Su preocupación por el impacto que tendrán algunas iniciativas legislativas en los costos laborales en el sector expresó ayer el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Ricardo Ariztía, en el seminario “Perspectivas y herramientas para el desarrollo de la agricultura de la Región de Ñuble”, realizado ayer en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción.
En la actividad, organizada por la SNA y la Asociación de Agricultores de Ñuble, Ariztía manifestó que el costo de la mano de obra se ha incrementado en un 12,5%, escenario que se hará más complejo aún con la nueva ley ya vigente sobre trabajos por faena o temporada, que establece una indemnización de un día por mes trabajado, en un proceso gradual hasta llegar a dos días y medio por mes trabajado a partir de 2021. “Con esto, los temporeros ya tienen una indemnización, que elevará en 8,8% los costos laborales, lo que no tiene beneficios productivos y es discriminatorio con el trabajador de planta”, dijo.
Asimismo, advirtió que en el Parlamento se plantea reducir la jornada laboral desde 45 a 40 horas semanales. “Chile no está preparado para eso, y los países europeos que ya lo hicieron, como Alemania, están tratando de revertir esa situación”, criticó.
Argumentó que “con el aumento de los costos laborales más el alza de impuestos, esto se nos hace complejo, y cuando el Gobierno nos hace ver que contratemos más gente, esto no ayuda, por eso se mantiene estancado el desempleo en cifras que no son buenas y que pueden conducir a problemas sociales”.
Ariztía comentó que el límite a la contratación de inmigrantes, que hoy es de 15%, y que se está proponiendo elevar, conlleva serias dificultades de control, “por lo que nosotros planteamos que no debiese existir un límite”.
Por su parte Álvaro Gatica, presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, expuso que con el aumento del costo de la mano de obra “nos estamos quedando atrás de países que compiten con nosotros, como Perú, que tiene costos más bajos, y eso para nosotros significa retroceder. Entonces, a la larga, estos beneficios que uno piensa que son para los trabajadores, pueden rebotar y ser un perjuicio para ellos (…) porque la gente se rehúsa a contratar más gente y trata de mecanizar más”.
TPP
Ambos dirigentes coincidieron en la importancia del TPP para las exportaciones agrícolas y lamentaron el rechazo “sin fundamento” por parte de diputados de oposición, según Ariztía, quien recalcó que Chile es el único de los 11 países firmantes que no ha ratificado el acuerdo, que está operando desde diciembre.
Gatica expresó que “tenemos confianza en que el TPP11 será aprobado en el Senado. Había más dudas con la Cámara, donde había legisladores que ahora son oposición, que en su minuto lo apoyaron y que votaron en contra, pero en el Senado no debiera ocurrir lo mismo”. En esa línea, comentó que respecto a los senadores de Ñuble, se conoce la postura de Víctor Pérez, pero no la de Felipe Harboe.
Expositores
En el seminario expuso Alejandro Friedli, gerente área grandes empresas regiones y agrícola del Banco de Chile, quien explicó el modelo de análisis de riesgo en el agro y destacó la oportunidad de crecimiento del rubro.
Por su parte, Ricardo Oyarzún, socio director de Oyarzún Bueno Consultores, analizó los cambios propuestos en el proyecto de modernización tributaria que presentó el Gobierno, desde la perspectiva de los beneficios y oportunidades para el agro.
Finalmente, Mauricio Magnasco, socio de Nueva Agrícola y presidente de Alisur, de Osorno, contó la experiencia de su empresa productora de cereales, que a través de la asociatividad, ha logrado superar las dificultades que está enfrentando el rubro, con mayor poder de negociación y mayor volumen, reduciendo costos y profesionalizando la gestión, lo que además, destacó, les ha abierto la puerta al desarrollo de nuevos negocios y a la exportación.
