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Desalojados del puente: “La mayoría fuimos profesionales”

Cristian Cáceres

Etelvina Araya, es comerciante ambulante de ropa usada. Vestida con prendas que ya no podrían aguantar muchos lavados más, con aspecto cansado, miraba parada desde el acceso del puente de Argentina con España, como el personal de Aseo y Ornato, Seguridad Municipal y Carabineros desalojaban a las ocho personas que vivían bajo el acueducto.

En su rostro rendido, de piel curtida resaltaba la humedad de sus ojos color tierra. Miraba todo como suplicando que el tiempo se detuviera y que el cielo le diera el poder de detenerlo todo. Identificando a personal de la prensa entre policías, inspectores, vecinos y mirones, nos pide que su opinión sea validada. Al menos oída.

“Esta gente no es mala, es gente que conozco hace años, algunos son profesionales pero que han sufrido cosas que usted no imagina, caballero”, dice con una mueca de legítima impotencia, con voz sufrida.

Y los empieza a apuntar uno por uno. “Él es profesor, esa otra niña era chofer de la locomoción colectiva, esos otros dos tenían negocios y él era prevencionista de riesgo experto en detección de explosivos”.

Ese último era “R”. Fue en efecto profesional universitario, hijo de empresarios y ya desde los 18 años manejó algunos de sus negocios. Quienes lo conocen dicen que antes de los 20 años manejaba incontables sumas de dinero y otros hablan hasta de “poder”. Exalumno de un colegio tradicional de la comuna.

Con un vocablo propio de un profesional dice que “es mentira que nos ofrecen lugares para irnos. A algunos les ofrecen irse a las hospederías, pero acá teníamos hasta ahora cosas como televisores, camas, una radio, unos sofás y hasta un taca taca que no queríamos perder. Pero ellos se lo llevaron todo, nos lo quitaron todo” explica R.

Dice que “no te voy a esconder que acá llega de todo, pero no podemos echar a nadie, no nos corresponde. Ellos son gente de Santiago y viene con esa parada que tienen los del río Mapocho, pero también llegan otros profesionales que tienen problemas con el alcohol o las drogas y vienen a comer acá; a veces en las noches llegan algunos cabros a calentarse porque ven que hacemos fuego en los tarros”.

Y respecto a la mujer que fue conductora, “tuvo un hijo que hoy es guardia y se fue a vivir al norte. A ella le mataron a sus padres en un asalto o algo así. ¿Pero sabe qué? Averigüe quién es el padre de ese joven…es alguien bien conocido que la embarazó cuando era menor de edad. Él sabe que ella está acá y jamás ha hecho nada por ayudarla”, relata Etelvina.

“No queremos que nos lleven a hospederías ni pedimos que nos regalen una casa, sólo pedimos que el alcalde nos reciba o nos venga a ver para que juntos encontremos una solución. Lo ideal es que nos pasen un sitio, un lugar para que nosotros nos hagamos nuestra casa”, concluye el prevencionista.

Al respecto, el alcalde, Camilo Benavente, respondió que “estamos totalmente llanos a ayudarlos con lo que podamos, ya sea buscándoles un sitio o mediante un subsidio de arriendo, feliz de ayudarlos. Pero por otro lado ya no podemos seguir dejando que sigan bajo el puente, porque sean ellos o no los responsables, eso es un foco de delincuencia, de trafico de drogas y otras incivilidades que tienen muy afectados a los locatarios y vecinos del sector”.

La tarea es que no vuelvan

Por segunda vez en esta temporada, personal de Seguridad Municipal, en coordinación con Carabineros y de Aseo y Ornato desalojaron el puente conocido como “el puente de los chanchos”.

Al igual que la primera vez, los contenedores dispuestos para recoger las incontables pertenencias de las 8 personas que se encuentran de manera permanente se llenaron en cuestión de minutos.

Por lo demás, “según nuestro análisis STOP, ese foco se proyecta como un punto crítico de delitos, incivilidades, y consumo de alcohol y drogas, lo que genera un permanente temor de los vecinos del sector”, explicó el Comisario de Chillán, mayor Julio Beltrán.

También, el personal de Carabineros coordinó el retiro de cables con los que se habían colgado a la luz, ya que tenían electrodomésticos, televisores y una radio.

Para evitar que el lugar se vuelva a habitar en cosa de horas – como ocurrió la primera vez, en el municipio aseguraron que se intensificarán los patrullajes en el sector y que volverán a ser retirados las veces que sea necesario.

Felipe Ahumada

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