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Violencia en cuarentena

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La cuarentena que en la intercomuna se ha estado haciendo para evitar la propagación del Covid-19, también ha encerrado a las víctimas de violencia de género con sus maltratadores.

ONU Mujeres, organismo de Naciones Unidas especializado en el desarrollo y promoción de la igualdad de género, advirtió que las medidas que está implementando el mundo de cuarentena y aislamiento social para contener la pandemia, puede generar un aumento en la violencia de género y la pobreza que viven las mujeres. “El hecho de que el hombre no tenga acceso a fuentes de trabajo, tenga mayores frustraciones por el hecho de no poder proveer para su familia y carezca de distracciones como el deporte, va a aumentar la violencia doméstica”, dijo la directora regional para América y el Caribe de la entidad, María-Noel Vaeza.

A nivel local, en el Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género definen la situación como muy preocupante, y advierten que durante las últimas tres semanas se pide más ayuda, pero se denuncia menos. De hecho, las denuncias por violencia intrafamiliar han bajado un 4% desde que se iniciaron las restricciones como los toques de queda y la cuarentena total, pero los llamados al fono 1455 de orientación se dispararon 89%.

La violencia doméstica, es decir, aquella que tiene lugar en el seno del hogar, y de la que son en su mayoría víctimas mujeres y niñas, se puede manifestar al menos de dos formas. La primera, cuando hay una situación de control por parte de un agresor que se vale de la violencia reiterada para dominar a su pareja o familia y, la segunda, cuando la violencia surge, de manera ocasional, como la respuesta a conflictos normales que se dan en la convivencia. En estas dos situaciones de violencia doméstica, el aislamiento obligatorio, o bien facilita el ejercicio de la violencia o actúa como un detonante.

Además, una de las características del primer tipo de violencia doméstica es que el agresor suprime las coaliciones externas de aquellas a quienes controla y domina por medio de la violencia. Ello quiere decir que las víctimas están, de una forma u otra, aisladas. Ahora bien, el aislamiento obligatorio implica, por sí mismo, menos soporte social y menos control social, que son herramientas claves para controlar la violencia, en cualquiera de sus manifestaciones.

Así, la situación de encierro obligatorio incrementa el aislamiento en el que se encuentran las mujeres que son víctimas de violencia doméstica reiterada. En síntesis, este tipo de medidas refuerzan la victimización y se vuelven una herramienta a favor del maltratador sistemático.

Es una gran paradoja que para salvar vidas muchas personas se vean obligadas a convivir las 24 horas del día con su mayor enemigo visible, bajo el mismo techo.

Es claro que las medidas de confinamiento son necesarias para mitigar el impacto del Covid-19, pero estas medidas se deben tomar teniendo en cuenta cómo van a afectar a todos los sectores de la sociedad, sobre todo aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, como es el caso de mujeres y niñas.

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