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“Trabajar en el mural de Julio Escámez para mí es un honor”

A casi cincuenta años del golpe militar y de la destrucción de gran parte de nuestro patrimonio, ingresar a la Sala de Concejo de la Municipalidad de Chillán se transforma en un oasis en medio de la recuperación de la memoria histórica y los recuerdos. En ese sitio está trabajando desde hace semanas la restauradora María Eugenia Van de Maele y la técnico en restauración, Danitza Bórquez.

Juntas han logrado descubrir una buena extensión del mural de Julio Escámez oculto bajo doce capas de pintura, la última con pasta muro. Con una paciencia de aquellas, han tenido que ir sacando una a una cada capa y han sido testigos privilegiadas de cómo la historia patrimonial de esta ciudad se niega a morir a pesar de los horrores de la dictadura.

El perímetro que ya está descubierto es contrastado una y otra vez con la foto del día de la inauguración del mural, con el Presidente Allende encabezando la ceremonia. El trazo deja entrever a un grupo de tres trabajadores caminando, además de una parte del fuego que lanza una máquina, todo al extremo inferior derecho de la obra. A medida que van sacando capas de pintura y van descubriendo parte de la obra, van retocando de inmediato los faltantes con la misma técnica que hace más de cincuenta años utilizó Julio Escámez.

En medio de los trabajos, María Eugenia recibió a La Discusión para conversar de los desafíos y el futuro que le espera al mural. La parte descubierta será mostrada por primera vez a la comunidad a través de una ceremonia este 6 de septiembre próximo, en una actividad preparada por la Unidad de Patrimonio y en donde se esperan anuncios respecto a si la voluntad de recuperar lo que más se pueda de la obra está intacta porque hay que recordar que el mural además está partido en dos por un piso. Arriba de la Sala de Concejo también se han encontrado vestigios de “Principio y fin”.

– María Eugenia ¿Cómo fue que llegaste a formar parte del proyecto?

Me contactó el Centro Nacional de Conservación y Restauración.

– ¿Tú conocías la historia de este mural?

La historia del mural sí. Tenía la misma historia que conocían todos, que había sido o chicoteado o baleado o le habían puesto brea, que era lo que se comentaba, sin ningún trasfondo histórico, pero ese era el comentario.

– Y cuando te contactan y te piden que vengas a ver o hacerte cargo de los trabajos, ¿cuál fue tu primera sensación?

Me gustó como proyecto. Yo soy restauradora de pintura mural hace 38 años y me gustan los murales. Me pareció una pena que este hubiese sufrido ese daño.

– ¿Aceptaste de inmediato?

Sí, acepté al tiro. A pesar que vivo en Santiago, tengo una empresa y me dedico a la restauración de pintura mural y monumentos.

– Y si esto se extiende más en el tiempo, ¿vas a estar dispuesta a quedarte?

No lo sé. Pero lo hemos conversado porque no solamente hay que destapar el mural, también hay que resanarlo, hay que limpiarlo, hay que consolidarlo y hay que retocarlo y una de mis especialidades es el retoque, por lo tanto si vuelvo, volvería por el retoque, el mural tiene muchos faltantes.

– ¿Qué pasó contigo cuando ya se empieza a develar el mural? Sobretodo porque estamos viviendo una fecha sensible en el marco de la conmemoración del golpe de estado, hecho histórico que gatilló el ocultamiento del mural.

Para mí, trabajar en este mural es un honor, empiezo por ahí, yo creo que ninguna, ninguna razón, ni política ni económica, ni ninguna, es destruir patrimonio; y recuperar este patrimonio es para mí un honor, es una maravilla, además conocí al autor.

 -¿Con qué dificultades te has encontrado en estas cinco semanas?

El mural tiene un problema técnico en los colores oscuros detectado por los análisis; la última capa que está tocando la pintura original es pasta en muro, no pintura, por lo tanto debe haber demorado en secar y al depurar soltó algunas capas pictóricas de los oscuros, los negros, los grises. Por lo tanto, descubrir que podemos recuperarlo y que, por otro lado, podemos recuperar ese daño, a mí me dejó tranquila. Porque hay murales que, al repintarlos, la pintura se adhiere sobre la capa de repinta. Y eso no pasó en este caso. Tiene un deterioro en algunos colores pero no está adherido y eso significa que es recuperable y es recuperable con el color, con el brillo y con la textura de la pintura lo cual es muy bueno. Sí tiene un porcentaje de pérdida, pero es mínimo. Otro punto es que con el tiempo se abrieron ventanas y puertas en el muro, pero eso es un tema estructural que irremediablemente atentó contra la obra.

– Terminada esta primera etapa ¿Qué va a pasar ahora, seguirán los trabajos?

Ahora las autoridades tienen que evaluar. En esta etapa vimos la calidad de la pintura, la posibilidad de recuperación y la metodología, y esa metodología tiene tiempo. Ahora sabemos que podemos a llegar a 15 centímetros mensuales, a dos manos. Por lo tanto ya tenemos la velocidad. Y esta es una información que se le entrega a la UPA y ellos tendrán que evaluar cuándo elaboran un proyecto y cuál es el costo. Pero esta herramienta, estos antecedentes, no los tenían. Los tienen ahora con la ventana que abrimos. Este es el punto de partida real para la ejecución de un proyecto

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