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Encuestas electorales

Señor Director:

Para nadie es un secreto que se nos viene un histórico frenesí electoral, nada menos que once elecciones entre plebiscito, gobernadores, municipales y parlamentarias. En consecuencia, son variados los intentos por predecir la voluntad popular a través de mediciones. Es la vuelta de las encuestas.

Una encuesta no es más que una consulta hecha a un conjunto de ciudadanos que, metodológicamente, busca representar alguna cualidad del total de la población. Es decir, a partir de una muestra, una encuesta busca interpretar a la población.

Aparenta ser sencillo, pero la disciplina estadística y su rigurosidad nos enseña algunas cosas. Primero, resulta muy costoso consultar a una población, por eso se recurre a muestreos. Segundo, el muestreo debe ser tal, que sea capaz de representar efectivamente a la población y no a un subconjunto de ella.

Esto último tampoco es trivial. Un muestreo debe consultar al mayor número de personas posible; contar con un diseño tal que cada individuo tenga la misma probabilidad de ser seleccionado aleatoriamente, entre otras estrictas consideraciones. Todo esto, con tal de no “ensuciar” la muestra para representar a la población

Lo anterior, solo por hacer notar algunos aspectos disciplinares desde la estadística, y es que resulta llamativo que una universidad pública de la zona, muy prestigiosa, publique un estudio o una encuesta con semejantes errores metodológicos, cuyo resultado no son capaces de representar a la población, por sesgo de auto-selección.

La encuesta difundida el reciente fin de semana no tiene ningún tipo de validez estadística, si es que buscara representar a la población. Resulta a lo menos bochornoso, constatar en redes sociales que los mismos candidatos promovían responder la “encuesta”. Francamente, la situación no resiste ningún análisis.

Cuando los individuos se auto-seleccionan para participar de un estudio, los resultados del muestreo se ensucian, o son sesgados, dado que no representan al total de la población, sino a quienes mismos se prestaron a participar. Por cierto, ninguna encuesta en redes sociales, pasa ese estándar mínimo de rigurosidad estadística.

Son algunos aspectos a considerar, en el cercano frenesí electoral.

Emilio Aguillón Silva

Ingeniero Comercial UdeC

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