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Pronostican que el 2023 podría ser el más lluvioso de los últimos quince años

Existe coincidencia en los pronósticos que anuncian que, por efecto de un intenso fenómeno de El Niño, este año será más lluvioso que un año normal, de hecho, podría ser el más lluvioso de los últimos 15 años, lo que ha despertado el entusiasmo de quienes esperan el fin de la megasequía, algo que según los expertos no se puede anticipar, aunque sí advirtieron que una temporada con intensas y abundantes precipitaciones también requiere tomar resguardos en materia de seguridad frente al riesgo de inundaciones y desbordes de cauces, aprovechar la oportunidad de recargar acuíferos subterráneos y, sobre todo, no olvidar que la crisis hídrica exige contar con infraestructura de almacenamiento de agua, tecnologías de riego eficiente y mejorar la gestión de las cuencas.

Según el Apec Climate Center, la modelación de precipitaciones para el trimestre abril-junio en la zona centro sur de Chile muestra después de mucho tiempo una probabilidad de precipitaciones sobre los rangos normales, y si se mira más allá, el trimestre julio-septiembre, los resultados son aún más alentadores.

“La sequía no ha terminado”

El Dr. José Luis Arumí, académico de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción e investigador principal del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería (Crhiam), manifestó que “existe una mayor probabilidad de que tengamos un invierno con precipitaciones sobre el promedio histórico, eso significa que podríamos tener, por primera vez en 15 años un invierno con precipitaciones sobre el promedio histórico, pero hay que ser cautos, porque eso no significa que la megasequía se acabó”. En esa línea, comentó que se necesitarían unos tres años lluviosos consecutivos para decir que la sequía terminó.

El profesor acotó que, “hasta ahora, esto es un respiro, y es importante que no nos descuidemos, no podemos salir a celebrar si tenemos un año lluvioso, porque caeríamos en el eterno problema de la improvisación en torno al agua y es lo que se llama el ciclo hidroilógico, en que llueve y se olvidan de todas las comisiones, los consejos de cuenca, de la crisis hídrica, de todo”.

“Recordemos que en 2015 también había un pronóstico lluvioso y no lo tuvimos, entonces, hay que tener cuidado porque ya hemos pasado una situación en 2015, en que se habló de un Niño Godzilla, y al final el año fue bastante seco igual, entonces, mi recomendación es tener mucho cuidado, esperar que llueva, que ojalá que se acumule nieve y se recarguen los acuíferos, lo que sería extraordinariamente bueno, pero bajo ningún punto bajar la guardia con respecto a la sequía”, advirtió el Dr. Arumí, quien expresó su temor de que un año lluvioso haga olvidar los desafíos en torno a mejorar la gestión del agua.

El investigador sostuvo que “en Ñuble nosotros tenemos un clima que es sumamente marcado y tenemos una época lluviosa que va desde el 15 de abril al 15 de septiembre, y acá en Chillán el 85% de la lluvia del año se concentra en ese periodo; ahora, si El Niño ocurre en ese periodo, fantástico, porque vamos a tener más lluvia, pero si El Niño se retrasa y ocurre entre noviembre y febrero, vamos a tener un invierno seco y lluvias que van a complicar a los fruticultores. En este minuto debemos tener cautela, rezar para que llueva y esperar a ver qué pasa”.

Planteó que si se cumplen los pronósticos de un invierno muy lluvioso también se pueden esperar algunos problemas. “El problema es que la sequía hace olvidar las inundaciones, y hay problemas muy serios de mal manejo de cauces”, sentenció. Asimismo, aseveró que las inundaciones no sólo pueden afectar a las ciudades, sino que también a los campos, particularmente en inmediaciones de cauces.

Dado que Ñuble no tiene la infraestructura de almacenamiento para aprovechar las precipitaciones y deshielos, afirmó que una forma de almacenar este exceso de agua es la recarga de acuíferos subterráneos. “Una posibilidad sería derivar agua en los canales y aumentar la recarga, tal como se hace en los canales de la Junta de Vigilancia del Río Diguillín”, apuntó.

