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Cuatro cambios de hábito que han tomado los chillanejos para evitar los delitos

En las últimas semanas Chillán ha sido protagonista de una serie de delitos violentos que van desde robos de vehículos, balaceras, hasta la muerte de un carabinero en el contexto de un procedimiento policial, cuyos episodios aumentaron la sensación de inseguridad y es por ello, que las personas han adoptado nuevos hábitos en su cotidianidad para sentirse junto a sus familias y vecinos un poco más protegidos.

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El fonoaudiólogo chillanejo, Felipe Vega, lamentó el cambio que ha experimentado la capital regional en el último tiempo, de ser una localidad segura a una agitada que ocupa las principales portadas del país por casos violentos.

“Sin duda alguna, Chillán antes se caracterizaba por ser una ciudad tranquila, hoy en día, eso se ha perdido. Hemos salido en la prensa destacándonos por hechos delictuales graves como muerte a carabineros, jóvenes inocentes, portonazos, etc”, dijo.

Esa realidad golpeada por los delitos, lo ha llevado a ser cada vez más precavido y a tomar más acciones en favor de su seguridad, aunque esto se traduzca en mayor inversión.

“Tomar mayores resguardos personales, como por ejemplo, evitar sacar el celular en la calle, no dejar elementos de valor a la vista dentro del auto. También al momento de dejar la casa sola al ir al trabajo, me he visto en la necesidad de incurrir en más gastos relacionados con la seguridad”, indicó.

Si bien el joven profesional vive en un condominio con conserjería las 24 horas del día, acceso controlado y circuito de vigilancia, admitió que en su vivienda también ha implementado estrategias como, por ejemplo; “chapas, programadores de luz y cámaras para interior”.

“Sectores complicados”

Jeanette Fuentes reveló que también ha realizado cambios de hábitos y comportamientos para resguardar su integridad y la de su hogar, pues aseguró que los niveles de delincuencia en la comuna han aumentado en el último tiempo.

En el día trabaja como conductora de un furgón escolar y en las noches traslada a trabajadores a empresas ubicadas a las afueras de Chillán, siendo esta la jornada que más le motiva a estar atenta a cualquier situación pues debe cruzar sectores que, a su juicio, “son súper complicados”.

“Salgo de mi casa a las 11:00 de la noche, busco a personas en sus domicilios y las traslado hasta la empresa Danone. Para mí es complicado porque no salgo tranquila a trabajar, tengo que andar pendiente mirando, con los seguros puestos, tratar de andar por las calles donde haya más visibilidad y no sean tan oscuras. Cuando llego a mi casa, como a la 1:00 de la madrugada, lo hago mirando a todos lados”, dijo.

La conductora señaló que en su vivienda se asegura que puertas y ventanas estén bien cerradas y no haya objetos o especies a la vista en el jardín.

“Vivimos detrás de la Villa Chillán, en el sector donde empieza la Vicente Pérez, y por aquí pasa mucha gente y siempre andan mirando, uno trata de tener los resguardos y cuidarnos. Mi vecina de al lado no tenía rejas, tuvo que poner rejas, entonces uno tiene que invertir para sentirse un poco más tranquilo en su casa”, destacó, agregando que como vecinos, tienen un grupo de WhatsApp en el que están en contacto y tratan de ayudarse en caso de situaciones sospechosas en el sector.

“La delincuencia ha aumentado demasiado, el trabajo que hago de noche lo hago desde hace dos años y antes andaba tranquila en la calle, no con tantos resguardos como ahora. Antes andaba más tranquila, veía más presencia policial, más carabineros, detectives, también se veían en la noche y ahora es rara vez. Antes uno confiaba más en la gente también pero ahora no, ahora hay desconfianza de todo, de quien está al lado, detrás, delante”, cerró Jeanette.

Chillanejos más organizados

El presidente de la Junta de Vecinos de la Villa San Cristóbal-Parque Lantaño, Francisco Mardones, residente hace más de 20 años, lamentó que el sector haya cambiado, ya que antes era diferente y con menor densidad poblacional, lo que le permitía ser un barrio más tranquilo y con un ambiente más familiar.

“Hasta cuatro a cinco años atrás era un barrio muy tranquilo, pero a medida que ha pasado el tiempo se ha afectado un poco por la delincuencia, las drogas, entre otras cosas”, admitió.

Por esta razón, en el último tiempo se han tomado medidas adicionales en respuesta al clima inseguro que se siente en Chillán.

“A nosotros la vida se nos ha ido complicando, cada vez más ha habido robos de autos, bicicletas, asalto a las casas, les han quitado las mochilas o los celulares a los niños. Y las juntas de vecinos nos hemos organizado por pasajes con silbatos, mejorando las protecciones y así diferentes tipos de cosas”, comentó.

“Tenemos un WhatsApp, uno general de la Junta de Vecinos y otro por pasajes, que nos ha servido para avisarnos cuando alguien circula en forma sospechosa”, añadió.

El dirigente vecinal siente que la comunidad está más empoderada con la seguridad, ya que incluso han recibido charlas con las instituciones de seguridad, lo que les ha servido para tener mayor manejo frente a los delincuentes.

“Han llegado autoridades, Carabineros y PDI a dictar charlas como una forma de unir esfuerzos para que tengamos más herramientas para podernos defender e incentivar las denuncias, porque a veces aparenta ser un barrio tranquilo porque hay pocas denuncias”, dijo.

En lo personal, Francisco comentó que la nueva realidad lo ha llevado a asumir un comportamiento diferente a la hora de circular por la calle.

