“El fútbol cadetes en Chile está hecho mierda. Abandonado. Tirado. Se está inundando”.,
La sentencia del técnico de Ñublense, Jaime García, expresada en el programa Dimensión Deportiva, tuvo repercusión nacional.
No porque el técnico de los diablos rojos haya descubierto la pólvora o desnudado una realidad desconocida, sino que, como pocos entrenadores en Chile, se atrevió a decir lo que la mayoría piensa y no dice, como alguna vez retrató el comediante argentino, avecindado en nuestro país, Jorge Alis, ironizando con ese típico doble estándar del chileno.
García gritó sin tapujos el pobre presente de las canteras que se esconde detrás de la mayoría de los primeros equipos de los clubes del fútbol chileno y que en plena pandemia quedó al desnudo.
El adiestrador, oriundo de Cartagena, quien trabajó casi 7 años en las inferiores de Palestino, fue capaz de cuestionar, primero, lo que sucede en su club, con abierta autocrítica, lo que se agradece, y luego, extrapolarla al medio nacional.
Fue categórico al asegurar que dos generaciones de futbolistas jóvenes se perderán, ya que por protocolos sanitarios y otros hasta por ahorro, decidieron suspender los entrenamientos de sus semilleros, cortándole las piernas a valores que están a punto de dejar atrás la era juvenil.
También fue frontal al recalcar que la mayoría de los clubes en Chile no está dispuesto a invertir en un proceso a largo plazo para formar jugadores, porque están enfocados en el negocio a corto plazo, para vender a ese proyecto que irrumpe o que viene formado de otro club que lo desechó.
En su crítica, no solo cuestionó a los administrativos, sino que también a los propios canteranos que maduran tarde, que se creen el cuento antes y no están dispuestos al sacrificio.
La descarnada radiografía de Jaime García, que muchos la tienen, pero no la muestran, es una tremenda voz de alerta y baño de realidad para entender el actual nivel de recambio en los clubes y, esencialmente, en la Selección Chilena.
Pareciera que el fútbol joven, como no es un negocio a corto plazo, a nadie le importara, pero García entiende que debe ser el motor de los clubes en Chile si quieren generar patrimonio e identidad, con un proyecto deportivo sólido.
