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Anticipan fuertes efectos del cambio climático en Ñuble

Las comunas de Ñuble deberán prepararse para un futuro que estará marcado por elevadas temperaturas, bajas precipitaciones, a lo que se sumarán sequía y carencia de agua potable.

La región, según antecedentes del Ministerio de Medio Ambiente, tiene una serie de desafíos que deberá enfrentar para tratar de disminuir los riesgos asociados al cambio climático (CC).

Los antecedentes relacionados con las consecuencias que generará en la zona el calentamiento global han sido expuestos por diferentes entidades, pero la última entrega corresponde al Ministerio de Medio Ambiente, a través del llamado Atlas de Riesgo Climático (ARClim), donde se analizan los efectos de emisiones de gases de efecto invernadero.

Los escenarios posibles, según estimaciones expresadas en el informe, se manifestarán con mayor fuerza durante el período 2035-2065. Con este antecedente, es necesario que el Gobierno y las ciudades realicen cambios para adecuarse a la contingencia.

Olas de calor

Según el documento, se esperan mayor número de eventos de las llamadas olas de calor, las que ocurrirán en especial en la zona centro norte, entre Coquimbo y Ñuble, en los valles interiores y sectores precordilleranos.

Adicionalmente, se prevé un alza en la frecuencia de incendios forestales, sequías y reducción de precipitaciones, que afectará la zona centro-sur, desde la Región Metropolitana a La Araucanía, con su centro en el Maule y Ñuble.

Para tratar de contrarrestar los efectos, a nivel estatal el Ministerio de Medio Ambiente impulsó el proyecto de ley marco de cambio climático,  que establece la obligación de generar planes de adaptación por los sectores.

Asimismo, el gobierno considera que el 30% de la nueva inversión pública futura esté orientada a financiar proyectos sustentables, como es la infraestructura para la adaptación.

Efectos

El geógrafo Pablo San Martín plantea que las ciudades de la región tienen que tomar medidas para anticiparse al complejo escenario que se avecina.

“Para Ñuble, el incremento de las denominadas olas de calor, que son períodos de varios días en los que la temperatura del aire se mantiene muy elevada, tiene implicancias muy severas, especialmente para la salud de la población de mayor edad, que es el grupo más vulnerable a este fenómeno”.

Ñuble, explica el profesional, “al tener un alta y creciente proporción de población de edad mayor es un territorio altamente sensible ante este tipo de eventos y, dentro de la región, las ciudades lo son aún más, porque su materialidad hace que el calor se intensifique en su interior”.

Es por ello que el geógrafo destaca que “es fundamental que las ciudades se preparen mejorando su espacio público a través de arbolado urbano de buena cobertura y calidad y también manteniendo canales y cuerpos de agua expuestos,  ya que son reguladores importantes de temperatura local, entre otras medidas que se pueden adoptar”.

Mapas de riesgo

El seremi de Medio Ambiente, Patricio Caamaño, destacó que el atlas presentado por la entidad es un esfuerzo por plantear los eventos que se pueden registrar en el país y en el territorio de Ñuble durante los próximos años.

Este atlas, afirmó Caamaño, “es una herramienta que entrega información sobre áreas prioritarias, como por ejemplo, la agricultura. En este atlas se puede encontrar información sobre los 12 mapas de riesgos”.

Según estudios locales la sequía y la pérdida de biodiversidad han sido los indicadores más complejos de todo lo que está pasando con los ecosistemas, a lo que se suman riesgos socionaturales, que se verán intensificados por el cambio climático.

De hecho, un reciente estudio Fondecyt de la Universidad del Bío-Bío, “Análisis de la Vulnerabilidad-Resiliencia social a escala local”, elaborado por el académico del Departamento de Ciencias Sociales, José Sandoval Díaz, analiza efectos del cambio climático como sequías y olas de calor en relación con tres grupos específicos de la población: personas mayores, adolescentes y pequeños agricultores.

Sandoval explicó que el propósito de este informe “es analizar el componente adaptativo del cambio climático a escala local, incorporando elementos psicosociales como la susceptibilidad y capacidades de afrontamiento, pero también aquellas variables propias del ambiente como la exposición, frecuencia e intensidad de peligros”.

A través del proyecto se elaborará un mapeo de distintos peligros representativos vinculados al cambio climático que azotan a la Región de Ñuble y específicamente en Chillán.

El investigador UBB comentó que el Ministerio de Medio Ambiente presentó un atlas de riesgo de resolución comunal que aborda una serie de peligros considerando dimensiones humanas, naturales e históricas.

La idea, expresó Sandoval, “es pensar esos mapas para que puedan articularse a nivel institucional y sean de utilidad para los tomadores de decisiones”.

“Es importante para las decisiones, pero también para evaluar cómo se van a comunicar esos riesgos o cómo se van a orientar capacitaciones e intervenciones a grupos específicos para fortalecer capacidades y resiliencia ante las distintas etapas del ciclo del riesgo”, argumentó.

“En el caso de la sequía, nos enfocamos en los pequeños agricultores para conocer no solo cuán expuestos y susceptibles están frente a ese evento, sino también para identificar las capacidades con que cuentan, qué conocimientos poseen, cuál es el grado de percepción del riesgo, cómo lo han afrontado y qué confianzas institucionales tienen”, ilustró.

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