El 2017, la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán advirtió sobre la importancia de la enseñanza de la historia y el patrimonio en la educación formal. El trabajo se puso en marcha y tras cuatro años, este 2022 debutó el Programa de Educación Patrimonial escolar que se enfocó en primero básico, específicamente en la asignatura de Historia, Geografía y Ciencias Sociales. El foco, dicen desde UPA estuvo puesto en la alfarería de Quinchamalí y en la cultura campesina de la región.
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Las cuatro unidades y contenidos del programa son “Mi patrimonio. Mi Historia”, “Crezco, juego y aprendo en mi barrio”, “Los oficios de la región de Ñuble” y “Mi ciudad, el mejor libro de historia”. Estos contenidos fueron desarrollados por el equipo de la Unidad de Patrimonio compuesto por una arquitecta, un periodista, una profesional del área de la educación con mención en historia y un editor Licenciado en Letras, con mención en Educación. La apuesta también incluyó textos escolares diseñados por Francisca Vera.
Este año, el plan piloto comenzó en la Escuela de Confluencia, Escuela de Quinchamalí, Escuela de Colliguay, Escuela de Huape, Liceo República de Italia, Escuela México y Escuela Palestina. Su ejecución se realiza en conjunto con el DAEM Chillán.
Ahí, su director Marco Aguilera, comentó a La Discusión que “la identidad, patrimonio e historia de Chillán son el pilar del programa del alcalde Camilo Benavente. Como departamento hemos implementado este programa que ya está funcionando junto a UPA. Levantamos un programa para siete escuelas, varias de ellas rurales, donde se trabaja con los niños y niñas haciendo actividades como visitar lugares patrimoniales, valorarlos, apreciarlos y hacer trabajos de difusión como fotografía o dibujo. También estamos trabajando con la Universidad del Bío-Bío para crear una asignatura o taller sobre patrimonio de Chillán. Una tercera línea de trabajo tiene que ver con creación, investigación y difusión de nuestro patrimonio. El otro año realizaremos visitas pedagógicas a ciertos lugares patrimoniales con un guía, como los Murales de Siqueiros, entre muchos otros”, indicó.
“El patrimonio cultural es una oportunidad para la pedagogía, y no debe ser visto como una carga extracurricular. A través del conocimiento y valoración del patrimonio los y las niñas se vinculan con su entorno, por lo que la comprensión de la historia y el patrimonio local es más significativa. Es de gran relevancia comentar que el programa EPE se materializó como una de las medidas comprometidas por la Municipalidad de Chillán en el marco de la postulación de la alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca a la Lista de Salvaguardia Urgente del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO”, señaló Karin Cárdenas, encargada de la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán.
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