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Descarbonización energética de Ñuble

Seremi de Energía

En septiembre pasado se registró un hito en la generación de energía en la región de Ñuble. Según estadísticas del INE, por primera vez desde que se tiene registros, la generación de electricidad -que totalizó 60.018 MWh- superó al consumo, que sumó 59.008 MWh.

Probablemente, este resultado “excedentario” no se repita en los próximos meses, en que aumenta fuertemente el consumo eléctrico en la región, debido a actividades estacionales, como la agricultura, la agroindustria y el turismo, entre otras, sin embargo, este hito es una primera señal de la consolidación de una tendencia al alza en la generación de energía en la región, de la mano de fuentes renovables (excepto biomasa), como las centrales minihidro y los parques fotovoltaicos, a las que en los próximos tres años se sumarán con fuerza los parques eólicos, cuya envergadura es tal, que bastarían dos de estos proyectos para duplicar la potencia instalada de la región.

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Las estadísticas muestran que, entre enero y septiembre de 2022 el promedio de generación mensual fue 43.670 MWh, superior a los 40.316 de igual periodo de 2021, lo que representa un alza de 8,3%. De igual forma, si se compara con los primeros nueve meses de 2020, el aumento es de 14,8%.

Por otro lado, el consumo de electricidad viene creciendo a mayor velocidad, lo que da cuenta del proceso de recuperación económica que se registró en los últimos meses. Entre enero y septiembre de 2022 el promedio mensual fue 64.521 MWh, lo que equivale a un alza de 9,8% respecto al mismo periodo de 2021 y a un aumento de 15,6%% en comparación con enero-septiembre de 2020.

Sin embargo, las fuentes térmicas, como el diésel o la biomasa, aún representan más del 50% de la generación eléctrica de Ñuble. En septiembre pasado, las centrales hidráulicas y solares aportaron con el 44,6%, anotando un incremento interanual de 44,6%. En el periodo enero-septiembre de 2022, en tanto, estas fuentes renovables tuvieron una participación promedio de 45,9%, de hecho, en marzo, abril y mayo de este año superaron holgadamente a las fuentes térmicas, y si se compara con los primeros nueve meses de 2021 se constata un aumento sustantivo de la participación, que en aquel periodo promedió un modesto 25,4%.

Se trata, sin duda, de una buena noticia en el contexto del desafío de la descarbonización de la matriz energética nacional, que estableció el 2040 como fecha límite (un proyecto aprobado por la Cámara de Diputados lo adelanta para 2025). Según la Biblioteca del Congreso Nacional, hasta el 2020 las energías renovables representaban un 48% de la capacidad instalada en el país.

Y si bien el aporte de Ñuble a la generación total del país sigue siendo marginal, la irrupción protagónica de las energías renovables en la región augura un acelerado proceso de descarbonización, en sintonía con su vocación sustentable, plasmada en la Estrategia regional de desarrollo. Asimismo, es el reflejo de algunas políticas públicas iniciadas en administraciones anteriores y de las favorables condiciones para este desarrollo, aunque, para ser justos, también persisten algunas desventajas, la principal de ellas, el grave cuello de botella que representa la transmisión eléctrica en la región, debido a la falta de infraestructura suficiente que pueda responder a este crecimiento, lo que se traduce, hoy, en la incapacidad de las líneas de alta tensión de transportar más energía en algunos puntos críticos del territorio.

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