El año pasado el preparador de arqueros de Ñublense, Ricardo Carillo, hizo noticia cuando le pasó un “papelito” al portero Rodrigo Odriozola, en el que le indicaba donde tenía que lanzarse para detener el penal de su rival. La fórmula dio resultado. El portero uruguayo siguió la indicación y tapó el envío. El domingo en Rancagua, para evitar que el árbitro lo echara detrás del arco, Carrillo y su equipo ideó una mejor estrategia.
En una botella de bebida energética, que el portero Nicolás Pérez tenía en su arco, Carrillo y su equipo pegaron un papel con cinta adhesiva en el que se detallaba hacia dónde pateaban los ejecutantes de penales de O’Higgins.
¿Y qué pasó? El final ya lo sabemos. El arquero Nicola Pérez tapó dos de los cinco lanzamientos del elenco celeste en la definición desde los 12 pasos y fue clave en la clasificación de Ñublense a los cuartos de final. Contuvo el envío del portero y el último penal del lateral sub-21 Augusto Batalla.
“Nada es al azar”, posteó el analista de videos del Rojo, Mario González, en sus redes sociales, logrado el objetivo en el estadio “El Teniente” de Rancagua, pues ya había hecho también el seguimiento de los penales de O’Higgins en su definición frente a Cobreloa y tenía estudiado al cuadro de Dalcio Giovagnoli.
Hasta en los mínimos detalles, el cuerpo técnico de Ñublense que lidera Jaime García, demuestra trabajo en equipo.
