Tras semanas de intensas tratativas, la Corporación Cultural Municipal de Chillán lo logró. La obra “Arrau, el otoño del emperador” tendrá dos funciones en el Teatro Municipal de Chillán este fin de semana que viene, en donde además, la ciudad estará celebrando un nuevo aniversario.
Las funciones se desarrollarán este sábado 25 de junio a las 20.30 horas y el domingo 26 a las 18.00 horas con entrada liberada, previo retiro de invitaciones en las boleterías del espacio. La pieza se estrenó a fines de abril en el Teatro Municipal de Santiago, y las funciones se han estado desarrollando en la Sala Claudio Arrau del espacio. Fue escrita por Ximena Carrera, es dirigida por Francisco Krebs, y repasa aspectos de la vida y obra de quien fuera el más grande pianista del siglo XX.
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A una semana del estreno de la obra en regiones, La Discusión conversó con Paola Volpato, actriz que da vida a tres personajes: La Carreño (pianista a la que Arrau admiró), además de Ruth y Lucrecia, esposa y madre del artista, respectivamente. Paola no descartó visitar el Museo Claudio Arrau León en la ciudad e invitó al público a ser parte de esta fiesta del teatro.
¿Qué sabías de Claudio Arrau antes de recibir el guión de la obra?
Sabía que era un pianista muy reconocido internacionalmente, que había nacido en Chillán y que se había ido muy pequeño a Europa a estudiar y que había hecho casi toda su carrera fuera de Chile.
¿Qué te pareció que te invitaran a participar del montaje?
Muy contenta, me gusta mucho trabajar con Pancho Krebs, sentía que era muy importante además volver a conectar con el público en forma presencial y la Sala Claudio Arrau me trae muy lindos recuerdos, trabajé en ella hace 20 años atrás con la señorita Julia y me parece que es un espacio mágico. Además me parecía muy interesante compartir escena con el gran Tito Bustamante, que encuentro es un actor espectacular.
Interpretas varios papeles dentro de la obra, ¿Cómo ha sido esa experiencia actoral?
Interpreto a tres personajes. Tres mujeres muy potentes que contuvieron a Arrau durante toda su vida. Por lo que investigamos, leímos y los videos que vi, siento que él tenía una desconexión importante con la parte emocional, familiar. Fue un hombre que se hizo a sí mismo, muy dedicado a la música, a su carrera como intérprete del piano y en eso fue genial, pero creo que estas tres mujeres fueron de alguna manera su andamio emocional. Fue muy interesante buscar pequeñas cosas que las diferenciaran una de otra, además del vestuario. Fueron la energía hacia este maestro, niño prodigio creador y creo que Francisco fue muy sutil en permitirme mostrar pequeñas diferencias siendo la misma actriz la que está interpretando, así es que quedé muy contenta.
¿Cómo has percibido la recepción del público que ha visto la obra?
La gente percibió la obra de una forma muy cariñosa, muy respetuosa, siento que fue un público que no es el habitual del Teatro Municipal y se sienten bien encantados porque la obra trabaja muy sutilmente este genio, pero desde el lado más humano. Ahí están todas las contradicciones del genio, y no hay un juicio a partir de la obra o del director. Muestra lo que fue su vida, sus grises y lo que nos va a pasar a todos cuando se llega a una edad tan adulta, empiezan los miedos y este sentimiento de querer reconciliarse con la memoria, con los recuerdos, con el país, como le pasó a Arrau que volvió a Chile muy pocas veces, muchas menos de las que él hubiese querido y siento que eso está en la obra.
Luego de haber revisado su vida, su obra, ¿Cuál es la percepción que tienes hoy respecto a Claudio Arrau?
Nosotros trabajamos con un personaje, con un gran pianista de talla mundial que existió, que nació en Chillán y que a pesar que hizo toda su carrera fuera, estuvo conectado con lo chileno. Me di cuenta que era un genio, es un orgullo enorme que Claudio Arrau sea chileno. Me pareció una persona muy dedicada, casi un monje en su forma de interpretación. Él tenía la necesidad enorme de legar su forma de hacer música. Él sabía que venía desde Beethoven en línea directa y cuando asesinan a su alumno más destacado, también asesinan una parte de eso, de lo que él quería dejar en este mundo. Es un hombre lleno de contradicciones, muy preocupado que la música no muera. A medida que fuimos investigando, nos dimos cuenta lo importante que era para él la música y los compositores alemanes. Trabajó hasta que se murió, con giras extenuantes. Esto es parte de la magia del teatro y esperamos que con esta obra se enciendan luces para que las nuevas generaciones se interesen en este gran pianista.
¿Cuáles son las expectativas respecto de las presentaciones que van a realizar en el Teatro Municipal de Chillán?
Las expectativas de tocar la música junto a Angelo Solari y estar en esos lugares, son de mucha ansiedad, estamos muy contentos de hacer la primera parada de esta obra en Chillán.
¿Han pensado visitar el Museo Claudio Arrau emplazado en el terreno en donde nació, el Parque de los Artistas en el Cementerio Municipal en donde descansan sus restos?
Ojalá podamos visitar los lugares donde existe memoria. Nuestras agendas son bien apretadas, pero si se da la posibilidad, ojalá podamos visitar el museo, encontrarnos con esos objetos que sabemos existen.
¿Puedes invitar al público chillanejo a las funciones que van a desarrollar en el Teatro Municipal?
Esta es una invitación a todos ustedes los chillanejos, tienen que estar orgullosos porque de esa tierra han salido grandes creadores. Claudio Arrau es un hijo ilustrísimo, que siempre amó Chillán, las sustancias de vainilla de la zona y todo lo que la rodea. Es un hombre que viene de ahí, muy chileno, y queremos mostrarles que nosotros también nos sentimos orgullosos que Arrau sea chileno y haya nacido en Chillán. Esta obra es un ejercicio de memoria que cuenta con su música en la interpretación de Angelo Solari y la gran actuación de Tito Bustamante.
Texto: Jeannette Valenzuela
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