“Nuestra escala de valores y principios en torno a la política no solo dista del gobierno anterior, sino que creo que frente a una generación que nos antecedió, que podía estar identificada con el mismo rango de espectro político, como la centroizquierda y la izquierda, yo creo que estamos abordando los temas con menos eufemismo y con más franqueza”.
Esa fue la frase para el bronce que se mandó el ministro secretario general de la Presidencia, Giorgio Jackson en una entrevista a un canal de you tube, y en un estilo que parece estar entronizado en algunos miembros del gabinete del actual Gobierno, esto es hablar como si estuvieran en el living de su casa ante un grupo de amigos.
Lo cierto es que le tocó la oreja a toda una generación que tiene entre sus logros nada menos que haber recuperado de manera pacífica la democracia en Chile, haber generado un proceso llamado “transición a la democracia”, que abrió las anchas alamedas a los cambios profundos que necesita Chile y que hoy son posibles gracias a la estabilidad política y al entorno de libertad e inclusión que generó dicho proceso. Sin dejar de mencionar, por cierto, el sostenido crecimiento económico que ubicó a Chile en un peldaño superior, en relación a la superación de la pobreza.
El ministro destaca en su escala de valores “el abordar los temas con menos eufemismo y con más franqueza”. Es posible que tenga razón porque la generación que él quiere excluir de la vida pública la caracterizaba el de ser capaces de dialogar, llegar a acuerdos, no ver en sus adversarios a un enemigo y practicar con devoción la amistad cívica.
Para ellos el eufemismo y como dice Carlos Peña, una sana dosis de ambigüedad, resultan del todo saludable en política, porque dejan espacio a la conversación, al diálogo y a la posibilidad de convivir sanamente con quienes piensan distinto.
Como consecuencia de ello aparece la tolerancia transformada en un valor fundamental para sustentar el valor superior de la política, como lo es la democracia. Peña sostiene que, si todos dijéramos sin ningún filtro lo que pensamos en política, estaríamos al borde de la guerra o en un conflicto permanente, o a lo menos polarizados como es la situación actual. En ese sentido, la franqueza en exceso y el no utilizar la retórica metafórica en el debate público podría constituir al contrario de lo que dice el ministro, un disvalor, porque no deja espacios al entendimiento y a la búsqueda de consensos en materias de políticas públicas y temas de estado o de interés general.
La democracia no consiste en aplicar a rajatabla la máxima juvenil del “mayoría manda”, sino por el contrario, también considera como un valor intransable el respeto por las minorías, por el tejido social que no es monocromático, sino por el contrario es un mosaico multicolor.
La generación agraviada tenía y tiene aún estos valores y principios como los peldaños mas sólidos en la construcción de una escala de valores, la que no es ni muy diferente a la del común de la gente ni muchos menos excluyente ni supremacista, sino que inspirada en un profundo sentido igualitario y fraterno.
