Señor Director:
Con el incio del año académico a la vuelta de la esquina, el debate se ha concentrado en el riesgo para la salud de los alumnos y el personal de la educación que representan las clases presenciales, pero poco se ha dicho sobre el impacto en la movilidad que tendrían las clases, ya que ello implicaría que miles de padres y furgones escolares volverían a circular por las calles, lo que suena contradictorio cuando por otro lado la autoridad intenta limitar los desplazamientos, por ejemplo, a través de la restricción vehicular los fines de semana.
Por ello se valora el acuerdo que radica dicha decisión en cada comunidad educativa, considerando la opinión de los padres.
Pablo Vidal