Viene El Niño

Según expuso el meteorólogo Gianfranco Marcone, “todo indica que viene El Niño, de hecho, ya se está desarrollando el famoso Niño Costero, como le llaman en los países del norte de Sudamérica, como Ecuador y Perú, y eso prontamente esperamos que ya comience a desarrollarse en nuestro país, de hecho, ya hay algunos indicios de eso, como aumento de temperaturas, se encontró un tiburón en el Norte de Chile, todos esos son indicios del fenómeno de El Niño, porque son aguas cálidas que llegan a nuestro país, y no solamente se produce un cambio en el sentido de que puedan llegar precipitaciones, sino que también cambia un poco la flora, la fauna marina, pueden migrar especies de otros lugares producto de las mayores temperaturas”.

En cuanto a la precipitación de nieve, que es clave para la agricultura y el turismo de Ñuble, planteó que “se pueden esperar hartos eventos, y eso va a hacer que se acumule nieve en la cordillera, ahora, si tú esperas que la nieve muy abajo en altura sobre el nivel del mar, por ejemplo, a la cota 1.000, yo creo que eso es menos probable, que llegue tan abajo como ocurrió el año pasado, porque el año con fenómeno de El Niño es un año más cálido que un año con fenómeno de La Niña, que fue el año pasado, eso no significa que vamos a tener 30 grados en invierno, pero sí significa que llueve con una temperatura relativamente más alta que lo normal, por lo tanto, la nieve debería quedar un poquito más arriba que el año pasado, pero sí con un grosor importante.

Consultado si este podría ser un año tan lluvioso como los de hace dos décadas, Marcone recordó que “los Niños de 1982 y de 1997 fueron los más intensos que hemos tenido en los últimos años, pero hoy estamos en un escenario climático distinto, en que, si bien El Niño se ve de las dimensiones de esos años, estamos en un escenario de crisis climática importante, por lo tanto, es un año de atención. Sí puede ser uno de los mejores o quizás el mejor año de la megasequía, pero no sabemos si va a ser de la dimensión del Niño de 1982 y de 1997; y no sé si sea tan bueno que sea de esa dimensión, porque ante el escenario de cambio climático, las precipitaciones pueden ser más violentas, y no sé si las ciudades de hoy están preparadas para las lluvias de esa época.

Antes de plantear que será un año con precipitaciones sobre un año normal, el meteorólogo de Canal 13 precisó que hoy el promedio histórico es más bajo que en los años ochenta y noventa, porque el estudio, que se actualizó el año pasado, toma los últimos 30 años y por lo tanto, también el periodo de megasequía. En el caso de Chillán, es de 936,2 milímetros anuales. “En ese sentido, este año podría ser un año sobre lo normal, pero no significa que sea superior al promedio de los ochenta”.

Informó que la estación Chillán registra hoy un 83,4% de déficit de precipitaciones, aunque acotó que “esperamos que durante el otoño, y sobre todo, hacia el invierno, que es cuando esperamos la mayor intensificación de El Niño, eso ya comience a equipararse”.

“Si se acaba o no la megasequía, esas son palabras mayores. No porque tengamos un año bueno vamos a superar un déficit que tenemos por 14 años. Tendría que ser este año mega bueno para decir que superamos la megasequía. Sí, por supuesto, vamos a avanzar mucho, pero hay que esperar a ver cómo va a ser el próximo año, si el 2024 nuevamente es bajo, vamos a volver a contar el mismo cuento, pero es súper importante que este año ya sea alto para romper quizás ese sesgo que tuvimos durante 14 años, pero hay que seguir esperando y ver como continúa toda la situación más adelante”, puntualizó Marcone.

Almacenamiento

Guillermo Valenzuela, gerente comercial de Wiseconn, firma chilena especializada en la aplicación de tecnologías en el riego con oficinas en California, Australia e Italia, hizo un paralelo con lo que ocurrió en California y Australia, que sufrieron precipitaciones intensas provocando severos impactos en la agricultura.

