejos, el pasado lunes una vecina del sector de Liucura en la comuna de Quillón, denunciaba que un privado no dejaba realizar cortafuegos en el lugar e hizo un llamado a las autoridades para que se regularicen estos temas, puesto que no pueden hacer nada. Un llamado efectivo puesto que, durante el viernes, en su visita a Quillón, el Presidente Gabriel Boric anunció la implementación de estos cortafuegos en el sector de Liucura alto y bajo. Medidas que vienen en parte a solucionar estos hechos, pero donde se necesita abarcar el tema de fondo que reclaman muchos municipios y alcaldes, que se relaciona directamente con las plantaciones forestales y su relación con los incendios, entendiendo que casi el 100 por ciento de los incendios tiene como causa basal la responsabilidad humana.

“No me cabe ninguna duda que se viene un debate de una mejor regulación, en particular respecto a la industria forestal, para que estas situaciones que estamos viviendo se puedan prevenir. Hoy requerimos la ayuda de todos, también del sector privado”, comentaba la máxima autoridad nacional en su estadía en la región el pasado viernes. Con esto se abre la discusión, también a futuro, de las regulaciones que se tienen que hacer en el sector.

Chile posee cerca de 16 millones de hectáreas de bosques, de los cuales un 13,5% corresponde a cultivos forestales destinados a la producción maderera, y el resto son bosques nativos en distintos niveles de desarrollo. Según el estudio de superficies forestadas por especie realizado por la Conaf, el año 2016 la Región de Ñuble y Biobío se encontraban en tercer lugar en cuanto a la mayor forestación de la especie eucalyptus globulus y también de eucalyptus nitens. Por otro lado, en la zona, el total de bosques nativos alcanza un 38,4%, mientras que el 59%, son plantaciones realizadas por las grandes empresas de este rubro. 

Este modelo económico-forestal, fue implementado en época de dictadura para poder solventar la economía de ese entonces y mediante el Decreto Ley 701 en 1974, se dio inicio a esta importante industria, potenciando aún más la producción maderera. Modelo que ahora es el acusado de expandir los incendios forestales, que hasta la fecha ha dejado 24 personas fallecidas, centenares de casas destruidas y más de 366.000 hectáreas calcinadas. 

Según un informe de incendios forestales en Chile realizado por distintas universidades en 2020, los siniestros han aumentado en los últimos años en la zona centro-sur, siendo las temporadas 2013-2014 y 2014-2015 particularmente excepcionales en términos de área quemada. Durante estos periodos se vieron afectadas 106.000 y 129.000 hectáreas, respectivamente, superando dos veces el promedio anual de las últimas cuatro décadas. Y los incendios de la temporada 2016-2017 rompieron todos los registros previos, con más de medio millón de hectáreas quemadas, superando en 10 veces el promedio histórico desde mediados de 1970.

Escasez hídrica y suelos forestales

“Hay una importante relación entre la escasez hídrica y los incendios forestales debido a que el suelo y la vegetación está más seca y por lo tanto más vulnerable al fuego”, comenta el Dr. José Luis Arumi, Ingeniero Civil e investigador de la Universidad de Concepción. Ante esa situación, explica que “considerando el clima de Chile, donde normalmente los veranos son secos, el riesgo de incendios forestales se asocia a la escasez hídrica y al comportamiento del viento puelche. Estamos en una condición en que existe viento seco y cálido que viene desde la Argentina, a eso le llamamos viento puelche. Ahora cuando se acentúa este viento, se producen condiciones climáticas de alta temperatura, vientos fuertes y humedad relativa baja. Lo que genera los eventos de secamiento que disparan la ocurrencia de incendios”. 

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