“Desde hace un tiempo nosotros tenemos rejas metálicas en la entrada y en las ventanas, uno está más encerrado, pero más protegido. Cuando salgo con mi familia uso Uber o taxi cuando empieza a oscurecer y en la noche, porque tenemos miedo que pase algo. Aquí quedan muchos vehículos en la calle, por eso es que los delincuentes han hecho de las suyas robando”, advirtió.

Para defender el barrio, los vecinos esperan postular a proyectos que les permitan contar con mejores herramientas para el combate de la delincuencia.

“Hay gente que está pidiendo cerrar pasajes que tienen una sola entrada y postular a ese tipo de proyectos, a través del municipio y del Gore. También queremos postular a cámaras para reforzar la seguridad en todos los pasajes”, adelantó.

En otro punto de Chillán, la presidenta de la Junta de Vecinos de Villa Barcelona, Elga Garrido, explicó que, si bien la organización comunitaria no ha sido una tarea fácil, han logrado consolidar ciertas acciones que les ha sido útiles a la hora de defender su barrio.

“Tener un WhatsApp en la cuadra que fue lo último que nosotros nos comprometimos en la última asamblea, creemos que es lo más factible y donde uno se puede comunicar con el resto, donde uno da a conocer cuál es la rutina o avisar que va a salir, en definitiva, ha servido para que se conozca la gente y, por ejemplo, indicar si hay un auto o persona sospechosa. Esas cosas también ayudan a la comunicación, pero cuesta la organización de las personas, en general, todas están más bien solas viendo su tema”, sostuvo.

Elga reveló que la villa también ha sido golpeada por delitos, ya sea asaltos o robos al interior de las viviendas, aunque consideró que es menor en comparación a otros puntos urbanos de Chillán.

“En el último tiempo hemos sufrido asaltos, dos en la calle de vecinos caminando, también robos dentro de casas, pero los vecinos no denuncian los hechos y cuando hemos tenido reuniones con el Plan Cuadrante, las estadísticas que poseemos son mínimas y la realidad no es tan así, pero si sumamos y restamos tenemos muchos menos problemas que otros barrios”, comentó.

El aumento de la delincuencia que ha remecido a la capital regional ha generado un cambio en la actitud de la dirigente vecinal a la hora de desenvolverse en la calle.

“Yo estoy pensando en colocar protección, cosa que antes no me había planteado. Instalé unos focos en movimiento, estoy más atenta a los cierres de la casa. Obviamente no salgo después de que oscurezca, para nada. Salgo de mi trabajo y llego a mi casa antes que oscurezca y de ahí ya no salgo. Casi no dejo el auto en la calle, un sábado en la mañana podría ser, pero tarde no, busco un estacionamiento de todas formas. Siempre he sido precavida y miro a todos lados y cuando ando con mi hija, 20 veces más precavida. No bajo los vidrios y tengo la cartera debajo del asiento. Igual uno anda con la inquietud, es una sensación con todo lo que pasó de estas dos o tres situaciones que uno siente distinto el ambiente”, expresó.

Encarar a delincuentes

El tesorero de la Junta de Vecinos El Tejar, Sergio Uribe, expresó que ante la escasa presencia policial se han organizado y son los mismos residentes quienes de cierta forma patrullan el sector y encaran a personas que merodean la zona.

“Si vemos a alguien extraño que anda mirando las casas le preguntamos qué busca o a quién busca, se encara directamente y algunos se cohíben y se van, o si anda un auto extraño o sospechoso se le pregunta a quien busca, que por favor se vaya que vamos a llamar a Carabineros”, explicó.

Otra herramienta que emplean es el WhatsApp grupal donde alertan la presencia de personas desconocidas. “Si vemos a alguien paseándose con una o dos vueltas empezamos a correr la voz en WhatsApp de que hay alguien extraño y salimos a ver, eso hace que el delincuente comience a salir del sector, si no, muchas veces, si hay alguien más cargante lo seguimos y eso ha tenido bastante resultado, sobre todo, el WhatsApp y el patrullaje de los mismos vecinos, en las tardes sobre todo, estamos bastante atentos con respecto a eso”.

Uribe sostuvo que la delincuencia en la capital regional cada día es más violenta y los delincuentes en su mayoría están armados.

La presidente de la Unión Comunal de las Juntas Vecinales de Chillán, Cecilia Henríquez, afirmó que existe preocupación en todos los vecinos de Chillán frente a los delitos violentos que han ocurrido en las últimas semanas, y el lento actuar de las autoridades para combatir la delincuencia.

“Hay una preocupación bastante grande y ha aumentado la preocupación frente a la delincuencia, porque los delitos que han ocurrido acá han sido bastante graves, y la preocupación de los vecinos ha sido también en cambiar hábitos en el sentido de poder estar más temprano en sus casas, estar más protegidos, cuidar más sus casas en el sentido de la protección de puertas y ventanas, mantenerlas cerradas. Ha sido un cambio bastante grande porque Chillán se veía siempre como una ciudad muy tranquila y relajada, cosa que ahora ni siquiera se puede ir al centro tranquilo”, enfatizó.

“He tenido entrevistas con autoridades donde la verdad ellos le bajan el perfil a la situación, hoy es poca la dotación que hay de carabineros y eso lo entendemos, pero la mano dura no existe y tampoco ellos pueden proceder de la manera que ellos quisieran, porque no tienen las autoridades que corresponde, entonces los vecinos somos quienes pagamos las consecuencias y por eso debemos tener autocuidado y eso es lo que estamos haciendo y estamos tratando de poder liderar con eso, porque no hay otra solución, no queremos que la delincuencia nos gane, pero así como vamos y con la lentitud de las autoridades para poder solucionar este problema, no queremos encontrarnos con mayores sorpresas”, subrayó Henríquez.

Texto: Susana Núñez /Antonieta Meleán

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