“El año pasado fue bastante lluvioso en Chile, pero evidentemente no se ha acabado la sequía. Y yo quiero apuntar a lo que pasó en California este año y que pasó en Australia el año anterior, que ha sido un exceso de lluvia. En California los datos muestran números históricos, ellos tuvieron diez años de sequía, tuvieron un descanso de dos años en 2017-2018 que fueron lluviosos, pero nunca tanto como este año. En el caso de Australia fue similar, donde las lluvias se extendieron hasta diciembre e inundaron los campos y la preocupación de los agricultores poco antes de comenzar el verano no era regar, sino drenar los campos, porque el exceso de agua es peligroso para los cultivos”, describió.

Detalló que “han sido precipitaciones intensas, concentradas, pero, además, se han extendido. En California partió lloviendo en enero y la queja es que el 80% del agua se está yendo al mar, tal como ocurre en Chile, porque no había suficiente infraestructura para almacenarla, ya sea en embalses o recargando acuíferos subterráneos, porque en California hay harta infraestructura para la recarga de acuíferos. En febrero, los embalses se estaban llenando y la discusión era por qué no se han construido más embalses en California en los últimos 40 años, y ellos tienen una enorme red de embalses; en marzo siguió lloviendo y debieron abrir los embalses para liberar agua, para evitar los riesgos de rebalse considerando el efecto de los deshielos que se van a producir en las próximas semanas. De hecho, se han producido inundaciones en los campos”.

En ese sentido, el profesional a cargo de la oficina en Estados Unidos planteó que hay una alta probabilidad de que este fenómeno se repita en Chile. “Esta es una opinión personal a partir de mi experiencia en California desde 2015, pero sí me ha pasado que uno va viendo como los fenómenos se van repitiendo durante el mismo año en las diferentes regiones, vale decir, cuando hay un año húmedo acá en California hay un año húmedo en Chile. Yo creo que va a ser un año muy lluvioso en Chile y, sobre todo, muy lluvioso hacia finales del invierno, es decir, va a llover todo el invierno y va a continuar lloviendo en Fiestas Patrias, será una temporada de lluvia alargada debido al fenómeno de El Niño”, explicó.

Consultado por la probabilidad de que termine la sequía, Valenzuela sostuvo que “el Estado de California ya levantó el estado de emergencia hídrica en el 80% de los condados, porque están con los embalses llenos, sigue lloviendo, y además, los suelos están húmedos, lo que permite aplazar el inicio del riego. Ellos tienen seguridad hídrica para los próximos tres, quizás cuatro años, pero también llaman a no confiarse, porque puede ser que El Niño no vuelva en diez años más, por eso el llamado es a ser eficientes en el uso del agua, almacenarla y usarla de la mejor manera, de forma sustentable”.

“En el caso de Ñuble, el problema es que no tienen embalses. Lo que sí tienen en todo Chile es la Cordillera de Los Andes, donde se acumula mucha nieve, evidentemente el llamado a las autoridades es a construir los embalses priorizados en la región, a aprovechar la geografía de Chile que tiene condiciones favorables para construir muchos embalses, que no tienen que ser tan grandes, y además, permitirían generar energía hidroeléctrica. Si hubiésemos tenido los embalses este año, se hubiesen llenado. Pero como no existen, lo que se puede hacer es la recarga de acuíferos subterráneos, abriendo los canales para que el agua se infiltre en el suelo, esa es una medida que hay que tomar más en serio, porque es la más rápida que puedes tomar. Se pueden implementar piscinas de infiltración que pueden ayudar muchas zonas y el Gobierno Regional puede tener un rol de liderazgo. Acá en California eso se está haciendo y se están creando los bancos de agua, donde las organizaciones recargan los acuíferos y eso se mide, y cuando hay un balance, ellos pueden vender el exceso a otros agricultores”, reflexionó.

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