La nueva cuarentena total que comenzará a regir este sábado en Chillán y Chillán Viejo, es vista con temor por el comercio y la gastronomía local debido a sus nefastos efectos, en un rubro que aún no se ha recuperado del impacto de las anteriores medidas de restricción, que causaron el cierre de algunos locales y la destrucción de fuentes laborales.
El presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Chillán, Alejandro Lama, advierte que esta medida puede derivar en que muchos negocios no resistan y tengan que bajar sus cortinas para siempre por sus magros resultados.
“No nos queda más que obedecer el dictamen de la autoridad sanitaria. Ahora que bueno que esto pasó ahora y no en diciembre, habría sido horroroso estar en cuarentena para el sector que represento, el comercio tradicional. Sin duda, que esto también va afectar al comercio de Gastronomía, que ya habían tenido un respiro con la atención en terrazas y con esto se le cierra la lave, entonces, siguen sacrificándose. Hay otros sectores que no van a tener problemas como los supermercados, las ferreterías, pero otros negocios tienen que bajar las cortinas”, manifiesta.
Los sectores esperan que la situación epidemiológica mejore en la región de Ñuble, para que extensión del confinamiento general sea menor al plazo máximo de cuatro semanas que conlleva esta medida.
“Sabemos que esto tiene un fecha de vencimiento, es máximo cuatro semanas, ojalá que en dos semanas recuperemos los indicadores apropiados para poder salir de esta cuarentena. Y por otro lado, encontramos que el sector de Montaña, Valle y Mar, que zonas turísticas importantes, se van a mantener funcionando. Entonces, el sacrificio mayor lo está haciendo Chillán y Chillán Viejo. Esto es un daño a la economía, sin duda, puede haber que muchos locales ya no aguanten más y tengan que cerrar”, sostiene Lama.
Desde la Asociación de Gastronomía y Entretención están conscientes que a partir de este sábado deberán funcionar solo bajo modalidad delivery, lo que ocasiona pérdidas significativas al rubro, que alcanzó casi un mes a funcionar con terrazas en fase 2, lo que implicó inversiones adicionales a los propietarios.
“Estamos completamente desplomados con esta situación. Es terrible. Ha sido un año nefasto para nosotros, como gremio, restaurante y giro nos ha afectado demasiado. El delivery para muchos restaurantes no significa ni siquiera el 10% en ventas, entonces, volver a eso no nos ayuda a solventar nada, es solamente para marcar presencia en el mercado”, dice la representante la organización, July Llevul.
“Estuvimos trabajando aproximadamente 27 días y medio, donde en realidad invirtieron muchos los locales en terrazas, en las nuevas normas, en levantar techos. Entonces, económicamente estamos devastados porque no alcanzamos a lograr, por últimos dos meses, para generar más ingresos. Ha sido un año muy difícil, tenemos muchos locales que quebraron y esperamos que esta cuarentena, que es una de las más caras, no perdamos locales”, añade.
Texto: J. Quijada| S. Núñez
