Señor Director:
En todo este tiempo previo a la conmemoración de los 50 años de los hechos de septiembre de 1973, no he sabido de nadie que estaría
dispuesto a retrosituarse en el día10 de septiembre de ese año. Por lo tanto, la pregunta para esa idea imaginaria es simple: ¿se vivía en
un país justo, feliz, próspero, sin violencia y sin odios?
La memoria no debe entremezclarse con la historia, ni agregar la contingencia política. La memoria evoluciona y lo usual es que se mueva entre el recuerdo y el olvido, muchas veces deformándose. Cuando esta contiene excesiva emoción y afectividad, solo admite los hechos que le convienen. La apropiación de la historia por parte de la memoria, significa que la historia está siendo apropiada por la política. De este modo, habrá una memoria colectiva que intentará validar un criterio particular y objetivos políticos y
sociales, deslegitimando a quienescomparten otra visión.
Muchas veces es muy constructivo levantar el velo sobre lo ocurrido en el pasado. Pero ¿de qué sirve seguir anclados en el pasado? ¿Quién ha aprendido algo quedando fijado al pasado? La vida y el porvenir de nuestra nación lo exige. El futuro debe ser sin odiosidades, ni venganzas. El olvido es la única venganza y el único perdón .
Marcelo Moraga A.
