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Residencias sanitarias albergan a 11 personas con Covid-19 en Chillán

Agencias

La región de Ñuble presenta dos residencias sanitarias para pacientes confirmados con diagnóstico Covid-19, que no cuentan con las condiciones para cumplir el periodo de cuarentena obligatoria en sus domicilios particulares.

Se trata de dos hoteles de Chillán con capacidad para 52 personas que ha dispuesto el Servicio de Salud Ñuble, con personal de enfermería para atender a los afectados con la infección, y con ello evitar la diseminación del coronavirus en la zona.

Si bien el SSÑ estableció inicialmente un convenio con dos recintos para habilitar las residencias sanitarias de la región, funcionará solo uno a contar del 1 de mayo, dada la demanda actual.

“El objetivo de las residencias sanitarias es garantizar que las personas diagnosticadas con Covid puedan cumplir su cuarentena obligatoria, con condiciones de seguridad y comodidad. Por ello, se han priorizado dependencias del Hotel Quinchamalí, ya que los lugares deben cumplir con ciertos criterios, por ejemplo, ser habitaciones individuales y tener características que aseguren su permanencia y hagan más cómodo el estar dentro de la habitación, durante el período de aislamiento”, dijo la directora (s) del Servicio de Salud Ñuble, Elizabeth Abarca Triviño a La Discusión.

En la actualidad los establecimientos funcionan las 24 horas de día durante todos los días de semana.

Entre otras características de estas instalaciones, el enfermero y coordinador de las Residencias Sanitarias del SSÑ, Nicolás Soto, detalló que “estos espacios cuentan con comodidades como televisión, conexión a internet, para comunicarse con sus familiares y tener momentos de entretención dentro de su período de aislamiento”.

A la fecha son 11 personas que se encuentran en estos recintos, provenientes de las comunas de Chillán y Chillán Viejo.

“En este momento se encuentran 11 personas usando las residencias. En total, tienen 52 habitaciones dispuestas para aquello, que tienen servicio de enfermería, y de técnico paramédico para poder controlar su situación de salud. En este momento, las están ocupando personas de Chillán y Chillán Viejo”, precisó la seremi de Salud Marta Bravo.

En detalle, los usuarios que acceden a estas residencias son personas mayores de 18 años con diagnóstico de coronavirus y sintomatología leve; con enfermedades crónicas compensadas; sin dependencia funcional o cognitiva y sin posibilidad de realizar la cuarentena en su hogar, ya sea por hacinamiento, porque algún integrante de su familia es de un grupo de riesgo o no pueda recibir cuidados y asistencia en su domicilio.

El convenio establece que el hotel dispone del personal operativo y provee las comidas diarias, razón por la cual establece un valor por habitación ocupada por día, “costo que es asumido por la Institución como otra de las estrategias de control de la pandemia en el país”, señaló la directora (s) del Servicio de Salud Ñuble, Elizabeth Abarca Triviño.

Para optar a este beneficio, las personas deben consultar en su centro de salud.

Mejorar la asistencia

En la residencia sanitaria del Hotel Quinchamalí cumplió la cuarentena José Luis Vásquez, de 39 años, tras ser confirmado como covid-19 positivo. Los síntomas del virus se manifestaron el 2 de abril, tras presentar fiebre y dolor muscular. Al día siguiente concurrió al centro asistencial de su sector para una evaluación.

“El médico al revisar me encontró solo un resfriado mal cuidado, le comenté que en el trabajo había tenido un cruce de palabras con una colega que días anteriores se le diagnóstico positivo al virus, por ende estaba en la obligación de tomarme el examen, y desde ahí empezó mi cuarentena por sospecha”, relató Vásquez, quien trabaja en una empresa de alimentos congelados en Chillán.

El 6 de abril fue notificado por personal de la Seremi de Salud que los resultados arrojaron positivo al coronavirus, por lo que la cuarentena, que inicialmente era preventiva, se convirtió en obligatoria.

José Luis no podía cumplir el confinamiento en su domicilio, pues convive con personas que pertenecen al grupo de riesgo ante la enfermedad.

“Arriendo en una casa donde viven más personas, entre ellas una persona de la tercera edad y compartimos espacios en común, por ende, no podía estar en mi residencia, y fui derivado a los dos días después de ser diagnosticado al Hotel Quinchamalí, dónde estuve 12 días con atención médica, controlado dos veces al día y con atención solo al virus”, explicó.

Su paso por la residencia sanitaria la consideró agradable, sin embargo, cree que la atención médica puede mejorar. “Mi estadía fue grata, aunque muy poco profesional, ya que sólo se preocuparon de los síntomas asociados al virus, no fui supervisado por ningún médico, solo asistencia de paramédicos”, dijo.

Además, cuestionó que al recibir el alta de la cuarentena no se le practicó un examen que comprobara la ausencia del virus en su organismo.

“El lunes 20 de abril fui dado de alta del hotel, para seguir en mi casa con licencia hasta el 26 de abril. Encuentro que esto anda al lote, ya que no se me ha dado ningún certificado de alta, no sé si aún sigo con el virus, es más sigo siendo un riesgo al no estar seguro. A mi parecer, se debió hacer un examen médico de salida para estar seguro y no poner en riesgo a terceros, esto me tiene preocupado a mí y a mi familia”, aseveró José Luis.

Además, criticó demoras en la gestión de la licencia médica, lo que atrasa el pago de la misma.

“Después de 11 días encerrado la Seremi me pide mis datos para gestionar la licencia médica, es decir no la habían tramitado, la fecha de pago quizás cuando sea” agregó.

 

Texto: Susana Núñez /Antonieta Meleán

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